miércoles, julio 02, 2008

Estrategia política
Vivir Mejor...........Haiga sido como haiga sido!

Vivir Mejor es una estrategia que aglutina los programas ya existentes en un “listado de buenas intenciones” del gobierno calderonista y forma parte de una campaña de medios con evidentes fines políticos, apuntan especialistas. Durante la reciente gira de Felipe Calderón por los municipios más pobres en Puebla, Oaxaca y Guerrero, él y todos los secretarios de Estado portaban camisas con el rehilete multicolor, emblema del programa.El pasado 28 de abril, en el Museo Nacional de Antropología y acompañado de medio gabinete social y de Hacienda, Calderón presentó esa estrategia con la que pretende atender las necesidades de los pobres en México. Desde entonces, el eslogan y el logotipo aparecen en la publicidad de las secretarías de Educación, Salud, Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Social. Y Calderón no omite promoverlo en sus giras. Rodolfo de la Torre, director de la oficina del Informe Nacional sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) equipara el programa principal del gobierno de Calderón con un ropero, cuyos cajones serían los programas sociales:“Es una estrategia, no un programa. Esto significa que es una forma de ordenar distintas acciones de política social, más que una acción nueva. Quien trate de buscar (en Vivamos Mejor) nuevos recursos, nuevos programas, nuevas metas, está buscando en un lugar equivocado porque (este programa) sirve para clasificar lo que en el futuro se va a hacer.”De la Torre, que fue portavoz del Comité Técnico de Medición de la Pobreza que creó la Secretaría de Desarrollo Social el sexenio pasado, dice en entrevista que Vivir Mejor mantiene elementos de Contigo –la estrategia de Vicente Fox–, como son formación de capacidades humanas y protección social, con la “novedad” de que pretende vincular la política económica con la social para formar gente capacitada para el trabajo y disminuir la desigualdad en los ingresos.Sin embargo, la organización Fundar, dedicada al monitoreo de las políticas sociales, critica precisamente la falta de claridad sobre este punto en su análisis ¿Vivir Mejor es la estrategia que disminuirá la pobreza en México?, que se publicó el 2 de junio: “A pesar de que Vivir Mejor tiene como propósito disminuir la brecha entre ricos y pobres, el documento (del programa) omite el uso de la política económica para redistribuir la riqueza y cerrar efectivamente la brecha de desigualdad. Específicamente, el documento omite todo lo relacionado con la política tributaria que pudiera estar encaminada para este propósito.“Al menos lo que se presenta en el documento (queda) como un catálogo de buenas intenciones en el que no quedan claros los mecanismos para implementarla. Ejemplo de ello es que no presenta indicadores de desempeño ni previsiones presupuestarias a mediano plazo que permitan considerar el costo de la instrumentación de esta estrategia, ni de los esfuerzos adicionales y coordinados que se requieren para avanzar en el cumplimiento de las metas de desarrollo social.”En ese análisis, la organización no gubernamental manifiesta su desconfianza: “Tanto el documento como el evento de presentación de Vivir Mejor dejan serias dudas sobre las intenciones y alcances de la estrategia: ambos tienen, por un lado, una intención mediática innegable que sugiere una campaña publicitaria ad nauseam”.Al respecto, Alberto Serdán, investigador de presupuestos y políticas sociales de dicha organización, explica: “Ahora resulta que toda acción gubernamental se presenta como Vivir Mejor. Es decir, que si se trata del programa alimentario que ya existe, ahora resulta que se trata de Vivir Mejor; si hay un incremento de recursos para Oportunidades, resulta que es Vivir Mejor; entonces ya no es una estrategia, sino que apunta a ser parte de una campaña mediática y puede tergiversarse en forma electorera”. Por su parte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), en su Análisis estratégico de la primera semana de mayo pasado, consideró que la idea de insertar a las personas en actividades productivas es un avance, pero advirtió que Vivir Mejor no profundiza en los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, además de que no han quedado claros los recursos económicos destinados a cada programa.
Resultados, en 2009
Funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social comentaron que el nombre del programa ha sido bien recibido porque todo mexicano tiene en su mente lo que significa “vivir mejor”. Afirman incluso que tiene más éxito que el eslogan “Contigo” de Vicente Fox, el cual nunca logró posicionarse. “El presidente no anunció un programa nuevo, lanzó el sello distintivo de este gobierno, como se hace cada sexenio”, dice uno de los funcionarios de la Sedesol, que pide omitir su nombre.Para José Antonio Sosa Plata, experto en comunicación política, Vivir Mejor es la respuesta operativa del modelo económico neoliberal para resolver el problema de la pobreza extrema.“Un ejemplo de que el programa está enmarcado por la lógica de la política económica lo tenemos en el contraste de la cifra de 4 mil 500 millones de pesos para el plan que hará frente a la carestía de los alimentos, anunciado en mayo pasado, y los 200 mil millones de pesos destinados al subsidio de la gasolina, el diesel y el gas”, sostiene.Agrega que Vivir Mejor es uno de los principales instrumentos políticos y de comunicación política con que ahora cuenta la Presidencia de la República, y se utilizó para ponerle a Felipe Calderón un rostro social, opina Sosa Plata, quien es consultor y coordina diplomados universitarios en comunicación gubernamental.“En lo personal –explica–, consideraba una equivocación que en el arranque de la administración del presidente Calderón estuvo asociado principalmente con el tema del narcotráfico y el crimen organizado. El manejo comunicacional de este asunto le dio buenos resultados en imagen, pero resultaba imposible sostenerlo por un período prolongado. De ahí la necesidad de dar un giro a la estrategia de comunicación y la necesidad de colocar a Vivir Mejor como un tema de agenda que corriera a la par de otro asunto relevante para el país: la reforma petrolera.“Aunque se conocen poco las investigaciones sobre la rentabilidad política de estos programas –continúa Sosa Plata–, está demostrado que tienen un efecto muy importante en los indicadores de imagen de los presidentes y funcionarios encargados de operarlos, así como en los resultados electorales en beneficio de sus partidos.”Sin embargo, el especialista aclara que no todas las estrategias publicitarias de los programas sociales dan resultado, como fue el caso del “Contigo” de Vicente Fox, que no tuvo el éxito del “Solidaridad” de Carlos Salinas porque no tuvo el mismo nivel de operación ni la misma penetración.Con todo, añade, “no he visto mensajes directos ni subliminales en Vivir Mejor que permitan creer a la gente que la estrategia de comunicación es abiertamente electoral. Una campaña así no necesita ya recurrir a la manipulación o al engaño. Si la campaña es efectiva y está sustentada en hechos, es motivo suficiente para elevar los índices de imagen del gobierno y el apoyo de diversos grupos al partido en el poder en los procesos electorales. (…) El tiempo y los resultados electorales en 2009 demostrarán qué tan eficiente fue”.Vivir Mejor también ha sido criticado por las administraciones estatales priistas que a principios del año se rehusaron a firmar con la Sedesol el convenio de desarrollo social, por considerar que la estrategia es centralista. “Pudo haber sido una estrategia más de Estado con distintos actores (organizaciones, comunidades, gobiernos estatales y municipales), pero se hizo unilateralmente: sólo el gobierno federal trazó sus metas y no incorporó las metas que nos hemos planteado en los estados ni por regiones, y nos lo presentaron como un programa que ya estaba hecho”, dice por ejemplo Omar Garfias, secretario de Desarrollo Social de Sinaloa.También tiene sus reservas la titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el sexenio foxista, Xóchitl Gálvez, quien señala que la eficacia de la estrategia dependerá de que el funcionario federal designado para operarla tenga la capacidad de alinear el trabajo de secretarios de Estado, sindicatos y gobiernos estatales y municipales.Para ilustrar lo anterior, recuerda que “el presidente Vicente Fox dio la instrucción de que en los 50 municipios más pobres del país hubiera médicos por las tardes y los fines de semana, y (esa medida) no se implementó. Cuando preguntó por qué, le dijeron que era por problemas contractuales con el sindicato. El problema es cómo, con estructuras como la del sindicato del Seguro Social. Implica cambios y que todos los alcaldes, gobernadores, secretarios quieran que los pobres vivan mejor. Y, en mi experiencia, eso es lo que menos les importa”.El hecho de que el grueso de la estrategia publicitaria esté a cargo de la Sedesol hace pensar que la estrategia se articulará desde esa dependencia y con el secretario Ernesto Cordero a la cabeza, pero Gálvez aún no lo ve como un personaje fuerte al que se le “cuadre” el resto del gabinete de política social, sino que apenas “es una figura que está creciendo”. l

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