domingo, julio 13, 2008

"Todos contra la derecha reaccionaria", la consigna común para el revocatorio

Bolpress

Organizaciones nacionales y departamentales de campesinos, indígenas y cooperativistas mineros, sindicatos de jubilados y partidos políticos de centro izquierda como el PC y el Movimiento Social de Octubre (M-17) apoyarán al Presidente Evo Morales y al Vicepresidente Alvaro García Linera en el referéndum revocatorio de mandato a realizarse el 10 de agosto. La consiga es "todos contra la oligarquía reaccionaria" que bloquea el proceso de cambio iniciado en octubre de 2003.

"Después del Referéndum Revocatorio de Mandato Popular, el gobierno debe construir con todos los sectores de la sociedad una agenda común para salir de la crisis política y económica y soluciones acordadas para contar con una nueva Constitución Política del Estado que busque el bienestar de todos los bolivianos y bolivianas y no sólo de un grupo", declaró el líder del M-17 Roberto de La Cruz Flores.

De La Cruz convocó a campesinos, estudiantes, profesionales, universitarios, obreros y a todos los sectores a cerrar filas en el revocatorio para apoyar "críticamente" la gestión del Presidente Morales con la finalidad de que se construya un país para todos sin racismo ni exclusiones.

También mencionó que después del Referéndum se debe abrir una nueva página en la historia con todos los bolivianos y bolivianas de a pie para que el proceso de cambio sea implementado en acuerdo entre todos, lo que no quiere decir incluir a los partidos de derecha y a la oligarquía que sólo buscan dividir el país.

El ex dirigente de la COR alteña pidió a los sectores sociales y a la población en su conjunto revocar al Prefecto de LA Paz José Luís Paredes y a todos los prefectos de la media luna y de la oligarquía que responden a los apetitos de las empresas transnacionales que saquean los recursos naturales.

En un encuentro nacional "anti fascista" celebrado en marzo, partidos, organizaciones sociales, grupos políticos y sindicales y personalidades progresistas articularon una Alianza Revolucionaria Antiimperialista (ARA) de oposición a la asonada fascista que se cierne desde Santa Cruz y desde los partidos políticos neoliberales, apoyados orgánicamente por el imperialismo norteamericano, cuyo fin último no es solamente derrocar al gobierno de Evo Morales sino dividir al país y crear un mini Estado reaccionario y fascista en el oriente boliviano.

Integran el ARA el Movimiento Popular Endógeno, Partido Comunista de Bolivia, Partido Comunista de Bolivia Marxista Leninista maoísta. Partido Socialista 1, Partido Socialista Democrático y el Codepanal.

En el encuentro se declaró una total oposición al neoliberalismo reaccionario y al imperialismo norteamericano que causaron grandes y graves males al país y que pretenden volver a las privatizaciones, a las relocalizaciones y a las enajenaciones de los recursos naturales y de las empresas del Estado.

El proceso de cambios no es patrimonio de un partido

Según el ARA, el proceso vertiginosamente dinámico de la actual coyuntura política ha ingresado en una etapa sumamente crítica debido a la conformación de dos bloques sociales diferenciados que representan por un lado a los oprimidos y por otro a los opresores, la reacción por un lado, la revolución por el otro; el cambio profundo o el retorno al neoliberalismo. En una palabra, los enemigos de siempre dentro del sistema de división de clases sociales, una confirmación contundente de la pertinencia de la teoría del socialismo.

Dice el ARA que el tristemente célebre CONALDE, agrupación ilegal e ilegítima de prefectos sediciosos y Comité Cívicos autoelegidos que ha tomado la posta a la cabeza de la oposición, ha iniciado una campaña política abiertamente sediciosa que pretende derrocar a Morales o dividir el país de acuerdo con planes largamente anhelados por la derecha reaccionaria y racista.

Los conflictos artificiales y reales se acumulan sugestivamente, la guerra económica se profundiza con el alza de precios de los artículos esenciales y una densa y articulada campaña mediática de “analistas”, coordina el complot subversivo ya desembozado. La actividad francamente terrorista de la Unión Juvenil Cruceñista es una prueba palpable de las intenciones fascistas que han anunciado la ocupación violenta de las instituciones del Estado en Santa Cruz, como es el caso especialísimo del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), por razones obvias.

El referéndum revocatorio aprobado en el Congreso Nacional es rechazado por la derecha reaccionaria porque obstaculiza sus planes subversivos al poner en discusión la cuestión del poder real, ya que por diversos factores, la legitimidad del Presidente y del gobierno ha sido puesta en cuestión. No cabe, entonces, otro recurso que recurrir al soberano para dirimir esta cuestión fundamental. El ARA propone al respecto la constitución de un amplio frente ratificatorio de carácter político y social para cerrar el paso a la ofensiva derechista.

El triunfo “pírrico” de la candidata indígena, paradójicamente proclamada por la derecha de Sucre, significa que la reacción ha tenido que disfrazarse de “indígena” para ganar una elección formal. Los números muestran que la votación del MAS se ha mantenido y obtenido un apoyo abrumador en los sectores más pobres y oprimidos de la sociedad chuquisaqueña: los indígenas e indios del departamento. Esto significa que la conciencia de clase del campesinado y los indígenas están mostrando una madurez significativa.

En el plano internacional, el ARA denuncia vehementemente una nueva agresión que viene implementando el imperialismo norteamericano con la rearticulación de la IV Flota del Comando Sur de la marina yanqui en franca provocación a los pueblos de América Latina que han dejado de ser el patio trasero del Imperio.

ARA insiste en la necesidad urgente de la conformación orgánica de un Frente Revolucionario Anti-imperialista, Anti-oligárquico, Anti-fascista y de Liberación Nacional y Social.

Llama a conformar un Frente obrero-campesino-clases medias y bajas porque el proceso de cambios profundos no es patrimonio de un partido ni de un movimiento, sino de todos los pueblos, naciones y clases oprimidas de Bolivia.

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