Dr. Eugenio R. Balari
¿Puede en realidad aspirar este mundo a vivir en paz, armonía, seguridad y sin guerras cuando cada día que transcurre, aumentan los desempleados y la pobreza abarca de manera creciente toda la geografía del planeta?
La pobreza, además de ser inconmensurablemente injusta y deshumanizada socialmente, es fuente de contradicciones y antagonismos, muchos de ellos irreconciliables con los que se desarrollan en otras condiciones.
El vivir en condiciones de pobreza ya no es patrimonio de países específicos, ni tan siquiera de los más ricos y desarrollados.
Aunque existe una abismal diferencia en la pobreza de las naciones ricas y las pobres.
La pobreza, es evidente que ha hecho una metástasis mundial.
Los Estados Unidos de Norteamérica, siendo como le llaman la primera economía del mundo, para poner sólo su ejemplo, cada día tiene más pobres y también más desempleados; informaciones recientes sitúan sus actuales tasas de desempleo por arriba del 6%.
Las frecuentes crisis económicas y los grandes desequilibrios económicos y sociales entre regiones geográficas, países y sociedades, tienden constantemente a amplificarla y a promoverla.
Tiempo atrás se manifestaba una cierta esperanza para atenuar la preocupante situación de la pobreza en el mundo cuando la Declaración del Milenio, la que puso en primer plano los objetivos de desarrollo humano, aunque condicionados al crecimiento económico.
Sin embargo, los objetivos del milenio de reducir a la mitad la pobreza existente en el mundo se encuentran en una situación precaria y en grave peligro de incumplimiento.
Por lo pronto esas son las valoraciones que recientemente han realizado varias agencias e instituciones internacionales sobre tan escabroso y entristecedor asunto.
La Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD) eso es lo que considera y comenta de manera abierta y pública.
Por otra parte la UNCTAD en su informe sobre comercio y desarrollo considera que si no se logra un incremento de 50 mil millones de dólares para la Asistencia Oficial al Desarrollo, será imposible a los países pobres o en vías de desarrollo, disminuir significativamente los índices de la pobreza.
El secretario general de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) señaló que la mayoría de los países donantes no se encuentra al día con sus compromisos anteriores contraídos con la Asistencia Oficial al Desarrollo.
Al parecer todo hace indicar (aunque es un aspecto sin consenso), que se buscan justificaciones para condicionar la ayuda sobre la base de criterios de la inexistencia en ciertos lugares, de buena gobernabilidad y políticas adecuadas.
Para nosotros es evidente que la reducción de la pobreza, se encuentra en correspondencia con intensificar el aumento de los ingresos y sobretodo, con el fomento de nuevos empleos y fuentes de trabajo.
Mientras se retardan o incumplen los compromisos del Milenio, la Agencia Oficial al Desarrollo considera que se deben de orientar los recursos, insuficientes pero disponibles, hacia los países más pobres que son los que se encuentra en situaciones más difíciles y tienen mayores dificultades para originar procesos auto-sostenibles de inversión y crecimiento.
Se sugirió además a los países en vías de desarrollo diseñarse con urgencia hacia una diversificación económica y distanciarse de la dependencia de las exportaciones.
Lo que llama la atención es que tales problemas, discrepancias e incumplimientos que se manifiestan sobre los compromisos contraídos, son sólo para tratar de reducir la pobreza actual del mundo a su mitad, ni tan siquiera completa.
Lamentables situaciones que se ponen en conocimiento de la opinión pública y que demuestran las inconsecuencias de muchos de los gobiernos de la sociedad contemporánea.
La pobreza en el mundo seguirá en aumento.
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