Podría convertirse en un encubierto rescate de empresas, plantea
Elba Esther, la que “maneja” la SEP, dice en gira por Michoacán
Rosa Elvira Vargas (Enviada)
La venta de 10 mil millones de dólares es síntoma de mucha especulación, afirmó Andrés Manuel López Obrador ante habitantes de Sahuayo. Foto: La Jornada
Jiquilpan, Mich., 10 de octubre. Andrés Manuel López Obrador exigió que se transparente el destino de los cerca de 10 mil millones de dólares subastados por el Banco de México en tres días para apuntalar al peso mexicano.
“Que actúen con responsabilidad y con criterio técnico de libre mercado y competencia, no vaya esto a convertirse en un rescate encubierto de empresas y bancos”, planteó durante el segundo día de su gira por Michoacán.
Informado minuto a minuto de la evolución del mercado cambiario y de la subasta de 6 mil 400 millones de dólares realizada por el banco central para apuntalar la paridad del peso, el líder opositor manifestó su preocupación porque tales reservas se utilicen “como siempre para favorecer a los de arriba, a unos cuantos, a costa de la mayoría, del pueblo”.
Por ello, dijo, ha instruido a los economistas del “gobierno legítimo” para dar seguimiento al asunto. Pero desde ahora manifestó suspicacias sobre el destino de tales recursos porque “han convertido al gobierno en un comité al servicio de unos cuantos”.
En una primera lectura de lo ocurrido hoy, dijo que tal cantidad de divisas lanzadas a subasta es reflejo de “mucha especulación”, inédita, y que a pesar de esas medidas, la devaluación del peso se acerca ya al 30 por ciento.
Ante tal panorama, López Obrador arremetió de nuevo contra la “vulgaridad” de Felipe Calderón Hinojosa de soslayar los efectos de la crisis financiera de Estados Unidos sobre la economía mexicana. Y se refirió de nuevo a la advertencia que lanzó sobre el advenimiento de estos problemas, desde hace 14 meses.
“Pero entonces no nos hicieron caso. Optaron por la politiquería, por responder con absurdos, con tonteras y de manera muy irresponsable no actuaron a tiempo. Este es uno de los lamentables costos del fraude electoral de 2006”, aseguró frente a unos mil 500 habitantes del municipio donde nació Lázaro Cárdenas del Río, “uno de los dos mejores presidentes que ha tenido México”, a decir de López Obrador, ubicándolo al lado de Benito Juárez.
Desde sus primeras referencias al tema de la devaluación del peso y a la multimillonaria oferta de dólares de las reservas, el político tabasqueño insistió en que todo esto es resultado de mantener sin cambio la misma política económica desde hace 25 años.
“Si no nos hubiesen robado la Presidencia de la República, el país no estaría así. Se los aseguro. Nosotros planteábamos cambiar esa política económica y ellos, mantenerla. Ahí estaba la diferencia. Y siguieron con más de lo mismo, no cambiaron ni siquiera a los funcionarios, son los mismos. Ahí está por ejemplo el titular de Hacienda, el ineficiente de (Agustín) Carstens, discípulo de Francisco Gil Díaz, quien ocupó ese cargo con Vicente Fox y fue subsecretario con Carlos Salinas”, ilustró.
Desde sus primeras intervenciones, López Obrador arremetió contra el llamado plan anticrisis anunciado por Calderón Hinojosa. “¿Y por qué hasta ahora un programa de crecimiento y empleo? ¿Qué estaban haciendo en estos dos años?” Aseguró enseguida que el gobierno federal se vio obligado a diseñar esa nueva estrategia llevado por las circunstancias “y la presión de nuestro movimiento; de lo contrario, ya hubiesen entregado todo a los intereses del extranjero”, subrayó.
“Burro”
En todas las plazas visitadas este día –San José de Gracia, Jiquilpan, Sahuayo, Venustiano Carranza, Pajacuarán, Ixtlán y Zamora– el político tabasqueño fue muy duro en sus calificativos al gobierno de Calderón Hinojosa. Lo tachó de “inútil”, de no haber “pegado ni un clavo” en estos dos años y, de plano, indignado porque no se escucharon sus advertencias de la crisis económica, le espetó al inquilino de Los Pinos: “¡Burro, te lo estuvimos diciendo!”
También insistió en la necesidad de recortar el “copete” de los privilegios concedidos a la alta burocracia, a la cual hasta se le llegan a pagar las cirugías plásticas con los seguros médicos privados que se les conceden.
En Sahuayo, también ante un auditorio numeroso al que se sumaron muchos maestros, López Obrador acusó a la dirigente del magisterio, Elba Esther Gordillo, de ser quien “maneja” la Secretaría de Educación Pública y dijo que Josefina Vázquez Mota es ahí apenas una figura decorativa.
Pesimista en sus pronósticos sobre lo que viene para el país, López Obrador insistió en que se debe modificar la estructura del gasto público para destinar más a la atención de tantos jóvenes a quienes se ha excluido del sistema público, “empujándolos en muchos casos a tomar el camino de las conductas antisociales”.
Esa, insistió, es una de las razones que explican el crecimiento de la violencia en México, de que se consignen ya cerca de 6 mil muertos en 19 meses, algo no visto “desde la Revolución Mexicana”.
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