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Sumario:
I. “El mal gobierno y el régimen de injusticias son los responsables de que México esté hundido en la pobreza, el desempleo, la carestía, la inseguridad y la violencia”: AMLO
II. Gaza en México, por José Luis Piñeyro
III. Las familias, por Alejandro Encinas
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“EL MAL GOBIERNO Y EL RÉGIMEN DE INJUSTICIAS SON LOS RESPONSABLES DE QUE MÉXICO ESTÉ HUNDIDO EN LA POBREZA, EL DESEMPLEO, LA CARESTÍA, LA INSEGURIDAD Y LA VIOLENCIA”: AMLO
López Obrador sostuvo que el mal gobierno y el régimen de injusticias son los responsables de que México esté hundido en la pobreza, el desempleo, la carestía, la inseguridad y la violencia y, por ello, es necesario que cambie la vida pública del país.
En el segundo día de actividades por territorio chihuahuense, en los municipios del Valle del Rosario, Huejotitlán, El Tule, Balleza y Valle de Zaragoza, el presidente legítimo de México dijo ayer que “insistiremos en que el pueblo de México requiere un mejor destino porque ya no es posible continuar con la misma política económica neoliberal que, desde hace más de 26 años, vienen imponiendo los gobiernos panistas y priistas, con la cual no ha habido crecimiento económico”.
El dirigente de la izquierda mexicana señaló que en México no se ha registrado un estallido social porque los mexicanos deseamos vivir en paz y porque muchos jóvenes han decidido emigrar para trabajar y vivir en Estados Unidos.
Para este año, mencionó, “los expertos en economía pronostican que habrá crecimiento económico cero y, por ello, es necesario que el gobierno espurio cambie la actual política económica”.
En la antesala de los comicios del próximo 5 de julio, Andrés Manuel López Obrador informó que apoyará a los candidatos que postule el Frente Amplio Progresista, formado por el PRD, PT y Convergencia, a diputados locales y federales, así como a presidentes municipales y gobernadores.
Al conceder una entrevista al matutino “Buenos Días Parral”, que se transmite por el 101.7 FM, el presidente legítimo de México afirmó ayer que no existe distanciamiento alguno con su partido —el PRD— y subrayó que su tarea se concreta en estos momentos a la defensa de la economía popular en este periodo de crisis nacional y mundial.
El principal objetivo es la transformación del país, la defensa de la economía popular y del petróleo, puntualizó, al recordar que en el movimiento por el cambio real y verdadero participan militantes y simpatizantes del PRD, PT y Convergencia, así como ciudadanos sin filiación partidista o que pertenecen a diversas agrupaciones sociales y sindicales.
López Obrador calificó de hipócritas a los panistas de arriba y reprobó la intención del ayuntamiento de Guanajuato, precisamente de extracción panista, de castigar con 36 horas de cárcel o aplicar una multa de 30 salarios mínimos a todo aquel ciudadano que sea descubierto lanzando palabras altisonantes o besándose en la vía pública.
Luego de que el alcalde de Guanajuato, Eduardo Romero Hicks, anunciara que se suspende la entrada en vigor del Bando de Policía y Buen Gobierno, el presidente legítimo de los mexicanos anunció: “Yo voy a ir a Guanajuato para decirle chachalaca ladrona a Vicente Fox. A ver si me van a multar”. Enseguida declaró que los panistas son los principales predicadores de la doctrina de la hipocresía.
En otro orden de ideas, López Obrador dijo que Calderón “es un pelele, un mequetrefe y fue impuesto por la banda de los 30, que se creen amos y señores de México”. Recordó que “el falsario y el mentiroso de Felipe Calderón anunció un plan anticrisis, pero no fue capaz de reducir los altos e insultantes sueldos de la alta burocracia del gobierno espurio, que destinó 6 mil millones de pesos para la atención médica de los altos funcionarios”.
Finalmente, convocó al pueblo de Chihuahua a participar el próximo 25 de enero en la asamblea nacional, en el Zócalo de la Ciudad de México.
Para hoy, Andrés Manuel López Obrador recorrerá los municipios de San Francisco Javier de Satevó, San Andrés Riva Palacio, Carichi, Cusihuiriachi (Chopeche) y Gran Morelos (La Paz).
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GAZA EN MÉXICO
por José Luis Piñeyro
(publicado en El Universal el 17 de enero de 2009)
Carmen: bienvenida de nuevo a la lucha democrática
La guerra de cerco y arrasamiento del Estado de Israel en Gaza ha sido justificada como un acto de legítima defensa ante los ataques con misiles de Hamas a la población civil. Sin embargo, para el derecho internacional el ejercicio de tal acto tiene limitaciones: la contraofensiva debe ser pronta, proporcional y provisional.
Pronta lo fue pues se dice que respondió a los cientos de misiles que Hamas lanzó después de una tregua, pero se hace omisión de la historia reciente: la ocupación de dicho territorio y el férreo control económico y militar israelí al ingreso de personas, alimentos y medicinas. Proporcional no lo ha sido ni lo puede ser; el mejor símil es una lucha de pedradas palestinas frente a balazos israelíes, plasmado en una absoluta desproporción de armamento, combatientes, muertos y heridos, destrucción física (casas, hospitales, escuelas, depósitos de agua) y aliados externos. Provisional, porque la acción de defensa sucede hasta que Naciones Unidas toma iniciativas para restablecer la paz; organización que brilla por su incapacidad pues la resolución 1860 de su Consejo de Seguridad, no quitó el sueño a los dirigentes israelíes, que cuentan con el apoyo de Estados Unidos, la cínica complacencia de algunos estados árabes, el vergonzoso silencio de ciertos líderes palestinos de Cisjordania y la parálisis cómplice de las potencias europeas y asiáticas.
La desproporción entre el Estado de Israel y la nación palestina es abrumadora en términos de población, territorio, economía y milicia, similar a la que existe entre Estados Unidos e Irak y sobre todo Afganistán. Como esta dimensión del conflicto es difícil de visualizar si hacemos referencia a otros países, resulta más gráfico si usamos el caso de México.
Nuestro territorio es de casi 2 millones de kilómetros cuadrados (km2) y con una población de 107 millones de personas. La Franja de Gaza es de sólo 360 km2, saturada con millón y medio de habitantes, franja cercada por mar y tierra, una ratonera de donde es imposible huir. Si obviamos la destrucción física y nos referimos a la humana de la presente guerra, su saldo da un total de al menos mil muertos, la mayoría civiles, y 4 mil 400 heridos. Esto en proporción a nuestra población nacional equivaldría a 71 mil 400 muertos y 314 mil 160 heridos; si la reducimos a los 8 millones 700 mil habitantes de la ciudad capital, los muertos equivaldrían a 5 mil 800 muertos y 25 mil 528 heridos. De ese tamaño sería la carnicería humana hipotética para nosotros y real para los palestinos. Además de la legítima defensa se ha llegado al extremo de afirmar que es la lucha de la civilización frente a la barbarie: “Si Israel fuera derrotada, serían derrotadas la modernidad, la cultura y la libertad. La lucha de Israel, aunque el mundo no quiera saberlo, es la lucha del mundo” (Pilar Rahola).
Olvidan quienes sostienen esto, que los refinados alemanes nazis comían y brindaban con vino y oían óperas de Wagner mientras en los hornos crematorios morían judíos y también comunistas, patriotas y homosexuales de distintas nacionalidades. Recién un joven judío publicó en El Universal (10/I/09) una nota titulada “¿Y si tú fueras israelí?”. Yo diría lo mismo si fuera católico, protestante, musulmán, ateo o agnóstico: ¡paren esa bárbara carnicería e inicien un proceso de paz justa y duradera para ambos pueblos!
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LAS FAMILIAS
por Alejandro Encinas
(publicado en El Universal el 17 de enero de 2009)
A colación del Encuentro Mundial de las Familias que la jerarquía católica realiza en nuestro país, vale la pena hacer una reflexión sobre el tema, aún más cuando los profundos cambios demográficos, económicos, sociales y del desarrollo urbano han transformado sustancialmente la noción y la composición tradicional de los núcleos familiares.
Ante la visión imperante en este encuentro, en el sentido de insistir que la familia tradicional o natural es el único modelo moralmente aceptable, la realidad muestra que no existe un único modelo de familia, y si bien la familia nuclear es la más numerosa en México, existen otros tipos, como lo demuestran los datos del INEG para el 2000: 68% del total de los hogares en México son de tipo nuclear; en tanto, los hogares formados por una persona han alcanzado 7% nacional y el número de hogares encabezados por mujeres representa uno de cada cinco. A lo que habría que sumar los cambios en la composición familiar derivados de la migración o de la formación de familias diversas.
Nuestro país ha experimentado una creciente diversificación de los modos de convivencia doméstica que han llevado a una revisión y un replanteamiento de las posiciones ideológicas y del papel de las instituciones y las políticas públicas en materia de equidad de género, combate a la discriminación y a la violencia contra la mujer y los infantes, integración familiar y reconocimiento a la diversidad, para atender las nuevas realidades en la composición de las familias mexicanas, dejando atrás las visiones moralistas y unilaterales. Incluso la izquierda ha superado la vieja concepción marxista que consideraba la familia como una institución burguesa.
Así, en la izquierda mexicana hemos reconocido que la familia en México es la base fundamental del tejido social y juega un papel de cohesión y solidaridad que nos diferencia de otras sociedades. Prueba de ello son, por ejemplo, los programas sociales impulsados en el GDF, los cuales, desde los apoyos a adultos mayores, a madres solteras, a personas con discapacidad, a jóvenes en situación de riesgo, enfrentaron los problemas de desintegración familiar y contribuyeron con los beneficiarios de estos programas a reinsertarse en su núcleo familiar.
También se ha puesto en el centro de esta discusión la necesidad de dejar atrás el modelo autoritario que representa la familia tradicional con predominio paterno y masculino que subordina a mujeres e hijos; niega a sus integrantes su capacidad de desarrollo personal, les impone roles, tolera la violencia y la discriminación entre éstos e incluso los excluye del patrimonio familiar. Una sociedad que se precie de democrática requiere una familia que supere el papel de subordinación de sus miembros y sea la simiente de una sociedad equitativa.
Por ello, dentro de las tentaciones autoritarias y el tufo conservador que permea a nuestra sociedad, no dejan de ser preocupantes las declaraciones de Felipe Calderón, quien, en medio de evocaciones religiosas, en especial a San Felipe de Jesús, reivindica la llamada familia tradicional, la cual considera es la única que puede garantizar un núcleo sólido y con valores, ya que de nueva cuenta se reitera el abandono del carácter laico del Estado, pero en particular porque esa visión niega la existencia en México de distintas formas de integración de núcleos de convivencia familiar a las que el Estado debe reconocer derechos y otorgar garantías legales plenas.
Las familias mexicanas son diversas, por lo que es inadmisible que a estas alturas del siglo XXI se pretenda imponer la noción de familia natural como modelo único. El Estado y la sociedad deben garantizar en todos los órdenes el respeto a la pluralidad, la diversidad y la privacidad de las personas para integrar el modelo familiar que satisfaga sus intereses y convicciones. La necia realidad continúa demostrando cuán diversos somos.
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