Barómetro Internacional
Por Kintto Lucas
Juan Carlos Onetti dijo alguna vez: “Lo más importante que tengo sobre mis libros es una sensación de sinceridad. De haber sido siempre Onetti. De no haber usado nunca ningún truco… de no haberme estafado a mi mismo ni a nadie nunca. Todas las debilidades que se pueden encontrar en mis libros son debilidades mías y son autenticas debilidades”. Creo que fue en una entrevista con Maria Esther Gilio.
Si alguien leyó la obra de Onetti y leyó su vida no tiene duda que fue así. Su obra es un reflejo de su vida y su vida es un reflejo de su obra. Nunca se le hubiese ocurrido hacer de Santa María un pueblo de telenovela, por ejemplo.
Si trasladamos esta imagen a la política uruguaya del siglo XX podríamos decir que José Batlle Ordoñez no se traicionó a si mismo y supo ver la necesidad de reforzar el Estado para lograr políticas y leyes sociales, industrializar el país para levantarlo y decirle a la Iglesia que se dedique a salvar almas si es que podía hacerlo. También podríamos pensar que Aparicio Saravia fue sincero, y dio el toque de atención sobre el olvido en que quedaba el campo con el proyecto batllista. Deberíamos hablar de Raúl Sendic quien nunca se estafó a si mismo y supo rescatar ese Uruguay de los cañeros, los arroceros, los otros, y mostrar la decadencia de la "Suiza de América". Habría que señalar a Líber Seregni quien fue auténtico al reivindicar la dignidad y el honor militar.
Llegando al presente, no hay duda que cuando uno escucha hablar a José Mujica nota una sensación de sinceridad y enseguida percibe que Mujica ha sido siempre Mujica, que no ha usado ningún truco… que no se ha estafado a si mismo ni a nadie, y que todas la debilidades o fortalezas que se pueden encontrar en su discurso y en su accionar son debilidades y fortalezas suyas. Porque Mujica es antes que nada un ser humano real que no oculta como es, como cualquier hijo de vecino.
Con una capacidad de mirar más lejos que muchos, sin duda; sino no sería un candidato a Presidente con pasta de estadista y con la popularidad que tiene. Con la experiencia para moverse en cualquier escenario, así sea entre reyes o entre pobres; claro. Con un conocimiento real del país urbano y rural como pocos, sin duda. Con una sabiduría para conformar y coordinar equipos de trabajo a cualquier nivel, sea en un partido, un ministerio o un gobierno, obvio. Con la solvencia, seguridad y firmeza para realizar una gestión gubernamental seria, constructiva; claro. Con la tolerancia y la tranquilidad para reconocer los errores y escuchar el aporte de todos y todas, seguro.
Por todas esas condiciones y muchas más, José Mujica será el Presidente de todos /as los /as uruguayos /as. Pero sobre todo, porque Mujica nunca deja ni dejará de ser Mujica.
Ante Lula, ante Obama, ante Correa, ante Evo Morales, ante el “rey” Juan Carlos, ante Cristina Fernández, ante la selección uruguaya, ante los vecinos y vecinas del barrio Marconi o del Buceo, ante los periodistas, ante la barra chica y la barra grande Mujica es Mujica.
Cuando la gente vota por Mujica sabe que está votando por alguien que nunca se estafó a si mismo ni estafó a nadie. Y si analizamos un poquito esa autenticidad, tal vez la encontremos en el fondo de una cosa que algunos le llaman uruguayez. Esa cosa rara que a veces no sabemos que es, pero sabemos que existe cuando suenan los tamboriles, o aparece una murga en el escenario, o vemos unos gurises haciendo un picado, o entramos al Paraninfo de la Universidad o al Salón de los Pasos Perdidos…
Entonces, cuando alguien vota por Mujica sabe que vota por alguien auténtico, alguien que no le está mintiendo, alguien que no le va a mentir.
Esa autenticidad le da a José Mujica la popularidad que tiene. Esa autenticidad hace que, según datos de una encuesta reciente, sea el político uruguayo que cuenta con la mayor simpatía de la gente y la menor antipatía.
Hay candidatos que tienen una alta popularidad pero también un rechazo muy importante de la población. Esos, según datos de la realidad, nunca ganan una elección.
En cambio, hay candidatos que tienen alta popularidad y poco rechazo. Esos son los que ganan las elecciones. Ese es el caso de José Mujica, confirmado por la percepción de la gente y por las encuestas…
kintto@yahoo.com
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario