jueves, abril 09, 2009

¿Nuestro futuro?

El pelele usurpador que cada vez hunde más a México va a seguir el mismo plan que los Estados Unidos dictó a Uribe y que ha fracasado rotundamente ocasionando muchas muertes, pobreza y desolación. Con ello atemorizará a la población y la alimentará con la manipulación mediática que acostumbra para que tolere toda clase de autoritarismo e injusticia:

Comunicado de CPDH COLOMBIA

Fecha: martes, 7 de abril de 2009, 12:58 pm

Bogotá, 03 abr. 2009,- El Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) de Colombia, publicó la carta que enviaron las organizaciones norteamericanas al Presidente Barack Obama, hace dos semanas.

Esta carta propone el fin del Plan Colombia, la ayuda militar, y la "guerra contra la droga" y apoyo para una solución política y negociada para el conflicto armado en Colombia. Fue firmado por 46 organizaciones de EE.UU.

Estimado Presidente Obama: Usted nos ha desafiado a asumir los retos importantes que enfrenta nuestra nación y a hacer un cambio genuino en la forma como Estados Unidos se relaciona con el resto del mundo.
En Colombia, un cambio real en política comienza por reconocer que el enfoque militar al tráfico de drogas de los últimos ocho años ha sido un absoluto fracaso y que se necesita una nueva política. Este enfoque, llamado Plan Colombia, ha buscado reducir la producción de hojas de coca a la mitad para afectar el precio y la disponibilidad de cocaína en nuestras comunidades y, en últimas, reducir el uso de cocaína y los problemas sociales que éste genera. Para tal fin, Estados Unidos ha gastado más de $6 miles de millones de dólares desde 2000, cerca del 80% en las fuerzas armadas colombianas.

Mirado desde todos esos indicadores, el plan ha sido un desperdicio de recursos. La cocaína que entra a Estados Unidos cuesta lo mismo que costaba hace ocho años, en algunos sitios es más económica y más fácil de conseguir. La aspersión aérea ha causado un desastre medioambiental y menoscabado la salud y cultivos de campesinos colombianos pobres, en tanto que la cantidad de hojas de coca cultivada se ha mantenido constante, lo que sugiere que Plan Colombia tiene muy poco impacto con cualquier fluctuación del precio.

Más de tres cuartos de la asistencia de Estados Unidos a Colombia se ha dirigido a una erradicación de drogas fallida. Los promotores de la asistencia también aducen que el plan también ha resultado en una disminución de secuestros por la guerrilla, menos masacres y la desmovilizació n de 30,000 paramilitares. Sin embargo, para millones de colombianos su seguridad ha sido arrasada. Desde que Plan Colombia inició, más de 2.5 millones de colombianos han tenido que huir de sus hogares debido a la violencia, dando lugar a la peor crisis humanitaria del hemisferio. Indígenas cuyas identidades están en riesgo de extinción y afrocolombianos representan número desproporcionado de desplazados internos. Y el desarraigo de desplazados internos de sus comunidades continúa con igual intensidad: más de 270,000 huyeron en el primer semestre de 2008. Para esas familias, ésta no es una guerra contra el terror, sino el mismo terror.

Ambos bandos del conflicto armado en Colombia han cometido atrocidades terribles. Las fuerzas armadas financiadas por Plan Colombia tienen el peor récord en abusos de derechos humanos en las Américas, y el asesinato de civiles por el ejército –casi la mitad cometidos por unidades apoyadas por Estados Unidos ‐ ha aumentado en los dos últimos años. Por consiguiente, Estados Unidos no debería armar bando alguno en un guerra sin fin en cual la mayoría de quienes sufren son civiles.

En mayo pasado, usted dijo “a la persona que vive con miedo a la violencia no le importa si está amenazada por un paramilitar de extrema derecha o por un terrorista de izquierda…por un cartel de la droga o una fuerza de policía corrupta. A ellos solamente les importa que… sus familias no pueden vivir y trabajar en paz.” Nosotros compartimos ese pensamiento. Para nosotros, y pensamos que para Usted, sí importa que la gente esté amenazada por fuerzas armadas corruptas y brutales que han sido entrenadas y equipadas con el dinero de nuestros impuestos. Nosotros queremos que eso cese.

No tiene que ser de esa manera. Nuestra nación podría promover la tan anhelada paz en Colombia si estamos dispuestos a usar nuestros recursos en diplomacia para apoyar una paz negociada. Mientras miles de millones fluyen a la guerra en Colombia, los programas de salud para tratar la adicción a las drogas y la economía grande aquí en casa sufren de un profundo déficit social. De la población que abusa de las sustancias, siente la necesidad de tratamiento y está lista a dejar de usar las drogas, más de la mitad no pueden pagar el costo del tratamiento. La actual crisis económica hará que la situación para esas personas y sus familias sea aún peor, a menos que actuemos.

Por las anteriores razones, le instamos a:

* Reconsiderar la fallida “guerra contra las drogas” en Colombia. En lugar de gastar miles de millones en una fallida estrategia “del lado de la oferta” que financia abusos a los derechos humanos, destruye el medio ambiente y alimenta un conflicto armado que lleva décadas, Estados Unidos debería terminar la ayuda militar al ejército colombiano. Comenzar por suspender toda la asistencia para fumigación y entrenamiento militar.

* Apoyar una terminación negociada al conflicto armado en Colombia, usando todos los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos.

* Invertir en desarrollo alternativo real afuera y en prevención y tratamiento de drogas en casa. La asistencia a Colombia debería incluir mucha más ayuda humanitaria a los millones de desplazados internos, administradas por agencias independientes no ligadas a lo militar y apoyar la justicia para las víctimas de la guerra. El gobierno federal debe financiar completamente el Bloque de Becas para Abuso de Sustancias e incluir tratamiento a la adicción en la reforma integral a la salud. Dicho tratamiento reducirá, a la larga, los gastos en salas de emergencia y los costos en la justicia criminal originados en la adicción no tratada.

Creemos que esta nación necesita un cambio en su fallida política hacia Colombia. Esto requiere una profunda revisión de cómo se gastan los fondos y qué resultados han producido en lo que lo importa más –respecto de los más vulnerables y las víctimas de la violencia. Esperamos trabajar con Usted y el Congreso para lograr esas metas.

Atentamente,

México: tres secuestrados al día

Cecilia Barría
BBC

México se ha convertido en uno de los epicentros mundiales del secuestro. Según cifras del gobierno, en 2008 se produjeron 1.024 secuestros denunciados por los familiares de las víctimas, equivalentes a un promedio de tres personas plagiadas al día.

Actualmente, hay en México un promedio de tres personas secuestradas por día. Eso significa un incremento del 90% en los últimos seis años (panistas). Sin embargo, existe la llamada "cifra negra" que se refiere a todos los casos de secuestro que no son denunciados a las autoridades por temor a que algunos funcionarios de los cuerpos policiales sean cómplices del crimen organizado. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, apenas un cuarto de los casos son reportados, mientras que otras estimaciones de organizaciones civiles señalan que la mitad de los casos salen a la luz pública. Más allá de la "cifra negra", lo que a muchos les preocupa es el incremento del delito, especialmente en zonas del Estado de México.

Colombia: militarizan a Medellín

Redacción
BBC Mundo

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ordenó el envío de cientos de soldados adicionales a Medellín tras el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico, que ha provocado la muerte de docenas de personas en lo que va del año.

Cerca de 30 personas han muerto en Medellín en los últimos cinco días.

El propio Uribe regresó a Medellín, su ciudad natal, para enfrentar la crisis.
Desde el pasado viernes cerca de 30 personas fallecieron por los enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes que luchan por el control de una organización que fue iniciada por el desaparecido ex jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar.
El grupo mafioso, conocido como la Oficina de Envigado, fue creado por Escobar como un servicio de asesinato, pero tras la muerte del capo en 1993 se expandió al tráfico de drogas y la extorsión hasta convertirse en una de las más temidas bandas de Colombia.
Ante la situación, más de 600 militares y policías comenzaron a desplegarse en Medellín este miércoles para reforzar la seguridad de la ciudad.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, indicó que los hechos de violencia "son enfrentamientos entre las bandas delincuenciales, entre ellos mismos se están acusando de
sapos y hay que tomar las medidas para evitar nuevas muertes".

Regreso al pasado

En lo que va del año la escalada de violencia ha dejado 325 homicidios en Medellín, informaron las autoridades militares.
La presente violencia en Medellín recuerda los días en que dominaba la ciudad el capo Pablo Escobar.
Cientos de efectivos fueron desplegados en las zonas más violentas, principalmente en la comuna nororiental de la ciudad, que es un cinturón de barrios populares.
Desde Medellín, el corresponsal de la BBC, Jeremy McDermott, explicó que la situación que se vive en la ciudad colombiana "es como el retorno de los antiguos días de Pablo Escobar, con cadáveres apareciendo por toda la ciudad mientras se enfrenta la mafia".
McDermott indió que la violencia se desató tras el arresto de uno de los líderes de la Oficina de Envigado en la costa caribeña colombiana, donde supuestamente dirigía una operación de contrabando de narcóticos.
También han circulado denuncias de que uno de los dirigentes de la organización negocia un acuerdo con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) para entregarse, lo que significaría que todos los secretos de "la oficina" podría ser revelados.
"El resultado ha sido un baño de sangre causado por los miembros de las bandas que tratan de silenciar a quienes se atrevan hablar con las autoridades estadounidenses", agregó McDermott.
Además del narcotráfico, la llamada Oficina de Envigado realiza acciones de cobro de cuentas que en ocasiones terminan en asesinatos.

No hay comentarios.: