Por María Teresa Jardí
A punto de cumplirse un siglo de la Revolución Mexicana y dos de la liberación del yugo de España y en medio de una crisis mundial, con todavía no valoradas del todo sus seguramente más lamentables consecuencias; endeudado el país por el usurpador de turno como ningún otro lo está en el planeta; sin planta productiva generadora de empleos y en medio de una falsa “guerra contra el narcotráfico”, que salta a la vista que sólo tiene por objeto justificar la corrupción e impunidad que impera entre la clase política y algunos empresarios. La orden de aprehensión dictada por un juez, a modo, del DF, en contra del mandato, al parecer, de un superior y sin que se haya “enterado” la PGJDF que de inmediato señala “que no hay delito que perseguir”.
La orden de aprehensión, evidentemente injustificada, girada a las doce de la noche del viernes pasado contra el líder minero Napoleón Gómez Urrutia, es obvio, que busca acabar de arraigar, junto con el Espíritu de Cananea, que bien puede servir como estandarte, desesperado que está el PAN y podridas que también están las jerarquías de todos los partidos políticos, la convicción de que el 2010, de suyo un año convertido en mítico en el imaginario social, es el año que cada siglo nos depara —amén de como tragedia a los mexicanos— como el de la necesidad de enfrentarnos armados en un intento para cambiar las cosas.
La fascista derecha panista necesita que en uno o mejor en varios lugares y de preferencia diversos grupos sociales se vayan levantando en armas ante la situación impuesta.
O que aunque no tomen las armas —que el desgobierno ya se encargará de sembrarles— necesita generar muchas APPO y más de un Atenco que, en protesta ante tanta injusticia, vayan generando a la par las condiciones para “justificar” la represión, que ya está, pero que no acaba de ser “justificada”, por la mayoría, del todo.
Ya se sabe que siempre existirán pensantes que no se dejarán convencer. Pero también ya se sabe que los pensantes también son reprimibles y los ataques a la poquísima prensa independiente que queda, claramente así lo demuestran.
Buscan convencer a los que empiezan a ver como “raras” tantas ejecuciones impunes y a cuestionar la evidencia de “policías” siempre involucrados en la comisión de todos los delitos.
El PAN necesita reventar el país para seguir, desde el poder controlado, rematando lo que quede. Y si no logra quedarse para largarse lo más rápido posible a disfrutar de las fortunas inexplicables que acumula en su haber la derecha fascista que hoy usurpa el Ejecutivo, con Calderón como cabeza.
Ayer someramente me referí a dos casos de familias ricas pero vinculadas al deporte. Empresario, de buen tamaño, Martí, vinculado, como Nelson Vargas, con el deporte. Lo que tendría que haber sacado todas las tarjetas rojas incluso porque el deporte es la mejor de las medicinas preventivas para salvar a los jóvenes. Pero, además, porque los dos casos llevan implícito el mensaje de que el sistema impuesto “necesita Zetas y mercenarios” y no quiere jóvenes deportistas.
Si esto no fuera así, por más elementos que tenga para chantajear al partido que usurpa el Poder Ejecutivo, García Luna, habría sido, al menos, retirado del puesto que mal ocupa. Aunque lo hubiera mantenido como asesor el usurpador incluso para callar lo que le debe saber a él.
Pero como todo está claramente definido desde el sótano del poder, si los jóvenes se convierten en deportistas se acaba con esa mano de obra barata que no se encuentra, cualquiera sabe, en los campos donde se juega al fútbol.
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