miércoles, mayo 13, 2009

Columna Asimetrías. China y Cuba y México


Por Fausto Fernández Ponte







13 mayo 2009

“Felipe Calderón ocultò el brote viral de la influenza por la visita de Barack Obama”.
Fidel Castro.

I

La agria fermentación de las relaciones del Estado mexicano con los Estados chino, cubano, ecuatoriano y argentino, entre otros, no es, aclárese con subrayada precisión, ni ha sido una ofensa al pueblo de México. Ni remotamente. Ni de lejos. Es artificial.

Son los personeros panistas y sus afines del poder político del Estado mexicano y los partiquinos y simpatizantes los que invocan el nombre de un pueblo que no los eligió (recordemos el fraude electoral de 2006) y hablan de ofensas a los mexicanos.

Esa es una falacia, si no es que una franca estupidez. Felipe Calderón, jefe del Espuriato, ha reprochado públicamente a los gobernantes de Argentina, Cuba, China, Ecuador y otros Estados haber suspendido vuelos desde México a esos destinos.

En nuestro propio país, las empresas de transporte aéreo grandes y pequeñas han suspendido vuelos a destinos en territorio nacional. Según la patéticamente simplista raciocinio calderonista ¿habrían esas empresas ofendido también al pueblo de México?

Esa racionalidad, empero, no debe sorprender a los mexicanos, pues el señor Calderón y su cohorte de partiquinos, cofrades y allegados promueven activamente y ya han logrado eliminar la lógica, la moral, la ética y la estética de la educación pública.

Pero, se preguntaría el caro leyente: ¿qué tiene que ver la cosmovisión medieval –oscurantista, sin duda-- de don Felipe y asociados con la enseñanza de lógica, moral, ética y estética con el reproche a los gobiernos de Argentina, Cuba, China y Ecuador?

II

Mucho. Y todo. La superficialidad del pensamiento político y social de don Felipe y asociados y, por inferencia válida, la generación de panistas que representa, retoma atavismos de supercherías y prejuicios, producto de ignorancia y negación.

Negación a la lógica profunda, recursiva, rigurosa, esa que discierne objetivamente la realidad e hace posible comprender ontológicamente los componentes de premisas y, a la vez, el registro
racional de la dialéctica de los silogismos consecuenciales.

Negación honda, añadiríase, abisal incluso, de la posibilidad de tomar conciencia siquiera de que el proceso de raciocinio --discernimiento, registro, identificación y enfoque secuencial de la
realidad-- es superficial, epidérmico, simplista y pedestre.

Negación de la existencia de otras vías de razonamiento y, ergo, de análisis de la realidad, sin prejuicios y por encima de las inclinaciones reptilianas aun presentes en la composición cerebral
humana y que dominan ciertos comportamientos del poder.

Tal es el basamento formativo de la peligrosa novatez que exhiben el señor Calderón y sus operadores, prosélitos y acólitos políticos –la alta y mediana burocracias-- instalada en la rama
ejecutiva del poder político del Estado.

Ello es un verismo discernido objetivamente. Esa confusión exhibe dramatismos preocupantes. Don Felipe y sus legionarios burocráticos y políticos confunden la política con la politiquería, el oportunismo con la oportunidad. No es estadista.

III

Y no sólo eso. Ni siquiera es un político en toda la extensión semántica del vocablo. Más, ¿es esa una manifestación de perversidad de don Felipe? No. Es una manifestación de ineptitud, de ausencia de oficio político elemental.

Don Felipe es, lamentamos reconocerlo, solamente un “grillo”. Es decir, sólo sabe hacer “grilla”, no política a medias ni mucho menos alta, la que debiere practicar un hombre o mujer de Estado, un estadista, y no un trepador sin escrúpulos.

Un estadista registraría y usaría las coyunturas políticas en función del interés estratégico del Estado y, axialmente, del interés estratégico del principal elemento constitutivo de ese Estado, el
pueblo. Vienen al caso Cuba y China sobre todo.

Un político superficial y oportunista como el señor Calderón (y, triste es admitirlo, los políticos actuales en general, panistas o priístas o perredistas y de otros partidos, con honrosas excepciones) actúa opuesto al enunciado del interés estratégicos del pueblo.

La experiencia cotidiana en México demuestra ese aserto. Inventar distractores mediante la invención de culpables: unir al pueblo en torno a un agravio supuesto o a una dudosa amenaza exterior a los mexicanos. Cuba nos “agravia”. China nos “ofende”.

Y ambos nos “discriminan” por mexicanos, pese a que la historia de discriminación a chinos en México es documentadamente terrible --linchamientos y virtual esclavitud-- desde los primeros contactos en la entonces Nueva España y, luego, hasta hoy.

Con Cuba, el contencioso es unilateral, de nuestra parte. Si algún pueblo americano siente predilección por el de México es el cubano. La vertiente europea y africana de nuestro pueblo viene de Cuba, en copulación epónima con la vertiente autóctona.

Un estadista no reprocha a otros velar por sus pueblos. Por soberbia, don Felipe no sabe que aprenderíamos de China, que en 2002 sufrió una epidemia viral monstruosa, y de la generosa solidaridad de Cuba. Pero estamos ayuntados a Estados Unidos.

ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com

Glosario:

Copulación: que copula o sirve para copular. Unirse o juntarse sexualmente. Dialéctica: relación entre opuestos. Serie ordenada de verdades o teoremas que se desarrolla en la ciencia o en la sucesión o encadenamiento de los hechos.

Epónima: de época.

Ontológica: relativo a la ontología, parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales.

Superchería: fraude, dolo, engaño. Superstición.

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