Editorial. Consumatum est.

Año 8, número 3220

Miércoles 13, mayo del año 2009

No porque sabíamos que la traición se presentaría de un momento a otro, podemos dejar de sentir dolor por lo que sucede. De hecho, en este mismo espacio, a raíz de los “debates” que se llevaron a cabo en torno al petróleo y el destino de PEMEX, lo habíamos hecho notar.

Independientemente de que los “debates” les valieron un serenado comino a quienes espuriamente nos gobiernan, se dijo hasta el cansancio que habían dejado una “rendija” por la cual toda nuestra riqueza se podía perder como si fuera un hoyo negro.

El no a la privatización, que fue el tema principal que preocupaba a la sociedad, no fue escuchado por las Autoridades y Jesús Reyes, Director de la Paraestatal declaró: Si no hay recursos para la refinería, se recurriría a los extranjeros.

Refinería que supuestamente se construirá en Hidalgo, cuando las refinerías se construyen en los puertos por razones evidentes de distribución; y además requieren de grandes cantidades de agua que en Hidalgo simple y sencillamente no la hay.

El asunto es que el perverso acto de traición a la Patria, da claramente a entender el porqué el señor Calderón, aprovechando la terrible “pandemia”, se abrogó anticonstitucionalmente facultades no previstas en la Carta Magna, estableciendo un Estado de Excepción que suprime de un golpe las Garantías Individuales de todos los mexicanos.

Y aunque la Historia juzgará al michoacano en su justa medida, seguramente como un traidor que entregó a la Patria a los intereses extranjeros, todavía los mexicanos tenemos la oportunidad de deshacernos del Dictador.

Bastaría con que lleváramos a cabo un boicot a la Coca-Cola; pues finalmente un litro de chispeante refresco es más caro que un litro de gasolina. Por lo que se apela a la conciencia de quienes amamos a nuestra Patria, para que luchemos, sin violencia, como nos enseñó el gran Mahatma, en contra de quienes han traicionado a la Nación.

Porque si nos unimos, con toda seguridad triunfaremos. Si no lo hacemos, todo habrá terminado. Consumatum est.

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