Claudia Herrera y Blanche Petrich
San Salvador, 1º de junio. La toma de posesión de Mauricio Funes, primer presidente de izquierda en El Salvador, fue atestiguada por Felipe Calderón Hinojosa y por políticos mexicanos que acudieron por su cuenta.
Calderón fue uno de los 11 presidentes que coincidieron en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones.
Entre quienes recibieron más aplausos –en un auditorio integrado sobre todo por la militancia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)– estuvieron los mandatarios de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Ecuador, Rafael Correa. También, la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton.
Por contraste, el recibimiento a Calderón y al colombiano Álvaro Uribe fue frío.
De hecho, se escucharon algunos abucheos cuando el colombiano entró en el recinto, y una persona gritó ¡fraude! a la llegada del mexicano.
Otro asistente fue Porfirio Muñoz Ledo, coordinador del Frente Amplio Progresista, quien consideró que en México ha habido 20 años de derecha desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, porque no se pactó una transición en la que fuera posible un cambio hacia la izquierda, sino en sentido contrario.
Para el también ex candidato presidencial, esa omisión fue un error. Se lo dije a Cuauhtémoc Cárdenas, aseguró.
Desde la perspectiva de Muñoz Ledo, la diferencia entre México y El Salvador es que éste logró el pacto que está permitiendo una alternancia.
En El Salvador no se dio una transición a la izquierda como tal, porque Funes es un hombre muy moderado, abundó.
Por conducto de Axel Didriksson, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, envió a a Funes una felicitación por escrito, en la que, explicó, hace un reconocimiento al proceso de transición pacífica de alternancia democrática popular.
Didriksson, secretario de Educación del Gobierno del Distrito Federal, consideró que lo ocurrido en El Salvador es un paso adelante, ya que otras transiciones, como la de México, han sido un retroceso al significar atraso, crisis económica y mayor violencia.
Para un gobierno de izquierda que aspira a una verdadera democracia, como el del Distrito Federal, representa un triunfo el avance a la presidencia de una organización política emblemática, como fue el FMLN, apuntó.
Este proceso de transición política a la democracia fue difícil después de una revolución, tantos muertos y 17 años, resaltó, e hizo un parangón entre la experiencia de El Salvador y Nicaragua.
Otros mexicanos que participaron en el festejo salvadoreño fueron Bertha Zapata, de los comités de solidaridad con el FMLN en México, y Eliana García, ex diputada perredista.
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