Por María Teresa Jardí
Sí, somos millones a nivel nacional. Pero los millones se organizan alrededor de un líder para cambiar. A casi 20 años, que se cumplirán el 16 de noviembre, del impune asesinato de los jesuitas Ignacio Ellacuría, Amando López, Juan Ramón Moreno, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes y Joaquín López, maestros de la Universidad Centroamericana, y de la mujer que les servía Elba Julia Ramos y de la hija de ésta, Celina Maricet Ramos, de tan sólo 16 años, le toca a El Salvador, con Mauricio Funes, elegido por los salvadoreños como cabeza para enfrentar, a ver si de una vez por todas, a la derecha fascista que encabeza el partido Arena. En Brasil fue Lula da Silva el elegido.
De la mano de Evo Morales se ha hecho posible el cambio para Bolivia. Hugo Chávez encabeza el de Venezuela. En el Paraguay un ex obispo católico, Fernando Lugo, a pesar de las muchas críticas y de los muchos hijos, inventados o no, que le aparecen y le desaparecen los medios a modo, conserva el respeto del pueblo que lo eligió para enfrentar al ultraconservador Partido Colorado de fascistaderecha. Y, sí, aquí el fenómeno se da alrededor, efectivamente, de Andrés Manuel López Obrador.
Pero… Lo que AMLO, a lo mejor entiende, pero se hace de la vista gorda fingiendo que no lo entiende, para ver si pega de nuevo la vía electorera, es, justamente, lo que sí ha entendido la ciudadanía: que aquí lo electoral se convirtió en electorero, para poder abusar mejor del poder, por parte de las dirigencias de todos los partidos políticos. Partidos políticos cuyas dirigencias, por esa razón, los convirtieron en partidos podridos. Incluido el PRD cuya jerarquía ama tanto a Fecal como abomina a AMLO. Y lo mismos ocurre con Convergencia que como apéndice usa AMLO, cuando Dante Delgado no es el que a AMLO usa. Y lo propio pasa con el PT que a AMLO, al parecer, es el que más le gusta. O el que menos le disgusta. Pero igual entendiendo e ignorando o sin entender que la pretensión de que se elija al menos malo es inaceptable, incluso porque nadie puede obligar a un pueblo a hacer semejante elección.
Todos los líderes sudamericanos de izquierda que ahora, con más o menos pureza, gobiernan en beneficio de sus pueblos han llegado por la vía electoral, no sé si "electorera". En todos los partidos que llevaron a estos líderes al poder se han dado traiciones y muchas, incluso se seguirán dando, esa es la realidad. En todos estos países de izquierda hay todavía mucha corrupción pero ahí van luchando por extirparla. Pretender que haya un partido impecable o simplemente bueno es una ilusión propia de un infante. Casi en todas las elecciones que hacemos en nuestra vida, ya sea de trabajo, de pareja, o de la escuela para nuestros hijos, están en función de lo que consideramos lo menos malo. De ahí partimos para ir mejorando lo que elegimos a través de la participación y exigencia.
Pero, además, y sobre todo, porque a lo largo de los últimos sexenios así se ha hecho y así es como hemos llegado al punto, de estar a punto, de inaugurarnos como el primer pueblo que sufre la primera dictadura del siglo XXI en América Latina. O más bien iniciándola con el componente paramilitar que disfrazado de “guerra contra el narcotráfico” está haciendo una limpia.
Esto sería aceptar que no se han consumado fraudes, en varias ocasiones hemos elegido al menos malo y nos han impuesto el que le ha dado la gana a la oligarquía porque no ha habido participación y exigencia de la ciudadanía. Y en el caso de Fox no se eligió al menos malo, ya que el PAN desde su plataforma ideológica establece la situación a la que hemos llegado.
El hombre nace para ser libre y no para ser esclavo como bien saben los antepasados de Obama.
Lo saben incluso aunque se encuentren entre los negros que esclavizan a los africanos. Y lo sabe también la Iglesia Católica, igual de esclavizante, por lo que a su corrupta y pederasta jerarquía, toca. Lo sabe incluso porque Cristo, como hijo de Dios, pierde el sentido sin esa característica. Y lo saben el resto de religiones y lo saben los dictadores y lo saben los usurpadores y lo saben todos los opresores. La represión justamente se establece para impedir la libertad del hombre y no es lo mismo señalar las irregularidades en el electorero operativo en Michoacán, realizado por el usurpador fecalista, que oponerse a la represión que ya ha cobrado demasiadas vidas y que tiene que ver también con el fin de las policías y con el uso de los kaibiles y zetas y sicarios y mercenarios… para que el miedo se convierta en la otra piel de los mexicanos, etc.
Y no es que Obama esté conservando tampoco la esperanza generada con su llegada. Se garantizó rodearse de elementos impresentables como la Clinton y ya se sabe que entre malditos siempre peores son y serán las mujeres. Y vaya que es un tema que conocemos los mexicanos, como bien lo sabe también AMLO, ya que sufrimos en carne propia el flagelo que significa para la educación, y por ende para el futuro, el dejar en manos de una mujer que destaca como la peor, entre las peores, el poder del Estado. Se garantizó Obama poner a su lado a los que le garantizaran que las cosas en el imperio no cambiarían. Pero igual hay diferencias entre Bush y Obama y el problema está en los entreguistas, que siempre han sido, que son, y que siempre serán: una mierda. La dignidad es la virtud, a ese, el peor defecto, opuesta.
El progreso es un proceso que, como hemos visto, avanza lentamente y requiere de una lucha que no debe retrasarse por el hecho de que estamos ante una situación en que las opciones son una mierda, habrá que elegir la que menos mierda tenga para luego irla limpiando a través de mucha pero mucha participación, lo cual toma además, mucho tiempo, pero hay que hacerlo. Lo peor es perder la esperanza y dejar de luchar y participar, a menos que elijamos "libremente" ahogarnos ya de plano en la mierda o esperar a que otros vengan a limpiarla por nosotros, lo cual no va a suceder. Para no inaugurarnos como la primera dictadura de América Latina del siglo XXI hay que mirar hacia el sur para saber qué es lo que han vivido y aprender de sus experiencias. Los pueblos de América Latina que están en vías de su liberación siguen enfrentando una cruenta lucha a pesar de que ya han llevado a sus líderes al poder (Evo, Chávez...), todavía les queda mucha mierda que limpiar. Pero si nosotros apenas estamos debatiéndonos si será o no será que AMLO es nuestra mejor opción, que porque si esto o por aquello y poniendo peros, pues la verdad estamos en pañales, quizás entonces sea mejor que aquí se establezca una dictadura a ver si reaccionamos y dentro de unas décadas contamos con otro líder y comenzamos a cambiar para liberarnos.
Basta ya de victimizarnos, de estarnos quejando y repitiendo que todo está podrido y es una mierda, eso ya lo sabemos, necesitamos actuar.
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