miércoles, junio 03, 2009

Columna Asimetrías. Funes y Calderón


Por Fausto Fernández Ponte











03 junio 2009


“Los empresarios le han perdido el miedo a la izquierda”.

Mauricio Funes.

I

El señor Funes, quien hace unas horas asumió la investidura de Presidente de la República de El Salvador, hermanada a México por la historia, la geografía y la geopolítica, ha formulado muchas veces ese aforismo .

Además de esos vínculos, a El Salvador y México los une su lacerante condición actual, la de ser víctimas de un modelo económico --el neolinberal-- que propicia el capitalismo salvaje, depredador y, por ende, brutalmente antisocial.

La asunción del señor Funes, identificado como hombre de izquierda, por haber sido postulado por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, que libró una guerrilla reivindicadota contra el poder político oligárquico del Estado, renace esperanzas.

El aserto de don Mauricio fue dicho por primera vez durante su campaña de proselitismo electoral y neutralizó así una “guerra sucia” mediática de su oponente real, el gobierno de la Alianza Republicana Nacionalista, con dos décadas en el poder.

Menciónese que en esas dos décadas, ARENA ejerció ese poder político bajo modalidades plutocráticas, sirviendo al gran empresariado –la oligarquía local-- en agravio del grueso mayoritario de la población, espectacularmente empobrecida.

Ello explicaría didácticamente los motivos por los cuales el 85 por ciento de la ciudadanía salvadoreña se pronunció a favor del señor Funes, quien no obstante ese mandato tiente ante sí en el Poder Legislativo una mayoría de ARENA y sus aliados.

Y es que el aserto de don Mauricio no se refería a los poseedores de los medios de producción y apropiadores de la riqueza creada por los trabajadores, sino a aquellos, la mayoría, dedicados a la producción primaria e intermediación de bienes y servicios.

II

En la economía salvadoreña, éstos son el eje central. Los escasos grandes empresarios se centran en la gran industria --magra en ese país-- y en la banca y las finanzas. La transformación secundaria y final de insumos es dominada por unos pocos.

A éste personaje se la había denostado que, como guerrillero que fue, era dado a soluciones violentas –armadas-- a los problemas políticos y que, de ser elegido Presidente de la República, sería un peligro para El Salvador.

Afirmábase en la propaganda de la “guerra sucia” mediática que como Presidente el señor Funes haría pobres a los ricos y más pobres a los empobrecidos, excluyendo aun más a los marginados que, en ese país, como en México, son mayoría.

El candidato, decíase en la propaganda de ARENA, despojará de sus bienes patrimoniales y de su riqueza y dinero a los salvadoreños; les quitará sus casas, sus automóviles, sus animales domésticos, ahorros, electrodomèsticos, su ropa incluso.

Más siendo éste hombre abanderado de la izquierda emblematizada en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, su asunción a la jefatura del Estado salvadoreño ofrece didascálidamente moralejas insoslayables.

El señor Funes repitió su frase varias veces, una de ellas durante un encuentro semanas atrás con Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de Brasil. Y apenas el domingo, la víspera de su toma de posesión, lo dijo ante Felipe Calderón.

Cabría subrayar que el mandatario mexicano libró en 2006 una guerra sucia similar contra Andrés Manuel López Obrador, de quien decía que, si elegido, sería un peligro para México. Acéptese o no, AMLO es hoy un factor de equilibrio político.

III

Antojaríase atañedero señalar que a 29 meses de haber asumido de facto la Presidencia de la República, el señor Calderón ha demostrado ser un colosal peligro para México. AMLO, decía, empobrecerá a México. Don Felipe ya quebró al país.

Y el empobrecimiento prevaleciente en México es rampante bajo cualesquier definiciones y, por añadidura, acrecentándose a un ritmo acelerado. Los mexicanos somos y estamos hoy más pobres que ayer, que hace un mes, un año, un siglo.

Esa pobreza es científica y prácticamente discernible y mensurable, con arreglo a paradigmas que registran y analizan metodológicamente evidencias materiales e intangibles de la realidad social. Ésta es de atraso. Vivimos en la infelicidad.

Y lo que es peor: nos sentimos colectiva, societalmente atrapados, bajo anestesia epidural, despiertos pero inmovilizados: vemos lo que nos está ocurriendo, pero no sabemos, no podemos o no queremos actuar, según circunstancias idiosincrásica.

Esa sensación de atrapados –secuestrados por el poder político del Estado mexicano-- mediante las trampas opresoras y represivas de la simulación democrática, corruptelas, traiciones a México, etcétera, parece haber perneado incluso al alma social.

En una vsita de éste escribidor a El Salvador, registró e los salvadoreños la sensación de estar atrapados. Un empresario local amigo definió ese sentir así: “es como estar vendado de los ojos y atado de pies y manos”.

“Escuchas lo que dicen tus secuestradores, y piensas mucho, pero no te puedes liberar; tus captores te maltratan para recordarte que estás a su merced, bajo su dominio, y que nada puede hacer para libertarte”, decía ese pariente.

Hoy, en México, ante los comicios para renovar un órgano colegiado del Poder Legislativo federal y gubernaturas, congresos locales y ayuntamientos en varios de los 31 Estados Unidos Mexicanos, la izquierda está ideológicamente cooptada. Copada.

ffponte@gmail.com

www.faustofernandezponte,.com

Glosario:

Didascálidamente: de didascalia, enseñanaza.

Plutocráticas: de plutocracia. Gobierno de los ricos.

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