POR: José Angel Miramontes Cordero
Jenaro Villamil, estupendo analista político y experto en temas sobre medios de comunicación escribe semanalmente en diversos periódicos y revistas de circulación nacional, una columna que denomina “república de pantalla”. Con esto se refiere, seguramente, al decisivo papel que juegan las empresas (televisa y tv azteca) que monopolizan el espectro radioeléctrico mexicano para informarnos –a su modo y lo que ellas quieran) acerca del diario acontecer en nuestro país.
Ahora que estamos a poco más de treinta días de que se lleven a cabo las elecciones federales para cambiar la Cámara de Diputados, entre el bombardero inmisericorde de spot que padecemos los mexicanos llama la atención el que utiliza el PAN para ganar votos tomando como bandera, fundamentalmente, las acciones que el presidente Felipe Calderón ha emprendido contra el crimen organizado. Nos dicen los personajes que intervienen en esa propaganda que ellos el 5 de julio van a “votar por Acción Nacional para apoyar al presidente”.
Esto significa, por un lado, que lo que ayer criticaban los panistas de cómo en el pasado el PRI utilizaba los programas de gobierno para hacer campaña a favor de sus candidatos, ahora ellos lo hacen sin el más mínimo rubor. Su memoria histórica entre más corta, mucho mejor. Cualquier semejanza con el tricolor en el ejercicio del poder, en cuestiones electorales sobre todo, no es mera, sino una real coincidencia.
Sin embargo, creo que los panistas no deben de estar tan confiados en que la sola figura presidencial les dará votos a raudales para derrotar al PRI. No deja de ser cierto que hasta hoy la imagen del Jefe del Ejecutivo –arropada, sobre todo, por los monopolios televisivos- es bien vista por la mayoría de los mexicanos, según las encuestas, especialmente por su campaña en contra del narcotráfico, pero en la mayoría de los demás aspectos de la vida nacional, el gobierno calderonista es muy mal evaluado.
Los estudios de opinión de las principales empresas encuestadoras señalan que la inmensa mayoría de los mexicanos (84% según Mitofsky) considera que la situación económica del país está mal. Y, contrario a lo que dicen sus defensores, poco más del 50% de los entrevistados piensa que la crisis económica que sufre el país es responsabilidad del presidente Calderón, contra el 45% que dice que no es culpable.
8 de cada 10 de los encuestados señalan que en cuestión de seguridad pública estamos peor que hace un año. El 75% mencionó que la situación política del país está peor o igual de mal. En fin, si le interesa conocer más a fondo los datos de esta encuesta visite la página de Consulta Mitofsky. (www.consulta.com.mx).
Para colmo de los males el desempleo está alcanzando niveles alarmantes ya que según cifra oficiales (IMSS y Secretaría del Trabajo) de octubre de 2008 a enero del 2009 se perdieron 491 mil 467 empleos. Se habla de que al finalizar este año la cifra llegará a ¡un millón de plazas laborales! O sea, lo que el presidente prometió como platillo fuerte de su campaña en el 2006, está resultando un soberano fracaso.
No faltará quien diga que eso no es responsabilidad del presidente Calderón por que eso se debe a la crisis que vino desde el exterior. Que es una crisis global, dirán, y, en mi opinión, como lo expresa la mayoría de los entrevistados por la Agencia que Coordina el paisano, Roy Campos, si hay responsabilidad presidencial; fundamentalmente por aplicar un modelo (neoliberal) que ha sido dañino para la mayoría de la población, no sólo en México, sino a nivel mundial. El problema es el modelo que ya demostró su agotamiento y que sin embargo sus fanáticos siguen obstinados en mantener vigente.
Finalmente, el asunto que plantean los panistas de apoyar o no al presidente es una premisa falsa y convenenciera. En esta elección no está en juego la calificación si un mandatario es valiente o no, sino más bien lo que se debe de evaluar es su gestión al frente de los destinos de este país en todos -léase bien- en todos sus renglones; especialmente en lo económico, lo político y lo social. Cada quien haga sus valoraciones. Para mí, la administración calderonista está reprobada.
Por eso a la hora de votar… acuérdate.
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