martes, junio 30, 2009

Madura la rebelión


Barómetro Internacional

Tegucigalpa: "Han secuestrado al presidente"

Lagos Nilsson*

Cualquier cosa menos tranquilidad se respira en la capital hondureña. Desolada estupefacción, y mucha ira, se palpa en las calles. El pueblo, que se disponía a decidir si quería o no reformar la constitución, muestra intranquilidad. Se han producido choques entre la ciudadanía y los elementos golpistas. Tensa espera mientras se desarrollan los acontecimientos. América, con excepciones, se moviliza por la constitucionalidad en Honduras.

Una de las excepciones más notorias –repugnante en su forma, inaceptable en el fondo– las constituyeron las declaraciones del presidente del senado de Chile. Jovino Novoa, reconocidamente gorila y ex funcionario de la dictadura militar-cívica de su país dijo en Argentina que la responsabilidad por el golpe de Estado en Honduras es ¡culpa del "mal ejemplo" de Chávez!

Desde Tegucigalpa, donde se encuentra de visita, informaciones radiales señalan que el senador y candidato a la Presidencia de Chile Alejandro Navarro se encuentra retenido en el hotel donde se aloja. Navarro sería invitado a abandonar el país en las próximas horas.

Tropas del ejército tomaron las calles de la capital y su presencia es fuerte en pueblos y áreas rurales, de acuerdo a un plan muy anterior al vertiginoso acontecer de los últimos días; no se habrían producido hasta el momento enfrentamientos con pérdida de vidas entre civiles y militares, pero no se descartan de no echar pie atrás los instigadores y actores del golpe.

Parte de las razones por las que Manuel Zelaya fue secuestrado con su familia desde su dormitorio esta madrugada de domingo son evidentemente políticas: la derecha no perdona el giro a la izquierda y la alianza que virtualmente forjara el presidente con los sectores populares e indígenas en el plano interno, ni tampoco su progresivo alineamiento con los países del ALBA en cuanto política exterior.
Pero la violencia exagerada e inútil del secuestro presidencial –hubo un enfrentamiento a balazos por largos minutos entre la escolta y los facciosos–, el hecho de impedirle vestirse, subirlo a un vehículo y luego a un avión con destino desconocido (luego se supo que a Costa Rica), custodiado en todo momento por soldados armados, prueba que además hubo asuntos personales en juego. Para la oligarquía hondureña Zelaya es un traidor.
Traidor a su origen de clase y al pacto no escrito entre los poderosos hondureños: el país es un feudo habitado por ellos y sus sirvientes, el crimen de Zelaya fue haber comprendido durante su presidencia que la situación se hacía insostenible y que Honduras debía ingresar siquiera al siglo XX dando contenido al esquema democrático más o menos formal vigente. Terminando la mañana del domingo 28 de junio, Honduras se aislaba del mundo. Con la capital sin energía eléctrica, suspendidos los medios periodísticos audiovisuales nacionales y extranjeros, vehículos militares patrullando plazas y calles, acuciosa búsqueda de dirigentes sociales, en fin, con censura a los demás medios de comunicación, suspendido el acceso a Internet, el país regresó al siglo XIX.

Y sobre ello, en una torpe maniobra para justificar lo injustificable, voceros de la Corte Suprema de Justicia claman que el secuestro de Zelaya y familia fue por una orden judicial por haber sido destituido del mando. El intento legalista procura en lo formal desarticular la probable visita de mañana o el martes del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, a Tegucigalpa. El Consejo de la organización delibera en Nueva York y la mayoría de sus integrantes repudia el golpe hondureño.

En Caracas el gobierno bolivariano no descarta ninguna medida si la milicia ocupa su embajada en Tegucigalpa; las informaciones recibidas desde Honduras son de que el embajador venezolano habría sido al menos molestado por las tropas (otras versiones dicen que retenido). Sí se confirmó que el representante cubano fue secuestrado, sufrió el robo de algunas pertenencias –su teléfono celular– y abandonado en un camino cercano a la capital. Otro diplomático en problemas es el nicaragüense. Y la hasta esta mañana ministra de RREE fue violentamente apresada y estaría bajo custodia militar a la espera de un vuelo al exilio. Otros ministros habrían sido también apresados.

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que el apresamiento del presidente Zelaya y su envío al ostracismo en Costa Rica viola los principios democráticos.

En las calles de Tegucigalpa la desolada estupefacción de quienes se asumen explotados –"Somos pobres (…) Zelaya nos abría un camino"– podría dar paso a un estallido de consecuencias difíciles de prever no sólo en ese país.

Desde Santiago una primera proclama oficial del gobierno en defensa de la institucionalidad quebrada en Honduras es de redacción confusa y no reconoce en toda su dimensión la consumación del golpe de Estado: habla de "intento" de golpe. Cabe recordar que cuando Venezuela vivió horas similares y Hugo Chávez fue llevado preso a un cuartel, La Moneda reconoció al gobierno de facto –que duraría pocas horas– y responsabilizó a Chávez. ¿La historia vuelve a repetirse para beneplácito de la DC y la ultra derecha criolla chilena? Es la Democraciacristiana el principal partido de oposición en Honduras. Los gobiernos pasan, la vergüenza no se olvida.

*Cortesía de Sur y Sur

No hay comentarios.: