sábado, junio 13, 2009

Ser o no ser… votante

Manú Dornbierer
Satiricosas

Tal es la cuestión. Yo prefiero ser a no ser. Participar en vez de evadirme. Ejercer la libertad de expresión. Ser útil a mis conciudadanos. Escoger por mi propia voluntad a los futuros diputados a la mano y no dejar que otros lo hagan por mí. Tener el derecho de reclamar, de enojarme o de aplaudir, porque participé o intenté participar en la cosa pública. Anular el voto es anular el derecho principal del ciudadano que engloba muchos otros derechos. La anulación del voto es una acción anticiudadana per se y en muchos casos una actitud soberbia y pedante de berrinche personal. La mayoría de los anulistas se convertirán en fantasmas sin peso ni trascendencia en la realidad, digan lo que digan los que en sus tribunas promueven el voto por la “Esperanza Marchita”. ¿Habrase visto semejante cursilería?
Su acción no trascenderá más que en favor del PRI y/o del PAN y ni siquiera (excepción hecha del DF) por el PRD-Chucherías que ya está recibiendo el trato despectivo que merecen los vendidos. Jesús Ortega mendiga ser invitado a un debate de los jefes de los grandes partidos. El PRD ya no es considerado tal. ¿Acaso de veras creen los anulistas que los priístas van a dejar de votar por el PRI y los panistas por el PANICO? Los panistas han resultado hasta más borregos lambiscones que los clásicos levantadedos. Partidarios de ambos partidos -momentáneamente separados- son los que decidirán la elección, exigua pero válida, facilitada por el abstencionismo o la susodicha anulación del voto. No se confundan.
Diego Valadés, un personaje brillante y un pensador respetable dice: “Sin importar la posición que cada partido ocupa en el espectro político, ninguno cumplió con su obligación, en el Congreso, de exigir información a las autoridades sanitarias con motivo de la reciente epidemia; ninguno ha defendido al Estado secular ante la ofensiva del clero; ninguno ha denunciado que avanzamos hacia un Estado policial; ninguno se ha vuelto a acordar de un asunto llamado reforma del Estado; ninguno ha rechazado con firmeza las restricciones a la libertad de las mujeres adoptadas por casi la mitad de los Congresos locales del país; ninguno ha impulsado el seguro de desempleo aunque todos dicen defender a la sociedad. Sólo señalo algunos ejemplos. Mi disyuntiva es no votar o votar no. Es el dilema de muchos. Tal vez votar no sea hacer el juego a posiciones que no comparto; pero votar sí es hacer el juego a intereses que no acepto. Yo votaré no: no más mediocridad; no más claudicación del Estado laico; no más abatimiento de las instituciones. No más postración cívica”.
En nombre de una vieja amistad, me permito plantearle una sola pregunta a este Diego (tampoco nos confundamos con el otro, que acaba de asaltar con sus habituales argucias legaloides por mil quinientos millones de pesos al Estado Mexicano):
¿Las razones que te impulsarían a no votar acaso no describen con particular precisión las actitudes y acciones del PAN? Pues revísalas una por una y verás que todo lo que daña a los ciudadanos en ellas y que te molesta se debe al PAN. Simplemente, no votes por él, en vez de anular tu voto.

Claro que la situación política no garantiza nada
Stalin, refiriéndose con su cinismo habitual a las dictaduras… y a las falsas democracias decía: “Aquellos que emiten los votos no deciden nada, aquellos que cuentan los votos lo deciden todo”. Como sabemos eso es lo que pasó en México en 2006. El conteo fue fatal, pero bien que mal fueron tantos y tantos los votos que se emitieron por AMLO que Calderón “ganó”, por MENOS DE UN PUNTO, que le obtuvo mediante fraude Elba Ester Gordillo, por el que sigue pagando tamañas facturas con los bienes nacionales. De hecho ella manda, es la vicepresidenta, en algunas situaciones sin el vice. ¿Pruebas? Elba Ester vuelve a reinar en su feudo de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, después que el anterior director, Miguel Angel Jiménez, declaró que le cargaran a Lotería las facturas necesarias para imponer en Campeche al candidato de Papá Mouriño, estado que Calderón intenta regalar a la multicitada familia española enriquecida con nuestro petróleo, a guisa de compensación por el maltrato que ¿el destino? infligió al amado Juan Camilo. Hoy el director que ella nombra, es Benajmín González Roaro, diputado panista, mejor conocido como uno de los principales consentidos del SNTE.
Claro que la Legislatura saliente ha sido nefasta, deprimente, como dicen los anulistas. ¿Cómo podía no serlo si se formó en su mayor parte con los sustentadores del fraude, con el PRIAN en pleno? Pero el robo hubiera sido mucho más fácil para el PAN, si los más de 15 millones de votos que tuvo López Obrador se hubieran anulado en protesta contra la campaña más sucia de la historia diseñada por el gachupín Antonio Solá y el gringo Dick Morris, patrones de Josefina Vázquez Mota, oficial jefa de campaña de Calderón. Existía además la sospecha que sería pronto certeza, que el IFE y el TRIFE se habían vendido. Por otra parte, si aquella elección hubiese sido defendida por todo verdadero demócrata, del partido y signo que fuere, hoy no tendríamos que preguntarnos si votamos o no votamos por más de lo mismo. Si hubiéramos exigido el recuento de votos en su totalidad, si no hubiera sido cobarde la población mexicana en 2006, hoy tendríamos simplemente confianza en nuestro Congreso, se habría efectivamente instaurado la democracia, aunque Vicente Fox la traicionó al día siguiente mismo de la última elección verdadera en este país, al despuntar el siglo.
Fue precisamente la anulación de la voz de muchos en el 2006 la razón de la caída de México. Por eso estamos como estamos. Tras un pésimo gobierno para evitar el derrumbe del panismo a las primeras de cambio, Fox se lanzó nuevamente como candidato ya que Calderón -un don nadie- al que le había dado dos puestos en su administración y de ambos, Banobras y de la Secretaría de Energía, lo corrió por corrupción, había logrado gracias al voto panista interno la candidatura y corría el riesgo de hacer perder al PAN la elección.
La Legislatura saliente ha sido detestable. Los legisladores panistas, salvo Javier Corral, el único panista en el que se puede creer por su valiente oposición a Televiazteca, han sido totales calcas de los levantadedos priístas que durante 71 años fueron gatos del presidente en turno, no representantes del pueblo. En cuanto al PRI ¿qué limpieza podía esperarse de él si Gamboa Patrón fue el jefe de diputados y no podía garantizar ni una pizca de moralidad? Se conoce su historia.
Y dentro del PRI habría que reprochar a la gente de valor (el único que trató de hacer algo contra el sinvergüenza priísta convertido en prianista Angel Gurría, fue Humberto Hernández Haddad) no haber hecho nada por impulsar la regeneración de su Instituto político para reestructurarlo e higienizarlo con bases democráticas.
Se dejaron mangonear como siempre por lo peores elementos.

¿Cuánto gastó Calderón para destruir al Peje?
Hoy los mejores candidatos son personas ampliamente reconocidas en la sociedad mexicana que los partidos PT y CONVERGENCIA, tuvieron la inteligencia de buscar. Son los del frente “Salvemos México”. Están con el movimiento de López Obrador. Son personas que no han anulado sus voces ni su pensamiento sólo porque el PANICO espurio no se detiene en sus persecuciones ni en sus compra-ventas para destruir al fantasma que nunca dejará de atormentar la conciencia de Calderón.
Los anulistas dicen que no hay por quién votar. Están mal. No tendrían pero que ponerles a esos candidatos. Ellos en sus respectivos ámbitos son conocidos por su honradez, por su inteligencia, por sus conocimientos. ¿O qué, alguien podría dudar que la economista Ifigenia Martínez no tiene la estatura intelectual y moral para ser representante popular? ¿Que no es un excelente candidato, Jaime Cárdenas, exconsejero del IFE entre títulos que abarcan una página entera, que aspira a una diputación federal para seguir luchando por la defensa de nuestro petróleo que el PAN, desde su fundación en 1939 tiene la encomienda de devolver a las compañías que financiaron su nacimiento?, como valientemente ha denunciado otro aspirante a diputado en Campeche, Enrique Pastor Cruz Carranza. Un hombre culto e inteligente como Gertz Manero, que tanto sabe en materia de policía y seguridad ¿no sería un buen candidato para vigilar desde el Congreso a procuradurías y policías oficiales que sabemos nefastas? Y entre tantos otros valiosos candidatos, last but not least, Porfirio Muiñoz Ledo, conocedor profundo de todos los partidos en los que ha estado, una de las inteligencias más brillantes, (lo reconozco aunque hace años me hizo la afrenta de creerme una periodista de derecha) por pintoresco que a veces sea, haría una papel más útil en el Congreso que todos esos tipos y tipas que no inspiran el menor respeto ni confianza. Los anulistas lo que hacen es votar contra estos candidatos, a lo mejor sin querer… o queriendo. No contra los priístas ni contra los panistas, ni los Chuchos. Sino contra el movimiento popular de López Obrador y el Proyecto de país por el que muchos seguiremos votando. Contra “esperanza marchita”, conciencia ciudadana y valor. Eso es lo que un país requiere para salir del PANICO, LA EXPLOTACIÓN Y EL FRACASO.

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