Alentado por la "Ley de la Selva" impuesta por el PAN de Fox, Calderón y Asociados, surgió en Cancún un escuadrón de la muerte, autonombrado Mata Zetas. Aunque dice combatir secuestro y extorsión que azotan a México, parece el "brazo armado" de la sociedad civil que reclama acción directa contra la delincuencia, por encima de la ley, pero sin tocar a los políticos que la protegen.
A la sombra de la "ley de la selva" que impuso la PANdilla santiguada de Fox, Calderón y Asociados, apareció en Cancún un Escuadrón de la Muerte --que se hace llamar "Mata Zetas"--, con el pretexto aparente de combatir el secuestro y la extorsión que azota al país, empezando por limpiar ese sitio turístico que tiene enormes ingresos monetarios.
No hay que olvidar que los "escuadrones de la muerte" (siempre paramilitares, anticomunistas y fanáticos de la limpieza étnica para que sólo queden "los mejores") invariablemente han surgido al amparo de los grupos más reaccionarios de la derecha, escondidos tras la jerarquía católica, empresarial y militar, que crea dictadorzuelos latinoamericanos.
En México, estos nuevos guardianes de los valores decentes aparecidos súbitamente (aunque tienen claros antecedentes en el MURO y El Yunque y entusiastas promotores en Chihuahua, Querétaro y Jalisco), parecen aprovechar el hartazgo social contra la ineficacia del gobierno y sus instituciones corruptas, ineptas e impunes, pero... por proceder del mismo árbol ideológico que el gobierno del que aparentan estar hartos, más parecen el brazo armado de organizaciones de "la sociedad civil" (Iluminemos México, la más reciente) alineadas con el gobierno derechista del PRIAN y patrocinadas por prominentes empresarios integrantes de la Cleptocracia mexicana.
Los "Mata Zetas" pretenden cubrir las ineficiencias de la Policía Federal (de García Luna) y la PGR (de Medina Mora) y ahorrar tiempo y esfuerzos para reducir --a balazos-- los engorrosos trámites formales que ordena la Constitución y todas las cartas de derechos humanos, a sólo sentencia y ejecución a cargo inmediato de "los guardianes", como exige "la gente decente" que se adueñó de Los Pinos.
Y ahí asoma la cola el animal: con su mentalidad inquisitorial que no admite discusión, no sería raro que "la gente decente" que despedaza a México, esté financiando, entrenando y armando a estas milicias de la decencia que, bajo el pretexto de combatir al crimen (como hace Calderón), se dediquen especialmente a eliminar opositores, a los indeseables del régimen, a los nacos y pobretones que por millones siguen apoyando al único político verdaderamente congruente y nacionalista: Andrés Manuel López Obrador.
Lo que no ha podido hacer todo el aparato gubernamental, empresarial y mediático, ruegan que pueda ser logrado por estos paramilitares.
Tal sospecha se refuerza con la detención en Estados Unidos del asistente de un regidor PANista de Jalisco (ni siquiera es el Presidente Municipal de Tonalá, ya no digamos de Guadalajara), quien pretendía contrabandear 2 millones de dólares en armas de diversos calibres a México (La Jornada, 17-06-09), como para iniciar otra "cristiada". Y eso que presumen de ser los verdaderos "pacíficos".
PANistas contrabandistas de armas, alcaldes jalisciences bien financiados por almas caritativas o pellizcos presupuestales, "mata zetas" que buscan el aplauso en televisión de Alejandro Martí, Nelson Vargas y otros agraviados por los secuestros y la extorsión... todo parece alineado con la consigna fascista de Fox: "Si la ley impide algo, saltémonos la ley".
No hay que olvidar que los "escuadrones de la muerte" (siempre paramilitares, anticomunistas y fanáticos de la limpieza étnica para que sólo queden "los mejores") invariablemente han surgido al amparo de los grupos más reaccionarios de la derecha, escondidos tras la jerarquía católica, empresarial y militar, que crea dictadorzuelos latinoamericanos.
En México, estos nuevos guardianes de los valores decentes aparecidos súbitamente (aunque tienen claros antecedentes en el MURO y El Yunque y entusiastas promotores en Chihuahua, Querétaro y Jalisco), parecen aprovechar el hartazgo social contra la ineficacia del gobierno y sus instituciones corruptas, ineptas e impunes, pero... por proceder del mismo árbol ideológico que el gobierno del que aparentan estar hartos, más parecen el brazo armado de organizaciones de "la sociedad civil" (Iluminemos México, la más reciente) alineadas con el gobierno derechista del PRIAN y patrocinadas por prominentes empresarios integrantes de la Cleptocracia mexicana.
Los "Mata Zetas" pretenden cubrir las ineficiencias de la Policía Federal (de García Luna) y la PGR (de Medina Mora) y ahorrar tiempo y esfuerzos para reducir --a balazos-- los engorrosos trámites formales que ordena la Constitución y todas las cartas de derechos humanos, a sólo sentencia y ejecución a cargo inmediato de "los guardianes", como exige "la gente decente" que se adueñó de Los Pinos.
Y ahí asoma la cola el animal: con su mentalidad inquisitorial que no admite discusión, no sería raro que "la gente decente" que despedaza a México, esté financiando, entrenando y armando a estas milicias de la decencia que, bajo el pretexto de combatir al crimen (como hace Calderón), se dediquen especialmente a eliminar opositores, a los indeseables del régimen, a los nacos y pobretones que por millones siguen apoyando al único político verdaderamente congruente y nacionalista: Andrés Manuel López Obrador.
Lo que no ha podido hacer todo el aparato gubernamental, empresarial y mediático, ruegan que pueda ser logrado por estos paramilitares.
Tal sospecha se refuerza con la detención en Estados Unidos del asistente de un regidor PANista de Jalisco (ni siquiera es el Presidente Municipal de Tonalá, ya no digamos de Guadalajara), quien pretendía contrabandear 2 millones de dólares en armas de diversos calibres a México (La Jornada, 17-06-09), como para iniciar otra "cristiada". Y eso que presumen de ser los verdaderos "pacíficos".
PANistas contrabandistas de armas, alcaldes jalisciences bien financiados por almas caritativas o pellizcos presupuestales, "mata zetas" que buscan el aplauso en televisión de Alejandro Martí, Nelson Vargas y otros agraviados por los secuestros y la extorsión... todo parece alineado con la consigna fascista de Fox: "Si la ley impide algo, saltémonos la ley".
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