De Blogotitlan
Se mire por donde se mire, son imperdonables los abusos militares contra civiles indefensos. Como en todo gorilato o dictadura, se desconoce que los ciudadanos no son una "fuerza beligerante" que se debe exterminar, sino los auténticos patrones que con impuestos pagan salarios, armas y entrenamiento.
Los soldados, entrenados y pagados para matar, siempre portan armas por obligación, dispuestos a usarlas, que para eso se les dan. Los civiles no. Para su protección y defensa pagan ejército, marina y aviación.
Las Fuerzas Armadas se instituyen en todo país para combatir enemigos foráneos y proteger a los ciudadanos, no para exterminarlos.
Los civiles no son una "fuerza beligerante", aunque sean opositores políticos, según toda lógica y convenciones internacionales. Pero para los gorilatos y dictaduras son "el enemigo" (que tiene ideas, más peligrosas que las armas, según su escaso entender), o "auxiliar del enemigo", y lo primero que hacen es masacrar civiles.
En México, como sucedió desde 1968 en tiempos del PRI, el campo de operaciones del supuesto "combate al narcotráfico" Felipe Calderón lo estableció en la ciudadanía entera (con salvedades en sus partidarios), y para los soldados resulta normal vejar, saquear, matar y violar civiles. Son un simple botín de guerra. Y lo justifican como "actos del servicio". Lo mismo ayer que hoy.
Pero todas las agresiones a civiles mexicanos por parte de su fuerza armada, son inexcusables e imperdonables bajo cualquier concepto y en todo tiempo, sea del PRI, del PAN o cualesquiera siglas. Aunque el gobierno considere que sus opositores son el enemigo a exterminar.
Por la anormalidad de su orden como Comandante Supremo de los militares, por el exceso en la ejecución de la misma, las excusas que Calderón pretende darle a su torpeza militarista en sus abusos y violaciones a los derechos humanos, resultan risibles y absurdas. Claro que por sentirse Emperador, le resulta irrelevante que se abuse de los indefensos, mientras no sean sus parientes, amigos o cómplices.
Pero en la comunidad internacional, México aparece cada vez más como "apestado", no sólo por violar tratados y convenios internacionales y pretender justificarlo con pretextos de risa, sino por haber "elegido" un presidente tan carente de luces elementales para dirigir, ya no digamos un país como México, sino siquiera una tienda de conveniencia (porque regala todo a cambio de pequeñas comisiones).
Que responda la Suprema Corte y su Tribunal Electoral, la élite empresarial y bancaria, y los Medios de incomunicación que impusieron en "el gobierno" tanta torpeza.
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