lunes, agosto 03, 2009

Identidad Biométrica ¿Y política?

Índice Político

La raíz de todo control político está en el temor a los vivos, y la de todo control religioso en el miedo a los muertos.
-Spencer-

Hay que preguntarse si efectivamente es necesario para la sociedad mexicana que la administración inicie el mecanismo de control y vigilancia genérico que implica la cédula de identidad biométrica, recién anunciada por el señor Felipe Calderón.La gran mayoría de la población asiente en este punto, ya que hace mucho ha estado sometida al discurso único del poder, según el cual vigilancia y control crecientes y en manos oficiales son indispensables tanto para la protección ciudadana como para el cumplimiento de funciones y servicios que de múltiples modos relacionan a la administración pública con los ciudadanos. No obstante hay quien encuentra, como este escribidor, que precisamente la experiencia mundial de los últimos decenios evidencia que la intensificación de semejantes mecanismos no ha tenido efectos en mejorar la seguridad pública o la eficiencia operativa de los gobiernos, y más bien ese creciente poder estatal tiende a arrebatar libertades colectivas, que se ceden sin protesta principalmente por angustia ante una inseguridad desbordada, y sin pensar en que —gracias a ese miedo— el Estado perfecciona herramientas de sometimiento colectivo que dan soporte ideal al autoritarismo, y sobre las cuales no hay supervisión social posible.De hecho, si algún Estado hubiese mejorado sus capacidades reales de atender las necesidades colectivas, eso ha tenido muy poco o nada que ver con la ascendiente disponibilidad de recientes artilugios tecno-represivos.Para comprobar que no es exagerado el temor ante lo que representa la nueva cédula, basta con fijarse en sus innovaciones, con respecto a la credencial del IFE. La esencial: la incorporación de una banda electromagnética que permite almacenar y recuperar un gran volumen de la información que el Estado maneja sobre cada ciudadano, sin que el usuario común del documento pueda tener idea o posibilidad de determinar qué cosas contiene esa banda magnética acerca de él.Que ello es así lo prueba el caso de Tailandia. En 1995 los gobernantes militares de ese país impusieron un sistema de identificación equivalente al que ahora viene a México, a cargo de Control Data Systems —¿es la contratada por Felipe Calderón?— que desarrolló un banco de datos centralizado de la población del país, con acceso, entre otras cosas, a la información de impuestos, el registro de votantes, el registro de miembros de partidos políticos, la información de expedientes policiales comunes y políticos, los datos censales, los registros de lugar de habitación, archivos de minorías étnicas y extranjeros, ficheros de pasaportes y movimientos migratorios dentro y fuera del país, control de conductores, registro de armas, etc., así como un documento de identidad personal que por vía telemática puede confrontarse con ese banco de datos, desde cualquier lugar del país y por cualquier funcionario provisto del equipo respectivo. Desde entonces, en Tailandia, el Ministerio del Interior ha utilizado sin reservas esta tecnología para el control político y la represión a la disidencia, lo que desde entonces ha sido denunciado por la oposición interna y organismos internacionales de derechos humanos.La coartada de un más eficiente funcionamiento institucional gracias a la conversión de la cédula en una “tarjeta inteligente”, repite un procedimiento que reiteradamente han usado los políticos en México y en otros lugares: la innovación tecnológica como proveedora de soluciones simplificadoras ante problemas complejos, y además como justificativo de la ascendente intromisión del poder estatal en todas las dimensiones de la vida social.El cuento de la solución técnica milagrosa es viejo, y también la comprobación de que sin importar el updated hardware & software del cual dispongan las dependencias estatales mexicanas, su capacidad para actuar en algún sentido positivo a favor de la colectividad no ha hecho sino disminuir en los últimos 30 años. Por lo demás, la tecnología que todo Estado contemporáneo ensalza y adopta no es cualquiera, sino esencialmente aquella que fortalece el control centralizado que reducidas élites de poder aspiran imponer.Coincidentemente, en EU y ante la remota posibilidad de una reforma migratoria ahora anunciada por Barack Obama, los senadores republicanos, sus opositores, han comenzado a idear sistemas de control biométricos para detectar trabajadores indocumentados, especialmente mexicanos.Me escribe Julio César Aragón, presidente de una organización que defiende los derechos humanos de nuestros paisanos, con sede en Rhode Island, para comentar que el E-Veryfy “podría estar presentando modificaciones sí en el Congreso de los Estados Unidos prospera la recomendación de influyentes senadores, para qué obliguen a las empresas a participar en este método y poner en duda la contratación de personas cuyos datos sean dudosos.”Obviamente, con este programa que contiene datos biométricos, podría verificarse el status migratorio.El E-Veryfy fue implementado por la Administración Bush, tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001 Apunta Aaragón, además, que “la base de datos del sistema se encuentra ya conectada con las bases de datos de la administración del Seguro Social (SSA) y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que reúnen datos de millones de personas, tanto ciudadanos como residentes legales en Estados Unidos.Este programa es la segunda parte del Sistema Básico de Verificación de Empleo (EEV) que fue aprobado por el Congreso en noviembre de 2003, también como reacción a los ataques del 2001.El sistema, al que los empleadores acceden por teléfono o Internet, faculta al gobierno federal para que verifique la identidad de cualquier trabajador extranjero, y coteje su nombre y números de identidad con otras bases de datos, y compruebe que tiene visa y permiso para laborar en el país.En este momento casi 136 mil patronos utilizan el sistema de E-Verify que fue activado el 17 de septiembre de 2007 y algunos estados lo requieren de forma obligatoria. Adicionalmente en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) se agregó el año pasado a la base de datos del E-Verify las fotos de los residentes permanentes y de los pasaportes de ciudadanos, aunque no todos los estadounidenses tienen un pasaporte.Conocido lo anterior, cabría preguntar también si en nuestro ámbito, con la nueva identidad biométrica anunciada, ¿Calderón les está haciendo parte del trabajo a los estadounidenses?
Índice Flamígero: “Ningún narco o falsificador en la historia de México ha dejado de recibir dinero, adquirir bienes o realizar trámites por no mostrar una identificación. La nueva Cédula de Identidad Ciudadana, anunciada por el gobierno federal, sólo servirá para poner en grave riesgo uno de los patrimonios más preciados de los mexicanos en este nuevo siglo: sus datos biométricos. En un país donde ya se han vendido bases de datos de alta seguridad –como el padrón electoral– resulta inadmisible que el gobierno pretenda concentrar datos tan delicados y ponerlos bajo la custodia de instituciones que demuestran su ineficiencia y corrupción de forma cotidiana. Quienes la promueven deberían educarse antes de jugar con información personalísima e insustituible y dejarla a merced de poderosas bandas de criminales, nacionales y extranjeras.”: Alejandro Ruiz, lector del Índice. “La cédula de identidad nacional obedece a una manía obsesiva controladora, de quien la anunció. Un sujeto con rasgos obsesivos al percatarse de que las cosas se le salen de control busca a toda costa mecanismos que ilusoriamente le hagan sentir nuevamente el mando. La situación actual deja ver un descontrol patológico en diversas áreas básicas de México, desempleo, guerra perdida contra la delincuencia, impunidad, crisis política, pobreza en aumento, corrupción, etc. Todo esto provoca estados de angustia en el gobierno que se manifiestan en conductas maniacas controladoras y obsesivas, lo preocupante del asunto es que estas medidas son el principio de controles patológicos hacia la población, que se proponen no en aras de un bienestar, bien por el contrario, solo le sirven al sujeto para calmar su rasgo obsesivo controlador… Las conductas maniacas obsesivas si no encuentran un límite dentro del sujeto pueden despertar no solo ideas obsesivas, también ideas delirantes que en la mayoría de los casos llevan a los sujetos a comportamientos psicóticos.” Dr. José Antonio Lara Peinado, psicoanalista social.
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