Nora Rodríguez Aceves
Ni en Tula, Hidalgo, ni en Salamanca, Guanajuato, se construirá la tan anunciada Refinería Bicentenario. El gobierno federal no tiene dinero para nada, no tiene dinero para el gasto público, porque ya se acabaron este país.
Con la disputa por el lugar de dónde se debe construir la refinería, lo único que está haciendo es ganar tiempo, dando plazos no resolviendo el problema y una vez que gane tiempo dirá: no hay dinero para construirla, afirma Rafael Decelis Contreras, miembro del Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17.
“Lo que está pasando en estos momentos con la discusión para elegir el lugar donde debe estar la nueva refinería, Tula o Salamanca es una falta de ética, de manejo político, poner a competir a los gobernadores de los estados para defender su refinería, porque es un asunto de estado nacional no un asunto de estado federal, debe de tener visión de Estado nacional nada más y esto no existe. La refinería no se construirá porque no hay bases para que se construya”.
Un poco de historia
El 14 de abril, Petróleos Me xicanos anunció que “que la mejor ubicación para la nueva refinería es Tula, Hidalgo, seguida de Salamanca, Guanajuato”, y estableció un plazo de 100 días para que el gobierno de Hidalgo como prioridad, y en su defecto, el gobierno de Guanajuato, cumplieran con las siguientes condiciones: haber adquirido en propiedad todos los bienes que integran el polígono del terreno propuesto con una superficie de al menos 700 hectáreas, habiendo cumplido con todos los requisitos legales de registros y de respeto a derechos preferenciales; y entregar a Pemex Refinación constancia de manifestación unilateral e irrevocable de transmitir en donación al organismo dichos bienes, que incluyen los terrenos.
Asimismo, la paraestatal precisó que “en caso de que ninguno de los dos gobiernos estatales cumpliera con las dos condiciones suspensivas previstas, Pemex Refinación construiría la nueva capacidad en el primer sitio de entre Tula, Hidalgo, y Salamanca, Guanajuato, cuyo gobierno realice, primero, ambos actos jurídicos”.
Luego de haberse cumplido el plazo de los 100 días para que Hidalgo cubriera los requisitos propuestos por Pemex, el pasado día 24, y de que Jesús Reyes Heroles, director de la paraestatal anunciara el inicio de la “segunda etapa del proceso”, debido a que la entidad incumplió con la entrega de las 700 hectáreas solicitadas en donación, lo que significa que “el primero de las dos entidades de Hidalgo o de Guanajuato, que pueda cumplir las condiciones establecidas será el destino para la instalación correspondiente”, las reacciones no se hicieron esperar.
Como carrera de autos
Abierta, ahora sí, totalmente la competencia, cual si fuera carrera de autos, los gobernadores de Hidalgo y Guanajuato, Miguel Angel Osorio Chong y Juan Manuel Oliva, respectivamente, aseguraban llevar la delantera en la decisión que tomará Pemex, y claro sin faltar las acusaciones partidistas como las realizadas por el presidente del PAN, en Guanajuato, que acusó de favoritismo a Reyes Heroles, “por su afiliación priísta quiere beneficiar al estado de Hidalgo”.
En el mismo tono, senadores y diputados guanajuatenses del PAN, PRI y PRD fijaron su posición y cerraron filas. “Nosotros —dijeron— lo que esperábamos justamente era que Reyes Heroles hubiese dicho: «Hidalgo, no cumpliste, Guanajuato tiene las tierras; la refinería se va para Guanajuato»”.
“Lo peligroso —agregaron— es que este asunto se convierta en un problema de tipo político, porque son dos estados gobernados por partidos distintos. Esperamos que la decisión esté apegada estrictamente a cuestiones de orden técnico. Sinceramente, el titular de Pemex ya nos quedó muy mal”.
Ante esta partidización que se ha hecho del tema,20y no de ahora sino desde el 25 de marzo, cuando se iniciara la pasarela de los gobernadores de Campeche, Hidalgo, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz, Guanajuato, Oaxaca, Puebla, Tabasco y Tlaxcala, para exponer su propuestas sobre la localización de la nueva refinería Bicentenario, Rafael Decelis señala que “son especulaciones adicionales, son chismes de comadres, tratan de sacar conclusiones y la conclusión es que el país está destrozado, de eso no hablan, la realidad es que México está siendo destruido en frente de los mexicanos y no hacemos nada”.
Van a decir que… no
Para el Premio Nacional de Química 2001, todo esto que estamos viendo en torno a la construcción de la tan anunciada refinería, tiene un solo fin: “que no se construya. Van a decir: no hay dinero y eso es absolutamente cierto, real, entonces hay que mandar maquilar la gasolina como Felipe Calderón lo planteó en una ocasión, que un extranjero ponga la refinería, dividir más a Pemex, a diferencia de la industria petrolera internacional que es una industria integrada vertical y horizontalmente”.
“Shell, por ejemplo, va del petróleo crudo a las gasolineras y entregan su gasolina al usuario final con su nombre y marca, no hay intermediarios en esta enorme cadena productiva, exploración, producción, refinación, distribución y venta de gasolina con marca propia y estaciones propias. Además, produce en sus refinerías solventes, aceites, lubricantes y parafinas con marca propia. Fabrica petroquímicas como el Polietileno Terephthalate (PET) y en algunos lugares fabrica botellas, textiles y vende hilos para esta industria y también hilos para pescar con marca Shell, una empresa integrada. Lo he dicho y escrito muchas veces, incluso en marzo le hice llegar una carta donde le explico todo esto al senador Francisco Labastida Ochoa, presidente de la Comisión de Energía”.
Aunque Shell no es el único ejemplo, “indica que la industria petrolera es una industria integrada. Aquí, en México fabrica PET, porque ellos traen su propia naftas ellos sí lo pueden traer, pues aquí no lo podemos hacer, son actos de traición esa es la realidad, no quieren que México avance y ese el objetivo de lo que estamos viendo con el asunto de la Refinería Bicentenario, no es otro, esa es la realidad a la que estamos enfrentándonos y el país ya se lo acabaron”.
Inservible, la última reforma energética
La reforma energética aprobada por el Congreso de la Unión no refuerza a Pemex ni resuelve los problemas de esta industria estratégica del Estado mexicano, la deja secuestrada como estaba anteriormente, mantiene un Pemex desintegrado.
“México no es un país petrolero —advierte—. En 2008 solamente poseía 0.9 p or ciento del petróleo mundial, en 2005 poseía el 1.1 por ciento y esto seguirá a la baja. Nuestro país exporta ya más del 60 por ciento de la energía primaria petrolera que genera, es una estupidez, es un acto de traición o las dos cosas. Si dejamos de exportar nos alcanzará para 23 años no para nueve año como señalan datos oficiales”.
En su libro Creatividad para el desarrollo. México, país líder 2028, Decelis Contreras propone que, “además de exportar el 60 por ciento del petrolero que queda se recuperen los pozos que fueron cerrados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por incosteables —aproximadamente 25 mil pozos— tendríamos petróleo para otros 10 años. Estas dos operaciones no son riesgosas y no son tan costosas como perforar en aguas profundas”.
Con la autoridad moral que le da su amplia trayectoria en el sector petrolero, el también profesor de Economía en la Escuela Superior de Guerra, explica que construir una refinería es un asunto muy complejo. ¿Cómo que en cualquier parte? Creen qué una refinería se instala aquí, se ponen las piezas y ya. No. Una vez que se tiene el terreno hay que estudiar muy bien muchas características, no solamente el lugar donde estará sino el nivel del terreno, la infraestructura que requiere, hay que realizar estudios de impacto ambiental, de abastecimiento de agua, muchas cosas, una refinería se construye en cuatro o cinco años, por eso las cosas no son tan simples, no es fácil, son asuntos complejos y los ingenieros mexicanos lo sabemos hacer, pero ahora, según el gobierno federal, ya no lo sabemos hacer, han inhibido a toda una generación, a todos nosotros que construimos plantas petroquímicas hoy no se construyen plantas petroquímicas, no se construye nada todo esta cancelado, por esta política liberal económica que no funciona.
“Pemex ha construido refinerías y no ha provocado estos fenómenos políticos, si el Estado necesita una refinería es porque hay unas tierras para hacerla, ahí es donde tendrá que ser, por razonas técnicas y económicas, incluso, políticas”.
Sin voluntad política
Para la realización de este proyecto —apunta el ingeniero—, hace falta naturalmente una planeación, no hay una voluntad ni siquiera política de hacer una refinería, nada más: vamos a hacer una refinería. Está bien. ¿Dónde? pues a ver los gobernadores ¿quién es el mejor postor?. No sólo es enfrentar a los gobernadores sino cómo quedarán ante “los ciudadanos a los que engañaron, a quienes les iban a comprar sus terrenos y que estaban pensando, incluso, subir el precio, porque hay especulación, y ahora les dicen: que siempre no habrá compra, que falta de seriedad9 D.
Y se pregunta: ¿cuánto tiempo llevan ya en esto? Primero pusieron a competir a los gobernadores a principios de año, “después les dieron 100 días para que consiguieran el terreno, ya se cumplieron 100 días, y ahora dicen que el estado que resuelva primero. ¿Quién resolverá primero? Imagínese los compromisos que hizo el gobernador de Hidalgo con sus campesinos. ¿Los tira a la basura? Fíjate que siempre no, una falta de seriedad total, eso hace este gobierno incompetente. Felipe Calderón fue secretario de Energía, debería de saber algo y no sabe nada”.
Para argumentar su crítica al mandatario panista, el autor de Creatividad para el desarrollo comenta que “el presidente Felipe Calderón, en la Primera Reunión de Integración de los Gobernadores de la Región del Sureste, celebrada en Tabasco, el 9 de octubre de 2007, dijo lo siguiente: «en el viaje que hice recientemente a la India estuve hablando con los principales comercializadores de petróleo mexicano en la India. Resulta que la empresa Reliant compra petróleo mexicano en la Sonda de Campeche, lo cruza, digamos hacia el Pacífico, el Océano Indico, lleva el petróleo mexicano hacia la India, refina el petróleo mexicano, produce gasolina y luego regresa esa gasolina y nos vende la gasolina a México»”.
En su libro de reciente aparición, Decelis Contreras amplía este suceso y refiere que Calderón continuó diciendo: “Un viaje de miles de millas y decenas de días para un proceso que se pudiera hacer o se debiera hacer en nuestro propio territorio , en fin son temas que debemos de resolver (...)”.
(...) “También tenemos el Proyecto de Integración Energética, una licitación que ya está abierta, está en curso para que se construya una refinería cerca de México, en Centroamérica totalmente financiada por inversionistas que a la vez que nos permitan refinar el petróleo crudo mexicano, el Maya, que es muy pesado y que cada vez sólo tenemos casi Maya exclusivamente, nos permita importar gasolina desde centros más cercanos”.
“Estas frases de Felipe Calderón, ex secretario de Energía, indican con claridad que no sabe nada del tema. Son temas que tenemos que resolver... ¿Cuándo?, eso no lo dijo el presidente del empleo. Después de estas expresiones ¿qué podemos esperar como mexicanos”.
Estamos sin soberanía
Para cerrar su comentario, señala: “tenemos una política energética destructiva, hemos perdido la soberanía. Nuestro petróleo, base del desarrollo, está destinado a los Estados Unidos de América. Exportar petróleo crudo es un acto de traición que tiene que ser juzgado”.
“Por exportar petróleo cru do y cumplir con la cuota para los Estados Unidos nuestras refinerías trabajan a 85 por ciento de su capacidad nominal. Se alcanzó un máximo de producción en 1981 con 556 millones de barriles por año; y en 2006 sólo produjimos 469 millones. Hemos dejado de fabricar 238 mil barriles por día de gasolina, que a un promedio de 30 dólares el barril en 2006 equivale a 2,600 millones de dólares al año y por 25 años representa 65 mil millones de dólares perdidos”.
Con documentos y libro en mano, el experto en materia petrolera, indica que al igual que la refinería, la petroquímica también fue abandonada, y da cifras: en 2006 fabricamos 48 por ciento de lo hecho en 1992 e importamos 16, 741.8 millones de dólares. Como resultado, los empleos en este sector y sus cotizantes en el Instituto Mexicano del Seguro Social decrecieron.
“La poca inversión que se hace en el sistema energético es a base de contratos amañados, en el que solo participan empresas extranjeras, cada día disminuye la oportunidad de que empresas mexicanas se desempeñen en estas labores”.
En ese mismo tenor, reitera que el problema de la instalación de la nueva refinería no es técnico, desde luego no es lo mismo construirla en Tuxpan, en Coatzacoalcos que hacerla en Mazatlán, pero no es un problema técnico es un problema de visión política del Estado, necesita poner sus plantas en diferentes partes no en una sola. Se habla de instalar una refinería y se busca lo más barato, se está buscando para ello la mejor TIR —la maximización de la renta—, perdón, pero este no es un negocio privado es un asunto de Estado para los mexicanos para todos los mexicanos no para unos cuantos nada más, naturalmente que una refinería genera desarrollo, pero depende del medio ambiente donde esté. Doy dos ejemplos: “Poza Rica siempre ha tenido petróleo, un día pusieron la refinería en Salamanca, todo el entorno cambió, Poza Rica cambio, ¡no! si Pemex no hacia la calle, no ponía el cine, la escuela, no se contaba con nada de esto, puso cosas de este tipo en Salamanca ¡claro que no! se lleno del corredor industrial, aunque esas plantas ya no existen, porque los petroquímicos ya no están, ya no hay materia primas para ellos, pero se hicieron muchas cosas, Salamanca cambio totalmente, entonces depende de la idiosincrasia del lugar, en el caso de Pemex eso no es importante, desde luego la gente del Norte es más proactiva que la gente del Sureste, por las razones que quiera, no es un objetivo de Pemex desarrollar las zonas como tales, se le olvida al Estado Mexicano, sí, porque han destruido a Pemex, no hay materia primas, todos saben lo que sucede y se quedan callados, tienen miedo, es un pueblo que tiene miedo y no le gusta la verdad”.
Empresas destruídas
Como miembro del Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17, Rafael Decelis asegura “las empresas estratégicas del Estado nacional están prácticamente destruidas. El gobierno mexicano actual no tiene ya recursos para pagar el gasto corriente, pues tiene una enorme deuda pública que sumados a los intereses del IPAB y con una balanza negativa, superan la cantidad de 80 millones de dólares anuales y carece de flujo para darle cumplimiento. Flujo que se obtenía del petróleo, hoy no existe y el sistema energético, la gran palanca del desarrollo nacional, está paralizado con la reforma que se aprobó en el Senado. Hay una política, México tiene que ser un país maquilador para Estados Unidos”.
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