25 septiembre 2009
Que nadie dé por muerto a Andrés Manuel López Obrador para el 2012. Más allá de las filias que provoca, es un hecho que tiene un voto duro, además de que mantiene consistencia en sus posiciones, las mismas que le han traído críticas y admiración y seguidores. El tabasqueño se ha venido moviendo bajo la premisa de que el gobierno cada vez está más desgastado y él y su movimiento, en ese orden, pueden ser “la” salida a lo que viene.
La carrera presidencial está echada andar. Están los que gobernando aseguran que “ya llegará el momento de decidir”; están los que han tomado a la tele como su espacio de promoción y cogobierno; están los agazapados; y está finalmente el que recorre el país buscando sumar votos de futuro y que no los olviden.
López Obrador no es ajeno a esto, por eso ha desarrollando una estrategia tipo hormiga. Se mueve por todo el país y no le importa que los actos que presida se celebren ante muchas o pocas personas. Confía en su carisma y en sus razones de convencimiento y de visión de país. Ha hecho del régimen de Calderón su caballito de batalla. El desarrollo de las elecciones le ha dado suficiente parque para todo el sexenio.
Suponemos que es consciente de que la correlación de fuerzas ha cambiado dentro y fuera de su entorno. Por más que el gobierno esté vendiendo sus proyectos, o si se quiere intentos, él no está apareciendo como una opción. El tema y la percepción es el PRI con todo lo que esto significa. López Obrador no aparece porque su estrategia es cotidianamente confrontativa. Agréguele que está cerca de ser visto como un adversario personalizado del Presidente, más que como un personaje que esté pensando en un proyecto de país.
La sociedad está enojada y nadie resulta creíble. La división puede colocar a cualquier personaje como eje de consensos y López Obrador puede ser de nuevo uno de ellos, pero habrá que recordarle que las partes sólo valen sí conforman un consenso. Si escucha y atiende las críticas como ejercicio político, periodístico y forma de vida, su mirada y la que se tiene de él pueden cambiar. Se dice a menudo entre sus colaboradores que cuando salen estos temas o ideas contrarias a lo que piensa se producen inquietantes silencios; a estas alturas ya no cabe el “ya ves cómo es Andrés”. Existe terreno fértil para que irrumpa de nuevo, pero tendrá que darle variantes a su estrategia, que no a sus principios. Lleva años recorriendo el país y lo conoce como pocos, pero esto puede no ser suficiente. Se aplica la máxima: es igual de importante hacer las cosas bien que hacerlas a tiempo.
¡OUUUCHCH! Mario Manuel Romero Tinoco es profesor de la Universidad Nicolaíta de Michoacán. Fue detenido el 8 de julio como presunto responsable de nexos con el narco cuando fue alcalde de La Huacana. Los argumentos parecen menores. Familiares y amigos se nos acercaron solicitándonos, como hace dos meses, que no dejemos el caso y que se les informe sobre el mismo. Mario está detenido con base eb testimonios de “testigos protegidos” a los que se les cree todo lo que dicen e inventan.
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