29 octubre 2009
Dos meses antes de la matanza Emilio Chuayffet supo lo que iba a pasar y no hizo nada que no fuera burlarse. Y como todas las tardes, beberse sus mentiras.
En las horas recientes han surgido nuevas pruebas que evidencian la soberbia y la negligencia criminal con que el entonces secretario de Gobernación trató las advertencias sobre la situación en Chiapas en aquellos años convulsos.
Y es que apenas en 2006, el actual gobernador Juan Sabines Guerrero creó la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en la Procuración y Administración de Justicia en el Poblado de Acteal, por los hechos sangrientos de aquel 22 de diciembre de 1997. Con tres líneas de investigación: esclarecer si existen civiles o ex servidores públicos de los gobiernos federal y del estado como probables autores intelectuales; determinar si ex funcionarios incurrieron en omisión; y si hubo otros autores materiales. Ahora esta fiscalía está pidiendo formalmente a la Suprema Corte de Justicia el aplazamiento de una nueva resolución sobre el caso Acteal, que es ya inminente.
Porque resulta que luego de cientos de nuevas diligencias e investigaciones la Fiscalía del Caso Acteal rescata una carta enviada el 18 de octubre de 1997 a Emilio Chuayffet Chemor, entonces secretario de Gobernación de Ernesto Zedillo. Era de monseñor Raúl Vera López, obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en la que el sacerdote le enfatiza: “Desde la plática que tuvimos en agosto del año pasado (1996) te hablé del camino que hacia un cambio profundo llevaba esta región y que si lo intentaban detener, sólo iban a lograr un baño de sangre… pues bien, eso del baño de sangre ya está en marcha y se anticipa todavía más cruel”.
Lo más grave es que la fiscalía cuenta también con una grabación en la que Chuayffet se refiere a la carta de Vera diciendo: “Me dice que va a pasar todo esto” y luego confirma “tengo la carta y no es fotostática”. Por si fuera poco, hay declaraciones del entonces gobernador Julio César Ruiz Ferro en las que asegura que tuvo al tanto “…en todo momento al secretario de Gobernación sobre la problemática en el municipio de Chenalhó”. Y hay otros testimonios como el de Tomás Pérez Méndez, habitante de Chenalhó, que alertó personalmente a Chuayffet sobre “los actos criminales que padecían en esos tiempos”, a lo que el secretario le respondió que “pronto serían atendidos sus problemas”.
Ya entonces eran secreto a voces las debilidades de Chuayffet. Que serían muy suyas si no hubieran afectado a tanta gente. Como aquel tristemente célebre episodio de cuando le llevaron a la puerta de su comedor privado los Acuerdos de San Andrés para la paz en Chiapas, Y luego de una larga espera y 14 anises se dignó a gritar que los firmaran sin siquiera haberlos visto. Hasta la cruda, cuando por órdenes de Zedillo el gobierno se retractó y los desconoció.
Igual, ahora tampoco le pasa nada al blindado diputado priísta Chuayffet. Como no sea un juicio histórico que siempre será implacable.
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