sábado, octubre 24, 2009

Vitral. Hoy

Por Javier Solórzano






23 octubre 2009

OVIEDO, España.— Por acá a México se le ve con inquietud. Lo público es que la inseguridad y el narcotráfico nos tienen contra las cuerdas. En lo privado, periodistas y círculos universitarios nos ven disminuidos. Hace no muchos años éramos uno de los centros de América Latina, se nos pedía opinión y ejercíamos influencia real, pero ya no es así para muchos. Brasil nos ha rebasado por izquierda, centro y derecha.

El caso hondureño se ha convertido en un asunto emblemático. La desafortunada declaración del presidente depuesto de Honduras sobre López Obrador, en lugar de saberse leer, se tomó como una afrenta que motivó al gobierno a hacerse a un lado de un conflicto que tenemos a la vuelta de la esquina. Calderón se dejó ir por impulsos en vez de hacer a un lado la imprudente declaración. Están de por medio la democracia y las instituciones de nuestros vecinos geográficos y de origen. Hemos pasado de la imprudencia foxista a la pasividad calderonista. Para España, México es un referente que se empieza a diluir. El reconocimiento a la UNAM cambia un poco la mirada a muchos universitarios y periodistas. La presencia del rector en la Universidad de Oviedo, de Salamanca y de Zaragoza ha provocado repercusiones favorables que empiezan a expandirse. Han servido para ver otras caras de México y no sólo las que nos agobian.

El reconocimiento a la UNAM tiene que ser valorado en el gobierno, en el Poder Legislativo y, particularmente, en el ámbito educativo. La UNAM es un centro rector que crece en la medida en que se fortalece y expande. Es “la” universidad del país a pesar de los que la ven con desdén. Está llena de problemas, algunos provocados por quienes en su historia la han usado, y hoy por burócratas que le escatiman presupuesto, pero siempre ha sido una especie de faro del país. Su actividad política ha sido siempre polémica y clave en muchos movimientos sociales, sin soslayar tiempos adversos. Ha pasado por radicalismos en el marco de su libertad sin restricción, incluso con provocadores y porros que se trepan de ella para delinquir más que para manifestarse.

El Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades es una muy buena noticia en un país donde los legisladores optan por cobrar más impuestos a ciudadanos, a quienes pasan la cuenta de boquetes económicos que no han provocado. El reconocimiento a la UNAM debe ser visto como parte de lo mucho que debemos saber fortalecer y apreciar. No podemos seguir en el todos contra todos. El galardón abre puertas, entremos.

¡OUUUCHCHCH! No se movió de su silla el presidente Zapatero. Vio cómo la vicepresidenta “atendía” a Rajoy, quien se hacía bolas una y otra vez. En las cortes acontecía una intensa discusión sobre el presupuesto. Estaban todos: presidente, gabinete, oposición, sindicatos, empresarios. ¿Cuándo por allá?

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