lunes, noviembre 02, 2009
Calderón ante Luz y Fuerza: Argumentos “falaces”
Para el coordinador de la Comisión Económica del Sindicato Mexicano de Electricistas, Uziel Lecona, los argumentos del presidente Felipe Calderón para decretar la extinción de Luz y Fuerza del Centro son “falaces”. Desde hace años, la empresa estaba a punto del colapso y así se lo hicieron saber los electricistas a la titular de la Secretaría de Energía, Georgina Kessel, durante la tercera sesión ordinaria de la Junta de Gobierno de la compañía en septiembre de 2008.Desde el año pasado el gobierno federal sabía que las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LFC) estaban a punto del colapso por falta de inversión y mantenimiento, según consta en el acta de la tercera sesión ordinaria de la Junta de Gobierno del organismo recién liquidado, que se efectuó el 19 de septiembre de 2008.En la reunión, presidida por la titular de la Secretaría de Energía (Sener), Georgina Kessel, participaron alrededor de 30 personas, entre ellas el director de LFC, Jorge Gutiérrez Vera; el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza, los nueve miembros de la directiva y otros funcionarios federales.El presidente Felipe Calderón sabía incluso que si la subestación Tacubaya tenía problemas, la propia residencia oficial de Los Pinos, el Campo Marte, la zona poniente del Distrito Federal, que abarca las delegaciones Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Miguel Hidalgo, y los municipios conurbados de Tlalnepantla y Naucalpan, se verían afectados por la falta de luz.En suma, estaba enterado de que, en caso de alguna contingencia, las zonas industriales de la Ciudad de México, comercios, hospitales, bancos, instituciones públicas y el Sistema de Transporte Colectivo se verían seriamente afectados.Por ello, en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2010 presentado por el titular de la Secretaría de Hacienda, Agustín Carstens, el pasado 8 de septiembre ante la Cámara de Diputados, Calderón incluyó el capítulo Estrategia Programática, en el que propone utilizar 108 mil 616 millones 372 mil 229 pesos para la construcción de las subestaciones Lago I, Chimalpa y Zumpango, así como modernizar el equipo que tiene más de 30 años de servicio y crear un sistema de gestión comercial.De ese monto, 84 mil 10 millones 296 mil 407 pesos se usarían para la compra de energía en bloque a la Comisión Federal de Electricidad, de los cuales 25 mil 184 millones 9 mil 902 pesos se destinarían a “servicios personales”, 55 mil 622 millones 978 mil 322 pesos a “gastos de operación” y el resto a “inversiones físicas”.Asimismo, para la distribución y comercialización de energía eléctrica, según la propuesta enviada al Legislativo, se requieren 66 mil 130 millones 907 mil 719 pesos, de los cuales 11 mil 151 millones 771 mil 404 serían para “gastos personales” y 54 mil 18 millones 93 mil 761 para “gastos de operación”. Para la “adaptación, mantenimiento y conservación de la infraestructura de las instalaciones de LFC” se solicitan 9 mil 759 millones 50 mil 503 pesos.En cuanto al pago de pensiones y jubilaciones para el personal de LFC, el monto propuesto era de 24 mil 461 millones 950 mil 162 pesos, cifra mayor que la ofrecida por el gobierno federal a los electricistas en liquidación el 12 de octubre, el día posterior a la publicación del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro.En conferencia de prensa, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, mencionó que 16 mil millones de pesos serían suficientes para finiquitar a los trabajadores, aunque en realidad se necesitan 20 mil millones. A su vez, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, comentó que esa suma alcanzaría para liquidar a los electricistas con tres meses más 12 días por cada año de servicio, con tope de dos salarios mínimos diarios, según establece el artículo 435 de la Ley Federal del Trabajo.Fallas al alzaEl pasado 11 de octubre, el gobierno federal abrogó el decreto por el cual se creó LFC y, tras ordenar su liquidación, puso en manos de ingenieros de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) el equipo del organismo descentralizado.Veinte días después, en Hidalgo, Morelos, Puebla, Estado de México y el Distrito Federal, entidades donde operaba LFC, los reportes por apagones y fallas en el suministro de energía en varias zonas aumentan cada día.Un reporte elaborado por el SME 24 horas después del sabadazo del 10 de octubre, cuando la Policía Federal y el Ejército tomaron las instalaciones de LFC, menciona que se recibieron 95 denuncias ciudadanas por fallas en el suministro eléctrico a través del teléfono 55 46 82 79, que ya dejó de funcionar.El 22 de octubre se quedaron sin luz las colonias Covadonga, Nuevo San Isidro y El Triunfo, en el Valle de Chalco, Estado de México. Los vecinos afectados bloquearon la carretera México-Puebla para exigir la regularización del servicio; al día siguiente, habitantes de las colonias Guerrero y Morelos, de la delegación Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, bloquearon el tránsito en el Eje 1 Norte, sobre Paseo de la Reforma, en protesta por que el área se quedó sin luz. Y en Iztapalapa, en la zona oriente los apagones eran continuos.Lo mismo pasó en varios municipios mexiquenses, como Texcoco, San Pedro Xalpa, San Bartola, Santa María, Zinacantepec, Toluca, Tepotzotlán, Tultitlán y San Pablo Oxtotepec. La Asociación de Industriales del Estado de México (AIEM) informó que 758 industrias de Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza e Ixtapaluca se han quedado hasta 11 horas sin electricidad, lo que ha mermado su producción.
La advertencia
En el encuentro del 19 de septiembre de 2008, Jorge Escobar Rodríguez, miembro de la dirigencia del SME, advirtió sobre un eventual colapso de LFC si no se inyectaban recursos.El sindicalista mencionó que algunas de las 115 subestaciones de Luz y Fuerza del Centro estaban trabajando de manera precaria y propuso un programa emergente para darles mantenimiento; incluso habló de una modernización gradual del equipo que, dijo, lleva 30 años funcionando.Asimismo, expuso que LFC contaba con 37 subestaciones convencionales, de las cuales la de Tacubaya, la más antigua, se instaló en 1927, mientras que la de Chalco data de 1978. Y advirtió que si Tacubaya se colapsa “afectaría directamente la zona de la residencia oficial de Los Pinos, las instalaciones del Campo Marte y la zona poniente del Distrito Federal”. De acuerdo con Escobar Rodríguez, las 44 subestaciones telecontroladas tienen sólo 21 años de vida, pero en casos como el de Magdalena, en servicio desde 1956, las bardas perimetrales se encuentran en mal estado y el equipo es obsoleto, por lo que en cualquier momento puede reventar.Respecto de las 34 subestaciones para clientes, expuso que la primera que se echó a andar fue el puesto de control central Metro, en 1969, mientras que la última fue de acero y se instaló en 2006. Su promedio de vida es de 19 años.De las 115 subestaciones la mayoría estaba a su máxima capacidad, toda vez que en los últimos años han proliferado los fraccionamientos y las zonas industriales, lo que provoca que los equipos se sobrecarguen. Y puso el ejemplo de la subestación Valle de México, que con frecuencia presenta disturbios a causa de la alta contaminación y la humedad de la zona.Las subestaciones que requieren urgente atención son Victoria, Santa Cruz, La Paz, Magdalena y Cerro Gordo, por su relevancia en el sector eléctrico y por las repercusiones sociales y económicas que provocarían sus eventuales fallas, aseguró Escobar Rodríguez en el encuentro del 19 de septiembre de 2008.En el acta correspondiente se menciona también que el subdirector de Comercialización de la Sener, Juan Antonio Zapata, informó a Kessel que el Sistema Integral de Supervisión y Control de la Facturación y la Cobranza y el de Telemedición requerían 69.2 millones de pesos para funcionar.El director de LFC, Jorge Gutiérrez Vera, mencionó que estaban a punto de concluir los proyectos de ingeniería conceptual para crear una estación de rebombeo para la presa y el río que circundan a la planta Necaxa. A su vez, el secretario del Interior del SME, Humberto Montes de Oca, pidió que se destinaran 7 mil 144 millones de pesos a inversión física durante 2009, de los cuales 2 mil 816 millones se destinarían a ese proyecto. Sin embargo, en la Asamblea Nacional de Representantes Sindicales del pasado 17 de octubre se denunció que las lluvias estaban saturando los contenedores de agua de esa planta y podrían desbordarse.El documento también cita a Martín Esparza, quien se quejó que 65% de las transferencias de LFC eran para el contrato de compraventa de energía en bloque con la CFE, lo que provocaba la descapitalización de la paraestatal.
Datos duros
Entrevistado por Proceso el pasado 28 de octubre, Uziel Lecona, coordinador de la Comisión Económica del SME, asegura que en el estudio denominado Composición del gasto de explotación durante 2008, él señala que las erogaciones por ese concepto ascendieron a 107 millones 25 mil pesos, de los cuales 6 millones 846 pesos se destinaron a salarios y prestaciones y 60 millones 727 mil pesos a energía comprada a la CFE, y el resto a los rubros de previsión social real y previsión social virtual.Dice que, con base en el tercer informe de la Sener, en el que se destaca que el subsidio canalizado a LFC para las diferentes tarifas eléctricas entre enero y junio de 2009 fue de 21 mil 38 millones de pesos, lo presupuestado para 2009 fue de 41 mil 945 millones de pesos. E indica que las pérdidas por consumo de energía disminuyeron 2.1% entre junio de 2008 y junio de 2009.Lecona explica que, en ese mismo periodo, el Tiempo de Interrupción por Usuario (TIU) mejoró 9.9% y que se reportó una baja de 3.1% en el número de inconformidades por cada mil usuarios; también señala que de enero a agosto de 2009 LFC electrificó 170 localidades, con lo que benefició a 93 mil 370 personas. En total, dice, para junio pasado el número de consumidores fue de 6.2 millones de personas.El coordinador de la Comisión Económica del SME sostiene que los señalamientos del presidente Calderón respecto de que la ineficiencia de LFC se debe a fallas operativas son falaces. Y menciona que en los reportes financieros de 2003 a 2008 puede comprobarse que en estos años la empresa obtuvo ganancias por 237 mil 935 millones de pesos por la venta de energía, pero tuvo una sangría de 440 mil 49 millones de pesos porque tuvo que comprarla en bloque a la CFE.Lecona también destaca que en el decreto mediante el cual el Ejecutivo decidió extinguir a LFC se menciona el pasivo laboral de 240 mil millones de pesos, de los cuales 80 mil millones correspondían a trabajadores en activo y 160 mil millones a jubilados.Por su parte, los electricistas afirman que la cifra es inexacta, pues en 2008 el organismo tenía un pasivo laboral de 102 mil 990 millones de pesos. Además, se quejan porque el gobierno calderonista los culpa de la descapitalización de la paraestatal, por el supuesto alto costo de su contrato colectivo de trabajo, sus prestaciones y salarios. l
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