El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, anunció este lunes que no aceptará su restitución al cargo para legalizar las cuestionadas elecciones que se realizaron el domingo, e insistió en que este proceso se debe anular para recobrar la institucionalidad en la nación."Ni restitución para legitimar el golpe ni para avalarles un proceso que está totalmente viciado de nulidad", subrayó Zelaya en declaraciones a Radio Globo.Zelaya agregó que "ni la restitución bajo las condiciones de legalizar este fraude electoral puede ser aceptado alguien como su servidor, que lucha por principios". Asimismo, reiteró sus denuncias de que la abstención superó el 60 por ciento, frente al 61, 3 por ciento de participación que aseguran las autoridades electorales de facto de Honduras.
El mandatario legítimo señaló que "aún con ese ajuste los técnicos del TSE (Tribunal Supremo Electoral) cometieron un grave error" porque "si 1,7 millones de votos corresponden al 61,7 por ciento ¿cuántos corresponden al 100 por ciento?. A eso corresponderán 2,8 millones de votos".
El TSE indicó que la participación en las elecciones fue del 61,3 por ciento, con un millón 716 mil 027 votos emitidos sobre un total de dos millones 598 mil 600 votantes censados.
"Yo me voy a encargar de sacar los datos alcaldía por alcaldía", dijo Zelaya, al subrayar que "todo el pueblo sabe que las votaciones bajaron" y "sin embargo ellos dicen que hay 600 mil votos más en la votación".Las elecciones que se realizaron bajo un régimen instalado tras un golpe de Estado en junio, los caracterizó una baja participación, que de acuerdo con estimaciones de encuestadoras locales, se ubicó en 40 por ciento.El presidente constitucional denunció, más temprano, que el gobierno de facto, liderado por Roberto Micheletti, infló los resultados de las elecciones y expresó estar sorprendido por lo abultado de los datos anunciados por el Tribunal Electoral de Honduras, los cuales según cifras del Frente de Resistencia Nacional contra el Golpe de Estado, no son los verdaderos.
"Estamos sumamente sorprendidos cómo se ha inflado esta elección para convertirla en una mentira para los hondureños", afirmó Zelaya desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, legación diplomática que la ha dado refugio desde el pasado 21 de septiembre.
Zelaya reiteró que los comicios se desarrollaron en una Honduras con la población "aterrorizada" y sin "libertad para expresarse" por la presencia de militares en todo el país, y dijo que la revisión de los datos va a demostrar que las elecciones tienen un "vicio de fraude, de ilegalidad, de origen".
El presidente Zelaya quien se encuentra refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el pasado 21 de septiembre, señaló que "no me rindo aunque me tengan amenazado, aunque me quieran humillar porque estoy defendiendo una causa (...), es la causa del pueblo de Honduras".
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