¡Hermanos, os amamos! ¡¡Estad alerta!!
Compañeros y compañeras de la Heroica Resistencia Hondureña:
Desde el comienzo de vuestra lucha estuve, y estaré con ustedes. No me considero, en modo alguno, un extranjero, porque en cada hondureño asesinado -más de 60 hasta ahora- víctimas del cruento golpe que propició el Imperio, siento que han matado a un hermano, a una hermana, a un hijo mío.
Son parte de mi familia más querida los perseguidos, los periodistas silenciados, los "desaparecidos" secuestrados y bajo tortura; los heridos de bala, o de golpiza feroz, en los hospitales acuartelados, los campesinos que deben de huir entre la noche, los despedidos de sus trabajos por confesar su adhesión a la justicia... Son yo mismo.
Aun así, no me atrevo a dar consejos a un Frente Popular que ha demostrado -en estos más de cinco meses de diaria y denodada lucha por sus derechos- un valor ejemplar y una gran sabiduría. Sin embargo, creo honesto dejar que la boca de mi corazón exprese lo que siente y piensa:
1. No he visto, en lo que tengo de vivido, durante ningún proceso electoral -y mucho menos el mismo día de las elecciones- que se haya asesinado, perseguido, golpeado, detenido, torturado, obligado, amenazado, sobornado, allanado domicilios, locales públicos y acallado a la prensa independiente, como se hizo en Honduras. La impunidad se la brindó a los golpistas el hecho de que no haya habido observadores acreditados por ninguna instancia multinacional; se sintieron apoyados por la inacción de la OEA, la ONU, y la UE, que ahora comienzan a dividirse; es evidente la participación directa de los Estados Unidos.
2. El pueblo de Morazán -haciendo frente no sólo a la represión, el terror y la muerte, si no a los más repulsivos traidores y oportunistas- ha triunfado, como nunca antes en la historia de Honduras. Su abstención superó largamente el 70% del listado de electores radicados en el país, sin incluir a los votantes que viven en el extranjero. Por ello, el gobierno de Lobo es -cuantitativa y legalmente- ilegítimo y fraudulento. Su 56% de votos -de aquel sólo 30% que acudió a votar- representa apenas un 12% de la "voluntad" del electorado nacional. Más de 3 millones de hondureños dijeron NO a los golpistas; es un hecho inocultable: con tinta indeleble o sin ella.
3. Es claro que una enorme fuerza política ha nacido, no como producto de un milagro, si no del final de la paciencia popular. Mujeres y hombres se aglutinaron en torno a la Heroica Resistencia Hondureña en base a la voluntad común de retornar a la democracia y construir una patria basada en una constitución justa y equitativa, que haga posible la participación en la vida política y económica de las mayorías. Ahora esa fuerza política sobrepasa la sumatoria de todos los partidos supérstites y de los ciudadanos no afiliados. Calculo ese poder en más de 4 millones de personas; la mayoría mujeres y habitantes de las zonas rurales.
Hermanos: La vieja mecedora de la alternancia en el poder de los grupos oligárquicos, ha muerto. No obstante, el trabajo de cohesionar sólidamente a todos los responsables de este primer triunfo recién ha comenzado.
4. Es evidente que mantener en pie la voluntad de lucha de más de 4 millones de personas es una tarea titánica, sobre todo cuando no está nada claro el futuro político de la nación. Sostener la unidad de tal conglomerado remite a la enorme responsabilidad y férrea decisión de los líderes de las instituciones y frentes populares de los 18 departamentos; esencial y medularmente, aquellas mujeres y hombres que -en medio de la lucha- se han distinguido por su lucidéz, conciencia, constancia, valor, lealtad, capacidad y transparencia para unir voluntades y saber trabajar en conjunto. Es importante, creo, establecer un paralelo. Recordemos a Mohandas Karamchand Gandhi, Mahatma (Alma Grande), conductor de la Desobediencia Civil, frente a Inglaterra, el más grande imperio de aquella época. Gandhi expresó: "Por la libertad de mi pueblo estoy dispuesto a dar gustosamente mi vida, pero por nada, estoy dispuesto a quitarle la vida a otro". Tenía entre sus manos la responsabilidad de conducir el destino de más 400 millones de seres humanos. Logró la independencia de su país. Estuvo más de siete años de su vida en prisión, pero logró la independencia de la India.
5. Lobo no moverá un dedo para castigar los crímenes y desmanes de los golpistas. Seguramente proclamará una repulsiva "amnistía" a la que se acogerán todos los asesinos. Una especie de "borrón y cuenta nueva". Seguramente ese será el primero de sus actos de gobierno para mantener de su lado a la policía y al ejército y apartar -por lo menos temporalmente- de aquellos cerebros, el primitivo instinto de su naturaleza golpista. Eso no habrá de significar nunca -pues los crímenes de lesa humanidad jamás prescriben-, que el pueblo hondureño dejará de lado el justo principio: "Ni olvido, ni perdón".
Todos sabemos que el poder judicial no existe; se ha puesto del lado oscuro. La lucha se deberá de dar ahora en TODOS los tribuales internacionales a los que se pueda acceder. Los jueces, apena decirlo, pero simplemente están defendiendo sus sueldos, no la justicia. Esa indefensión llena de ira y de coraje, pero es una realidad que se debe de afrontar.
6. Lobo enviará delegaciones -que costarán una fortuna al erario nacional- a visitar todos los países que les abran las puertas para lograr el reconocimiento de la comunidad internacional. Estados Unidos hará de lobbista de ese Lobo en la sucia tarea de legitimar los crímenes y la farsa electoral.
Como si lo estuviese viendo: Los primeros, USA, Panamá, Israel, Colombia, y -vergonzosamente para nosotros- el Perú (donde estuvo temporalmente desterrado el heroico Morazán); algunos otros países lacayos siempre estarán dispuestos a echarse entre las patas de aquel Lobo hambriento, que roe el hueso que arrojaron en su cubil.
7. Queridas compañeras (ustedes son la mayoría) y compañeros, la tarea inmediata, pese a todos los peligros y las trampas que les coloque el nuevo "gobierno" y sus titiriteros, es la de difundir profusamente, para conocimiento del entrañable pueblo hondureño que esta es su gran victoria. Que todo aquel pobre, humilde, olvidado, traicionado, sepa y sienta que ahora es parte de un gran poder, el de la fuerza indetenible del Frente Popular, la alternativa única de lucha para reconstruir el país. Le pese a quien le pese, y pase lo que haya de pasar; porque donde hay dignidad no hay rendición.
Mientras llega la hora de tomar el poder conquisten la unidad; manténganla, acreciéntenla, incorporando más y más ciudadanos, sin renunciar a los principios que han dado orígen al Frente: democracia, equidad, fraternidad y solidaridad. Unidad es lo preciso, es lo más valioso. Contra esa unidad se abalanzarán los perros de la guerra, los infiltrados -que nunca faltan- harán su tarea de topos de aserrar los cimientos. Contra esto: vigilancia, sagacidad, inteligencia.
8. Los pueblos de Nuestra América están hartos de personas como Alan García Pérez (actualmente uno de los hombres más ricos del Perú) con un despótico estilo Neroniano, dado a gula, lujuria, soberbia, avaricia, envidia, ira y pereza, rodeado de un entorno de cómplices corruptos ahítos de botín, persecutores implacables de los pobres, sirvientes de las transnacionales que se compran a pedazos el país.
Nuestros pueblos quieren dirigentes honestos, justos, sobrios, frugales -hasta lo espartano- inclaudicables en sus principios, maestros en su conducta. Nuestros pueblos reclaman el poder, pero siguiendo una ruta que tenga en la vanguardia a personas ejemplares. Vean: ¡Qué alegría!, allí está nuevamente Bolivia, eligiendo mayoritariamente a Evo Morales, un honrado que cumple, un campesino sin complejos, un hombre con coraje .
9. Un acto de justicia natural ha sido el que los traidores se hayan ido, solos. Quedan los leales a su pueblo. El camino se muestra más despejado, aunque siempre lleno de dificultades; camino, hermanos de la Heroica Resistencia Hondureña, que vuestra sabiduría sabrá elegir. Precisará siempre meditación, planificación, unidad, disciplina y perseverancia. Es, creo, muy necesaria la fraterna y dedicada instrucción de todos los hermanos -a través de la radio, boletines, reuniones, visitas a centros comunales, y otros medios masivos o individuales- para que el nivel de conocimiento político de la sencilla pero inteligente mayoría sea el que la acción requiere.
Refundar la república, para que no vuelva a caer en manos de los señoritos hijos de los conquistadores, o de las transnacionales y de sus gendarmes USA -con más 1,000 bases militares diseminadas en el mundo- es un trabajo que parece exceder las posibilidades de un pueblo pequeño, pero Nuestra América ya ha dado muestras de que es posible lo imposible. No olvidemos a Alma Grande, no olvidemos a David, no olvidemos a Cuba, a Uruguay, a Venezuela, a Nicaragua, a Bolivia, a Ecuador, a Paraguay, no olvidemos jamás a nuestros hermanos asesinados, arrastrados sangrantes por las calles, y burlados -apareciendo como jugando en un día de campo- en los diarios de la oligarquía.
La historia contemporánea le reconoce a la Resistencia, en todas las guerras y esta lo es -aunque muy particular, pues tiene muertos sólo de un lado-, la tarea más sacrificada y difícil, e involucra a toda la familia. Es una guerra de liberación nacional. Es una guerra cuyo día a día Nuestra América vela, con el corazón en la boca.
¡Adelante compañeros!, ¡Hasta la Victoria!, ¡Patria o Muerte!, ¡Venceremos!
Con integridad fraterna, Igor Calvo.
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