Escándalo de Salud de la Década
Martes 19 de enero de 2010 - Byron Richards, CCN
En el ciclo agrícola 2010 Monsanto planea liberar al medio ambiente su experimento Frankenfood más reciente en el público americano, canadiense. Una nueva versión de maíz genéticamente modificado con una apilación anormal de ocho genes llamado Genuity maíz SmartStax. Es la culminación de un escándalo asombroso que se ha ido construyendo en los últimos diez años. Durante este tiempo las semillas de Monsanto han crecido un 90% en cultivos de soya de EE.UU. y en 85% en cultivos de maíz. El trigo es el siguiente en su agenda.
Sus esfuerzos han estado marcados por la intimidación corporativa y han llamado la atención del Departamento de Justicia, el cual está llevando a cabo una investigación antimonopolio. Todo este tiempo la empresa ha gastado millones de dólares en cabildeo político para acelerar la consecución de sus metas antes de que el público estadounidense tome conciencia de lo que les golpeó. Los europeos están furiosos por la falta de pruebas de seguridad para este experimento más reciente de Monsanto. Monsanto está haciendo un juego de poder siniestro dentro del mercado mundial de alimentos y semillas. Está alterando la naturaleza de los alimentos.
Pocas personas comerían “alimentos” de Monsanto si tienen conocimiento de los que se están comiendo. El Presidente Obama y su familia no se lo comerían. Tampoco la familia Bush. Incluso una cafetería para los empleados de Monsanto rechaza este tipo de alimentos. Esto no es cosa de risa. Su salud y la salud de sus hijos y nietos están en juego. Se parece más a una escena de una película de terror que algo que sucede en los modernos Estados Unidos (…).
¿Por qué los alimentos genéticamente modificados son peligrosos?
La tecnología de los organismos genéticamente modificados (Organismos Genéticamente Modificados) de Monsanto inserta genes no propios de alimentos, genes de otras especies en el ADN de los alimentos, alterando la propia naturaleza de los éstos. En algunos casos estos genes hacen que los cultivos sean más resistentes al herbicida Roundup de Monsanto y en otros casos los genes extraordinariamente causan que el ADN de las células de alimentos produzca proteínas tóxicas que actúan como plaguicidas.
La mayoría de las personas no se sienten cómodas con la idea de modificar la naturaleza de los alimentos en un gran experimento genético con consecuencias desconocidas. La idea de alimentos produciendo su propia toxina interna es igualmente detestable. Después de todo, ¿quién quiere comer alimentos tóxicos? Mucho menos si esta tecnología se encuentra en manos de Monsanto, una empresa con una historia de flagrante desprecio por la salud humana. Fue Monsanto quien concientemente envenenó el planeta con PCB tóxicos.
Ahora se ha demostrado que la consecuencia en la salud de comer grandes cantidades de residuos de Roundup que se rocía en niveles cada vez mayores en los cultivos transgénicos es la interrupción en el sistema endocrino. Un estudio reciente muestra que estos residuos de Roundup son altamente interactivos con las hormonas sexuales y pueden afectar de manera significativa su función.
En un estudio de 2008 el gobierno austriaco mostró que el maíz transgénico con el que se alimentó a ratones durante varias generaciones, dio lugar a problemas de fertilidad y debilitamiento de riñones (…) . Aquí hay un enlace al informe de 105 páginas 105 page report.
Los cultivos transgénicos también, drástica y negativamente, han alterando la calidad del suelo. De hecho, los animales del suelo, tales como las lombrices de tierra han incorporado los genes del maíz transgénico en sus celdas. Este hallazgo es de suma importancia respecto a los posibles problemas en la salud humana (…).
http://www.youtube.com/watch?v=Zo8PRMb-EEc
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