sábado, febrero 06, 2010

Mister Atenco, “nuestro” embajador en Londres

Manú Dornbierer
Satiricosas

Los gobiernos mexicanos, priístas y ahora panistas, con frecuencia se han dado el indecente lujo de utilizar sus embajadas en el extranjero como basureros… y a la par premios de consolación para quitarse de encima a sus funcionarios incómodos, gente que los presidentes nombran y que, por alguna razón, no les funciona y a la que en determinado momento hay que despedir. A lo largo de décadas, hemos visto cómo reciben embajadas individuos que literalmente han cometido crímenes contra el pueblo de México y se van a pararse el cuello al extranjero y, naturalmente, a gastar millonadas de nuestro dinero, ese sí nuestro. ¡Y no sólo en embajadas sucede, como lo demuestra el caso de la OCDE, cuya cabeza es el connotado sinvergüenza Angel “de la dependencia” Gurría, posible organizador del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu!
Los mandan fuera cuando necesitan deshacerse de los incómodos, en lugar de hacerles pagar su incompetencia, su falta de honradez, etc. -o la injusticia de la que ellos mismos, los presidentes, los hacen víctimas, como fue el caso en 1981-82 del ingeniero Jorge Díaz Serrano, tres años excelente director de Pemex, despedido por intrigas y ambiciones de amigos y parientes buitres de José López Portillo, enviado a Moscú como embajador-. Buscan dónde enviarlos de acuerdo a su rango en la politiquería en nuestro país y sobre todo en el corazoncito del presidente en turno. Pero por lo visto no se preocupan en lo mínimo de la sede a la que irán a dar y que seguramente escogen los propios “congelados”. Sólo les preocupa que los acepten, que les den el visto bueno. Y por general lo logran.
Pero hay cada y cada en ese Servicio Exterior improvisado y equipado como momentánea congeladora de los amigos presidenciales que uno podría pensar que los gobiernos extranjeros no tienen la menor idea de a quién reciben como embajadores de México ni hacen el menor esfuerzo por investigarlo. O bien lo saben y lo aprovechan en su beneficio, por ejemplo, realizan un trueque con el presidente mexicano en turno, por lo general una tajada de petróleo. Se sabe que Calderón, a medios chiles, según crónica periodística, tuvo un encuentro en un viaje con la Reina Isabel de Inglaterra y un acuerdo con la compañía British Petroleum, al parecer patrimonio de la Corona inglesa. Así sí es comprensible que un individuo como el ex procurador, Eduardo Medina Mora, se ande pavoneando en la Corte de Buckingham Palace, con Su Majestad, después de los horrores que cometió en su país, por ejemplo en Atenco, en el Estado de México, en tiempos de Fox, o recientemente en Michoacán. El año pasado, Calderón lo corrió por su pleitos con su otro favorito superpolicía, Genaro García Luna, que organiza muy bien el aspecto “Chapo Guzmán”, financiero del panismo, según el bien enterado sitio de internet Yumka, por lo que fue abiertamente mencionado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo.
Al Sr. Medina Mora lo reemplazó Calderón en la PGR con el procurador conocido como “Chacha”, por su repetido apellido Chávez Chávez y quizá por su pésima actuación como procurador en su natal Chihuahua en el tétrico caso de “Las Muertas de Juárez”. Ni a cuál ir para efectos de la población que no sólo de los negros planes de Calderón. Pero diputados y senadores siguen sordos y ciegos ante los reclamos de los ciudadanos que exigimos que la Procuraduría General de Justicia de la Nación deje de ser una dependencia más a las órdenes del Ejecutivo y que los legisladores no acepten a semejantes tíos sin chistar. Es una pueril y vergonzosa realidad de “juez y parte”, digna de la república bananera que es otra vez México. ¿Cuándo podremos enjuiciar a un presidente como otros países de América Latina si el Procurador está bajo sus órdenes?
Por supuesto a “nuestro embajador” le pagamos los ciudadanos mexicanos, pero no es nuestro embajador, no el mío, no el de los mexiquenses que lo identifican como Mr. Atenco, no el de los alcaldes michoacanos a los que corrió a patadas con el excelente pretexto del sexenio, el narco, para cometer toda suerte de abusos y tropelías gubernamentales. Y seguramente no el de muchos otros mexicanos de todos los estados, descontentos con la forma en que los panistas Fox y Calderón aplicaron a través de ese hombre la injusticia, que no justicia. Con Fox, Medina Mora fue policía, lo que es ahora para Calderón, Genaro García Luna. Y durante los primeros 3 años del desgobierno actual, Medina Mora Icaza fue el brazo armado de Calderón, como titular de la PGR del 1 de diciembre de 2006 al 7 de septiembre de 2009.

EL CASO ATENCO

Hablando de ciudadanos a ciudadanos (porque los gobiernos ya conocemos lo que son), quién sabe si los británicos sepan qué clase de “Excelencia” mexicana les cayó por allá. El periodista Raymundo Riva Palacio, especialista en Medina Mora, ya nos contó y les contó mucho sobre él en varios artículos y en uno reciente sobre la barrida de alcaldes michoacanos sin ningún derecho ni razón. Y en este espacio hoy recuerdo el internacionalmente conocido Caso Atenco, en el que Medina Mora sirvió de verdugo contra ciudadanos mexiquenses tanto a Vicente Fox, como a su amigo el anterior gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, y finalmente a Calderón.
Es obvio que en esa pérfida Albión, monarquía parlamentaria, a sus gobernantes como a nuestros propios pérfidos les importa sorbete que “nuestro” embajador, uno más de los que el despreciado Tercer Mundo arroja a orillas del Támesis, haya pisoteado los derechos de modestos floristas del Estado de México, haya permitido asesinatos y violaciones de policías a mujeres inermes como lo dice esta nota: “Luego de 4 días se conocieron varias denuncias de violación a mujeres detenidas, entre ellas reporteras extranjeras que fueron deportadas inmediatamente; aunque algunas de estas denuncias luego fueron cambiadas a las de acoso sexual. Además el caso de dos jóvenes muertos, Javier Cortés (14 años) y Alexis Benhumea (20 años)”.
A lo largo de los años fueron saliendo más depravaciones de las policías estatales y federales en aquella operación de venganza foxista, de criminalización de la protesta popular. Y el asunto no se extingue porque hay mucho detrás, como la alianza prianista de Zedillo/Montiel y Fox, como la obvia determinación foxista en cuanto tuvo el poder, de traicionar a la democracia que lo elevó, de aplastar tarde o temprano cualquier alzamiento contra el gobierno y sus negocios, como el prometido al neoliberalismo, aunque en aquel momento el muy hipócrita había invitado a los zapatistas, que naturalmente apoyaron a los mexiquenses justamente rebeldes, a un tour, dizque democrático de los elementos del subcomandante Marcos, por varias ciudades.
El caso es que a muchos SI nos importa que este oscuro episodio no se olvide y que se excarcele a los defensores de la tierra. Nos repugna como mexicanos y como ciudadanos del mundo -globales, se dice hoy-
lo que pasó en Atenco, en el Estado de México, como lo que pasó en Tlaltelolco, en el DF, como lo que pasó en Wolonchan, en Acteal, en Chiapas, como lo de El Charco y Aguas Blancas, en Guerrero, y en tantas matanzas más de los gobiernos prianistas contra la población mexicana.
A lo largo de décadas, reinsisto, hemos visto cómo reciben embajadas individuos que deberían estar en la cárcel en vez de sus humildes víctimas. Literalmente han cometido crímenes mayúsculos contra el pueblo de México y van a pararse el cuello al extranjero y a gastar millonadas de nuestro dinero, nombrados por los presidentes y avalados por el Congreso.
Mientras su verdugo se pavonea en Buckingham Palace, Ignacio Valle, el principal defensor de las tierras de San Salvador Atenco, en el Estado de México, debe ya haber pagado parte de los 112 años de sentencia que por órdenes del actual gobierno y para tapar la canallada de Fox y su amigo Arturo Montiel, al que por cierto llevó a pasear a aquel grotesco primer viaje de Chente y su pandilla a China, en el que juguetearon entre los famosos guerreros de terracota de Xian, a riesgo de causar un grave percance a ese tesoro chino. Hay pues que recordar e insistir en el crimen de Atenco que se haga justicia, al lado de la “Campaña nacional e internacional por la liberación de Ignacio Valle”, con varias grotescas sentencias por los buenos oficios de nuestro actual “Excelentísimo embajador en Londres”.
Con todo y los 112 años de prisión de Ignacio Valle, sigue la inquina: El año pasado le quisieron embargar su modesta casa de Atenco para pagar una multa de una de las dichas varias condenas por un poco más de 100 mil pesos. No se vale ir contra el pueblo que no se plegó ante la canallada de los gobiernos panistas (y del priísta Montiel, cuyos hijos tenían negocios lecheros con los entenados Bribiesca del presidente Fox). Si Fox y Montiel se tragaron la pérdida de su negocio y la humillación infligida por bravos campesinos, armados de machetes por defender sus tierras, lo que sucedió el 3 y 4 de mayo de 2006, en Texcoco y Atenco, fue clara venganza ejecutada por Su Excelencia Medina Mora por órdenes del presidente panista y del exgobernador priísta.

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