MÉXICO, DF, 16 de junio (apro).- Las secretarías de Salud y de Educación Pública cedieron a las presiones de los grandes consorcios de alimentos “chatarra” y anunciaron que por el momento no se suspenderá la venta de pastelitos y frituras en las escuela.
En entrevista, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, sostuvo que la industria alimentaria requiere de tiempo para ajustarse a las exigencias nutricionales, a fin de reducir la densidad de calorías.
El primer paso, aseguró, será hacer porciones más pequeñas de galletas, pastelitos, papas y churritos fritos, entre otros.
Según el funcionario federal, lo que no se venderá en los centros escolares, a partir del próximo ciclo escolar, serán bebidas con azúcar adicional, como refrescos, jugos y néctares.
Precisó que no se envió el listado de alimentos chatarra a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria porque no se quiere “satanizar ningún producto”, pero la lista final dependerá de cómo quede lo autorizado.
El titular de la Ssa sostuvo que los vendedores de alimentos preparados en las escuelas podrán ajustarse más fácilmente a los lineamientos establecidos en menús que se distribuirán para equilibrar el nivel de nutrientes, como son cero grasas y poca sal, así como el aumento de frutas y verduras.
Dijo que en el caso de la industria alimentaria se necesitará un proceso y eso lleva tiempo, pues no se trata de eliminar ese sector ni que se genere un daño mayor.
Lo que se busca es “achicar” el tamaño de los alimentos chatarra como una respuesta inmediata por parte de la industria pastelera y refresquera.
Explicó que la densidad energética por porción significa que en 100 gramos se baje, primero, de 450 calorías a 300 el contenido, lo que no es tan rápido, porque aquélla depende de los componentes del alimento, en donde destacan las grasas, y en los ingredientes que le dan consistencia y sabor a los alimentos industrializados.
“No se puede de la noche a la mañana quitarle X o Z componente porque no va a saber igual y no lo van a vender. Ahorita se van a vender las bolsas chiquitas y va haber algunas frituras y botanas de las que tienen menos densidad energética y en porciones menores”, ofreció.
Sin embargo, afirmó que el objetivo es que se dé una transformación de la industria para que, en un par de años, esté por debajo de la densidad energética y, aunque los educandos “se coman dos bolsitas, ya no estén ingiriendo más calorías”.
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