MÉXICO, D.F., 9 de noviembre (Proceso).- Apoyado en miembros de la farándula como la cantante Patylú, que ya es su esposa, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), César Nava, lanzó hace un año una campaña para afiliar a por lo menos 300 mil nuevos militantes, y dos semanas después, el 6 de diciembre, se ufanó de haber superado “por mucho” esa meta.
“Al cerrar la campaña de afiliación, hoy 6 de diciembre, comparto con ustedes la alegría de anunciar que no solamente hemos cumplido la meta, (sino) la hemos rebasado por mucho y hemos recibido en estos 15 días a 371 mil 377 nuevos militantes de Acción Nacional”, informó, eufórico, a dirigentes y militantes panistas.
Pero las propias cifras oficiales del PAN demuestran que se trata de una mentira: se afiliaron apenas 81 mil ciudadanos, una quinta parte de lo pregonado por Nava.
En efecto, al principio de la campaña nacional de afiliación denominada “Entra en acción”, que inició el 22 de noviembre y concluyó el 6 de diciembre de 2009, el PAN tenía registrados un millón 50 mil militantes adherentes, aseguró el entonces secretario general adjunto y actual secretario general, Alfredo Rivadeneyra.
Según las cifras del Registro Nacional de Miembros (RNM) del PAN, actualizadas hasta el 27 de octubre de este año, sólo están dados de alta como adherentes un millón 131 mil 866 ciudadanos, es decir, apenas 81 mil 866 militantes más de los que había al iniciar la campaña.
De haberse incorporado al padrón del PAN los 371 mil 377 ciudadanos que aseguró Nava, la cifra total ascendería a un millón 421 mil 377 adherentes, denominación que se le da a los militantes recién afiliados o que no se han convertido en activos.
Y si se cotejan las cifras proporcionadas por Rivadeneyra hace un año y las actuales, que se pueden consultar en el padrón del PAN, hay un faltante de casi 300 mil registros o de afiliados presuntamente fraudulentos.
Estas cifras no incluyen a los militantes activos, que en un año observaron una modificación marginal, al pasar de 278 mil al inicio de la campaña –misma cifra desde diciembre de 2008– a 281 mil 222 hasta el pasado jueves 5.
Así, si se hubiesen afiliado al PAN los casi 400 mil nuevos ciudadanos que afirma Nava, los militantes activos y adherentes sumarían un millón 691 mil 377 y no un millón 414 mil 435 que registra actualmente el padrón panista.
Las cifras tampoco cuadran en los estados, donde se instalaron 895 módulos de afiliación, 237 más de los previstos originalmente, en cada uno de los cuales se habrían afiliado en promedio 415 nuevos militantes, 28 en cada uno de los 15 días que duró la campaña.
Por ejemplo, el presidente del PAN en Guanajuato, Fernando Torres Graciano, aseguró al finalizar la campaña que se afiliaron 40 mil nuevos militantes adherentes en el estado, pero la cifra registrada en el RNM, al 15 de octubre, ascendía a 11 mil 683 adherentes, la mitad de los que tenía ese partido en el estado en 2008, según ese mismo padrón.
Otro caso es Veracruz, cuyo comité estatal aseguró haber afiliado a 38 mil nuevos militantes, pero en 2008 contaban con 102 mil 13 adherentes y, al 27 de octubre de 2010, sumaban sólo 110 mil, es decir, existe una diferencia de apenas 8 mil.
Un caso más es Puebla: el PAN informó que en la campaña convocada por Nava afilió a 17 mil 558 ciudadanos, pero en 2008 el padrón de adherentes era de 59 mil 350 y ahora es de 61 mil 252: sólo 2 mil registros más.
En Tabasco ocurrió lo mismo: el PAN estatal aseguró haber afiliado a 4 mil 200 militantes, pero actualmente suma 23 mil 853 adherentes, apenas 3 mil más que los 20 mil 795 que tenía en padrón de 2008.
Eso mismo pasa en cada uno de los estados. Las cifras actualizadas, a un año de la campaña de afiliación lanzada por Nava, no corresponden a lo que oficialmente se informó.
Según el RNM, hasta diciembre de 2008 el total de militantes activos ascendía a 278 mil 109, mientras que los adherentes sumaban un millón 37 mil 73, para un total de un millón 315 mil 182. Ahora, el padrón actualizado hasta octubre suma 281 mil 396 panistas activos y un millón 133 mil 39 adherentes para un total de un millón 414 mil 435.
Así, siempre de acuerdo con las cifras oficiales, la estrategia de Nava fue más un golpe publicitario para sumar al PAN a figuras del espectáculo y del deporte que un mecanismo eficaz para incrementar auténticamente su membresía.
“La casita de Patylú”
Desde que arrancó la campaña nacional de afiliación denominada “Entra en acción”, y hasta que concluyó dos semanas después, Nava se hizo acompañar de personajes del espectáculo y del deporte, como la cantante Mariana Ochoa, quien fue la primera en afiliarse en una fastuosa ceremonia en la sede nacional del PAN.
Luego se incorporaron actores como Jorge Lavat y Alfredo Adame, así como los deportistas Aarón Gordián, Premio Nacional del Deporte, el exfutbolista Germán Tello, el corredor José Luis Barrios y el luchador Atlantis, cuya identidad quedó en secreto.
Un día después del inicio de la campaña, también en la sede nacional del PAN, se afilió la cantante Patricia Sirvent Bartón, conocida en la farándula como Patylú, quien ese mismo día obtuvo el registro SIBP830306MDFRRT00 como adherente, con domicilio en el municipio de Naucalpan, Estado de México, donde vivía con sus padres.
Repentinamente Patylú se convirtió en activista del PAN y como tal ofreció, el domingo 29 de noviembre, un concierto denominado “La casita de Patylú” en el teatro al aire libre Ángela Peralta, ubicado en la colonia Polanco, justamente a unas calles donde, meses después, Nava le compró un departamento cuyo precio en el mercado es de entre 15 y 20 millones de pesos.
Con la revelación de esta compra por la revista de espectáculos Nueva, en septiembre pasado, estalló un escándalo por la súbita bonanza económica de Nava, quien está bajo sospecha de corrupción, debido a que se trata de un inmueble que no pudo haber comprado ni siquiera con todo lo que ha cobrado en el sexenio de Felipe Calderón, mismo que inició con una deuda de 4 millones de pesos.
La nueva propiedad de Nava está ubicada en el piso 13 del edificio de la calle Rubén Darío esquina con Lamartine; cuenta con alberca, sauna, jacuzzis, salón de fiestas, jardín y área para juegos infantiles, y tiene vista privilegiada al bosque y al Castillo de Chapultepec. Está en una de las zonas más caras de la Ciudad de México.
Tal como ocurre con la campaña de afiliación, las cifras de los ingresos para adquirir “la casita de Patylú”, con quien contrajo matrimonio en la emblemática fecha del 2 de octubre, tampoco cuadran, pese a que en un comunicado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN aseguró que el lujoso departamento de 335 metros cuadrados le costó sólo 7 millones 250 mil pesos.
No obstante, durante casi dos años como secretario particular de Calderón y un año como diputado federal cobró, sólo en sueldos, poco más de 4 millones 500 mil pesos, aunque al iniciar el sexenio tenía una deuda de 4 millones 100 mil pesos por haber comprado, en agosto de 2006, una casa donde vivía con su anterior familia.
Este escándalo se sumó a otro, en febrero, cuando la renuncia de Fernando Gómez Mont a la Secretaría de Gobernación sacó a flote la firma de un convenio con Beatriz Paredes, homóloga priista de Nava, para proscribir una alianza del PAN con la izquierda en las elecciones del Estado de México, en 2011, a cambio de aumentar impuestos como el IVA.
El pacto con Paredes y Enrique Peña Nieto, del que supuestamente Calderón no sabía, exhibió a Nava como un mentiroso, aunque éste lo aprovechó para aliarse con el perredismo en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, cuyos triunfos atenuaron la pérdida de las gubernaturas de Tlaxcala y Aguascalientes, así como una debacle de alcaldes y diputados en Baja California.
El presidente del PAN, quien dejará el cargo el 4 de diciembre, ha estado antes bajo sospecha de corrupción, particularmente en su gestión como abogado general de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el gobierno de Vicente Fox, tal como lo documenta la Ana Lilia Pérez en el libro Camisas azules, manos negras, que menciona el tráfico de influencias de Juan Camilo Mouriño, elevando a rango de prócer del PAN.
De la inopia al caudal
Tomando como base las cifras de las propias declaraciones patrimoniales que Nava aceptó hacer públicas, particularmente la correspondiente a 2007, y los tabuladores de los cargos que ha ocupado, es posible presumir que la compra del departamento en Polanco perfila un asunto de corrupción.
En sólo cuatro años, Nava pasó de la inopia a la prosperidad, que se inició con la controvertida elección de 2006: en agosto de ese año, cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no había dado como ganador a Calderón, Nava obtuvo un crédito hipotecario por 3 millones 100 mil pesos, que sumó a un “préstamo personal” por un millón de pesos para comprar una casa nueva.
Así, comenzó 2007 con una deuda de 4 millones 100 mil pesos, sin contar otros adeudos, como las tarjetas de crédito.
Respecto de sus ingresos, el puesto de secretario particular de Calderón era nivel HC2, equivalente a subsecretario de Estado, por lo que su sueldo bruto ascendía a 203 mil 564 pesos y, ya sin impuestos, a 143 mil 314. Durante todo 2007 percibió en total un millón 719 mil 768 pesos.
Al año siguiente, 2008, Nava sólo cobró un millón 576 mil 454 porque Calderón lo despidió en noviembre de 2008. En todo caso, en los casi dos años que estuvo en el gobierno pudo ahorrar, sin gastar absolutamente nada, un total de 3 millones 296 mil 222 pesos.
Después, durante diez meses, Nava no trabajó en nada y, en teoría, tampoco tuvo ingresos: de noviembre de 2008, cuando dejó la secretaría particular de Calderón, a agosto de 2009, cuando comenzó su gestión como presidente del PAN –en sustitución de Germán Martínez, actual jefe de campaña de Roberto Gil Zuarth, su socio en el despacho de abogados–, sólo hizo campaña como candidato a diputado federal.
Nava sólo cobró un mes de sueldo como presidente del PAN, el de agosto de 2009, porque aseguró que renunciaba a él y su ingreso sólo sería su dieta como diputado federal. Por ese mes cobró, según el tabulador de ese partido, 130 mil 352 pesos con 65 centavos netos.
Como diputado federal, Nava percibe un promedio de 100 mil pesos mensuales, que multiplicados por los 12 meses que lleva como tal, suman un millón 200 mil pesos.
De esta manera, si se suman todos esos ingresos de Nava, de enero de 2007 a septiembre de 2009, el resultado es el siguiente: cuatro millones 626 mil 574 pesos, apenas medio millón de más que el adeudo que tenía cuando comenzó el gobierno de Calderón.
Se trata de una cantidad acumulada sólo en el caso de que Nava no haya gastado absolutamente en nada, ni siquiera en la pensión que, al parecer, destina a los tres hijos que tuvo con María Covadonga Baños Ardavín y que durante 2007 y 2008, según sus declaraciones patrimoniales, ascendían a 400 mil y 500 mil pesos, respectivamente.
Ante los señalamientos de enriquecimiento inexplicable, presuntamente por corrupción, en particular cuando fue director jurídico de Pemex, Nava ha decretado un espeso silencio.
O bien se ha refugiado en la retórica, como la noche del jueves 5, en el homenaje del PAN a Mouriño (a dos años de su muerte en un avionazo no esclarecido plenamente), cuando se comparó con él:
“Atravesó y atravesamos con él los peores vendavales, los ataques más feroces, los arpones más filosos, las puyas más injustas.”
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