LONDRES (Proceso).- El jueves 7, cuando los directivos del grupo News International –filial de News Corporation, del magnate australiano Rupert Murdoch– anunciaron el cierre definitivo del periódico dominical News of the World, hubo una gran conmoción en Gran Bretaña: el semanario más popular y antiguo del Reino Unido, con un tiraje de más de 3 millones de ejemplares, ya no estará en los kioscos cada domingo.
Su primer número se editó en 1843, durante el reinado de Victoria I. El último salió a la venta el pasado domingo 10. Su titular fue Thank you & goodbye (Gracias y adiós).
El cierre deriva del escándalo que propició el semanario por intervenir líneas telefónicas. En torno al caso del secuestro y asesinato, en 2002, de la adolescente Milly Dowler, la policía descubrió que personal de News of the World había intervenido la señal del celular de la víctima y había escuchado algunos mensajes de voz hecho por el que Murdoch se disculpó públicamente el viernes 15.
También se acusa al semanario de haber escuchado ilegalmente conversaciones telefónicas de los padres de Holly Wells y Jessica Chapman, las niñas asesinadas aquel año en la localidad inglesa de Soham; de los deudos de las víctimas de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, y de familiares de soldados británicos muertos en Irak y Afganistán.
Además el dominical era investigado por Scotland Yard (la policía londinense) por supuesto espionaje telefónico a políticos, deportistas y figuras del espectáculo; entre ellos el exprimer ministro Gordon Brown, el futbolista David Beckham y los actores Sienna Miller y Jude Law.
El escándalo salpicó al gobierno británico: el viernes 8 fue detenido en Londres el amigo cercano y exjefe de prensa del primer ministro David Cameron, y también exdirector de News of the World, Andy Coulson, acusado de pagar a un detective privado para que llevara a cabo las escuchas telefónicas ilícitas.
Ese día también fue arrestado Clive Goodman, exeditor de “asuntos de la realeza” del dominical y quien ya había estado preso cuatro meses en 2007 por haber contratado al detective privado Glenn Mulcaire para que efectuara el espionaje telefónico.
Las detenciones ocurrieron poco después de que el primer ministro defendió públicamente su decisión de contratar en 2007 a Coulson y confirmó la apertura de una investigación por el espionaje telefónico.
El primer ministro anunció el inicio de otra indagatoria que abordará la ética periodística en Gran Bretaña y que podría llevar al cierre del Comité de Quejas a la Prensa.
“Nos hicimos amigos (de Coulson) y creo que hizo su trabajo para mí de forma efectiva. Nos volvimos amigos y sigue siendo mi amigo”, subrayó Cameron. Tras ser cuestionado sobre si se “equivocó groseramente” al contratarlo para un cargo clave en el gobierno, afirmó: “La gente decidirá”.
En tanto, Scotland Yard abrió dos investigaciones: una sobre las escuchas ilegales y la violación de la privacidad de unos 4 mil personajes y la segunda sobre supuesta corrupción de agentes de la policía, luego de recibir denuncias de que éstos aceptaron sobornos de periodistas de News of the World para dar información confidencial.
Tras el sorprendente cierre del semanario inglés comenzaron a conocerse otras acusaciones contra el tabloide. Una de ellas fue que algunos de sus reporteros sobornaron a personal de seguridad de la reina Isabel II para obtener información privilegiada de la familia real.
La información vendida por los agentes corruptos incluía números de teléfonos y datos acerca de los movimientos y actividades de la monarca, de su esposo y de otros miembros de la realeza, incluidos el príncipe Carlos y su esposa y los príncipes Guillermo y Enrique. Este hecho fue considerado una violación a la seguridad nacional.
Los pagos y sobornos a los policías de la unidad de protección real y diplomática fueron descubiertos en 2007 por ejecutivos del grupo News International, quienes decidieron no informar a Scotland Yard de la evidencia hallada en algunos correos electrónicos dentro de una investigación interna de la compañía.
Fuentes allegadas al grupo de medios indicaron que las autoridades de la empresa “quedaron estupefactas” al conocer el contenido de los correos electrónicos. “Es inconcebible que esta información no se haya entregado a la policía en 2007”, afirmó un portavoz de la empresa.
“Esta crisis toca ahora a la jefa de Estado (la reina) y hay un peligro serio de seguridad nacional. Si la policía que protegía a Isabel II estuvo dispuesta a vender este tipo de información, ¿quién sabe de qué otra cosa han sido capaces?”, agregó.
News of the World habría pagado 160 mil dólares a policías corruptos para acceder a información secreta. Se cree que varios agentes policiacos y reporteros del semanario podrían ser arrestados en las próximas semanas.
Otra de las denuncias llegó del exprimer ministro Brown, quien el martes 12 acusó a News International –que también edita The Sun, The Times y Sunday Times– de usar a criminales como fuentes para sus reportajes. En entrevista con la BBC, el expremier confesó haber llorado cuando supo que The Sun publicaría en 2006 que su hijo Fraser padece fibrosis quística. La nota se publicó. La información fue obtenida mediante espionaje telefónico.
Brown también acusó al Sunday Times de haber obtenido información de sus cuentas bancarias para tratar de desprestigiarlo cuando era jefe del Tesoro británico.
“Si yo, que contaba con todas las medidas de seguridad como cabeza del Tesoro y luego como primer ministro, fui blanco de esas tácticas inescrupulosas, ¿qué habrá sido de los ciudadanos comunes?”, dijo Brown.
El exjefe de gobierno acusó a la organización de Murdoch de tener contactos con el “submundo criminal” y dijo que el Sunday Times trató de publicar un artículo “con el propósito de sacarme del gobierno”.
La lesión de un príncipe
Las sospechas comenzaron por un asunto menor: un texto sobre una lesión leve del príncipe Guillermo, publicado en 2005. Eso encendió las alarmas sobre la posible existencia de espionaje y llevó a una cadena de revelaciones que culminaron con el cierre de News of the World y con el arresto de su exdirector Andy Coulson.
En 2005 el periodista Clive Goodman, quien se ocupaba de los asuntos de la realeza, escribió una nota sobre un estiramiento en un ligamento cruzado del príncipe Guillermo, lesión que lo obligó a visitar a un médico.
Una semana después Goodman publicó que Guillermo le había pedido prestado equipo de rehabilitación a un amigo, Tom Bradby, periodista de la red ITV News.
El Palacio de Buckingham no entendía cómo se había filtrado información tan específica, dado que muy pocas personas conocían esos episodios. La alusión a una conversación entre Bradby y el príncipe hizo evidente que la fuente de News of the World no podía ser otra que los propios mensajes de texto que los dos amigos habían intercambiado vía celular.
Esas sospechas abrieron el camino para una investigación de Scotland Yard. En enero de 2007 Goodman fue a dar a la cárcel acusado de interceptar mensajes de teléfonos celulares. Junto a él compareció Glenn Mulcaire, un investigador privado al servicio de News of the World y también acusado de haber intervenido el celular de Milly Dowler. En ese momento News International se deslindó: aseguró que Goodman había actuado solo al contratar a Mulcaire, afirmación que nadie creyó.
Coulson, entonces director de News of the World, renunció. Pero no permaneció desempleado mucho tiempo, ya que poco después fue contratado por Cameron, quien encabezaba el Partido Conservador.
El asunto de las intervenciones telefónicas pudo no haber pasado a mayores de no ser porque The New York Times se ocupó del tema el año pasado. En septiembre de 2010, reporteros del rotativo neoyorquino –rival del grupo de Murdoch desde que éste compró The Wall Street Journal– descubrieron que las escuchas ilegales de News of the World no implicaban sólo a Goodman, sino también a Coulson. Lo publicado por el Times fue determinante para que el escándalo se desbordara.
Compra frustrada
Por otra parte, la crisis dio al traste con la intención de News Corporation de comprar British Sky Broadcasting (BSkyB), el mayor proveedor de televisión restringida en Inglaterra e Irlanda, con unos 10 millones de suscriptores en ambas islas.
El ente regulador de los medios británicos, Ofcom, confirmó que se había comunicado con el Comité Parlamentario de Cultura y con la policía del Reino Unido para determinar si News Corporation estaba en condiciones de avanzar en la compra de esa plataforma satelital.
Puesto que BSkyB estaba en la mira de Murdoch, el precio de sus acciones cayó 17% y redujo su valor en el mercado en 500 millones de libras (unos 800 millones de dólares). El año pasado News Corporation había ofrecido 12 mil 800 millones de libras (20 mil 400 millones de dólares) por BSkyB, aunque el comité directivo de la empresa rechazó la propuesta.
El miércoles 13 los principales partidos políticos de Gran Bretaña –el Conservador, el Liberal Democrático y el Laborista– se unieron en una moción de votación en la Cámara de los Comunes para oponerse a los planes de compra de Murdoch mientras sigan las investigaciones en torno a News of the World. Aunque la votación tendría peso político no podría impedir la transacción.
Ese mismo día, presionado por la moción de los tres partidos políticos del Reino Unido, Rupert Murdoch retiró su oferta.
Del otro lado del Atlántico
La crisis amenaza con poner en riesgo los medios de Murdoch en el mundo. En Estados Unidos posee la cadena televisiva Fox News, The Wall Street Journal, The New York Post y los estudios de cine 20th Century Fox.
Murdoch, con una fortuna personal estimada en 6 mil 300 millones de dólares, que según la revista Forbes es una de las 13 personas más influyentes del mundo y ocupa el lugar 117 entre los más ricos del planeta, también tiene 27 cadenas de televisión que cubren 40% de Estados Unidos, aunque sus licencias pueden ser revocadas si se descubren actividades criminales o de corrupción.
En ese sentido el senador Jay Rockefeller, presidente del Comité del Senado estadunidense para Asuntos de Comercio, Ciencia y Transporte, urgió a efectuar una investigación como la que se lleva a cabo en el Reino Unido para determinar si el conglomerado de Murdoch violó leyes en Estados Unidos.
“Me preocupa que las intervenciones telefónicas en Londres por parte de News Corporation puedan haberse extendido a víctimas de los atentados terroristas del 19 de septiembre de 2001 o a otros ciudadanos”, dijo. Incluso instó al FBI a investigar posibles violaciones a la Ley contra Prácticas de Corrupción en el Extranjero.
Para Kevin Zeese, abogado del grupo ProtectOurElections.org, Murdoch se trasladó a Estados Unidos, donde obtuvo la ciudadanía en 1985, “para aprovecharse de nuestras leyes”.
En ese sentido Melanie Sloan, directora ejecutiva del grupo de Washington Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética (CREW), apuntó que las investigaciones del Congreso son “esenciales” pues hay evidencia de que hay “una cultura de corrupción” en News Corporation.
Los llaman a cuentas
En Gran Bretaña, para Ed Miliband, quien busca ganar rédito con la crisis que afecta al gobierno, este escándalo “es una oportunidad para un gran cambio”, aunque sostuvo que los errores cometidos por Cameron “amenazan la habilidad del primer ministro para liderar las reformas que necesita el Reino Unido”.
Rupert Murdoch –presidente de News Corporation–, su hijo James –gerente de News International– y Rebekah Brooks –directora ejecutiva del consorcio hasta el viernes 15– fueron convocados por el comité de Cultura, Medios y Deportes de la Cámara de los Comunes para ser interpelados el próximo martes 19. Ni los Murdoch ni Brooks han confirmado si acudirán al Parlamento británico.
Lo cierto es que el multimillonario australiano viajó de emergencia a Londres el domingo 10 para hacerse cargo de la crisis que rodea a su conglomerado y planificar una eventual venta de sus empresas en Gran Bretaña, ante lo que los expertos ven como el principio del fin del “imperio Murdoch”.
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