Palabras de Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, este domingo 19 de agosto de 2012.
Estoy aquí porque no puedo estar más cerca de ustedes. Les doy las
gracias por estar aquí. Gracias a ustedes por su determinación y su
generosidad de espíritu.
El miércoles por la noche, después de que se enviara una amenaza a
esta embajada y la policía descendiera sobre el edificio, vinieron en
mitad de la noche para vigilar lo que sucedía, y trajeron con ustedes a
los ojos del mundo.
Dentro de la embajada, después de la oscuridad, pude escuchar un
enjambre de equipos de la policía entrando en el edificio a través de la
salida interna de incendios. Pero supe que habrían testigos. Y eso es
gracias a ustedes.
Si el Reino Unido no tiró por la borda aquella noche las Convenciones de Viena, fue porque el mundo estaba observando.
Y el mundo estaba observando porque ustedes estaban observando.
Y el mundo estaba observando porque ustedes estaban observando.
La próxima vez que alguien les diga que es inútil defender aquellos
derechos que tenemos en mayor estima, recuérdenles su vigilia en la
oscuridad ante la Embajada de Ecuador y cómo, por la mañana, salió el
Sol en un mundo distinto, y una nación de América Latina con coraje tomó
posiciones en favor de la justicia. Y así pues, a esta gente valiente…
Agradezco al Presidente Correa por el coraje que ha mostrado al
considerar y otorgarme asilo político. Y también agradezco al gobierno, y
al Ministro de Exteriores, Ricardo Patiño, quien ha defendido en su
consideración de mi caso la Constitución ecuatoriana y la noción que
esta posee de los derechos universales.
También a las gentes del Ecuador por apoyar y defender esta Constitución.
Y tengo una deuda de gratitud hacia el personal de esta embajada,
cuyas familias viven en Londres, y que me han mostrado hospitalidad y
amabilidad a pesar de las amenazas que han recibido.
Este Viernes habrá una reunión de emergencia de los ministros de
exteriores de América Latina en Washington DC, para tratar esta
situación.
Así, estoy profundamente agradecido a las gentes y gobiernos de
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Honduras, México,
Nicaragua, Brasil, Perú, Venezuela, y a todos los demás países de
América Latina que han venido a defender el derecho de asilo.
A las gentes de los Estados Unidos, del Reino Unido, Suecia y
Australia, que me han apoyado con fuerza, incluso cuando sus gobiernos
no lo han hecho. Y a todas las cabezas más sabias en los gobiernos que
todavía luchan por la justicia. Vuestro día llegará.
Al personal de Wikileaks, a la gente que lo apoya y a sus fuentes, cuyo coraje, dedicación y lealtad no han conocido igual.
A mi familia y a mis hijos a quienes se les ha negado estar cerca de su padre. Perdonadme. Nos reuniremos pronto.
Con Wikileaks bajo amenaza, también lo están la libertad de expresión y la salud de nuestras sociedades.
A mi familia y a mis hijos a quienes se les ha negado estar cerca de su padre. Perdonadme. Nos reuniremos pronto.
Con Wikileaks bajo amenaza, también lo están la libertad de expresión y la salud de nuestras sociedades.
Debemos utilizar este momento para articular la elección ante la que
se encuentra el gobierno de los Estados Unidos de América. ¿Regresará a
los valores sobre los que fue fundada su nación y los reafirmará? ¿O se
tambaleará hasta caer por el precipicio, arrastrándonos a todos a un
mundo peligroso y opresivo, en el que los periodistas guardan silencio
por miedo a ser perseguidos, y los ciudadanos deben susurrar en la
oscuridad?
Digo que deben echarse atrás.
Le pido al Presidente Obama que haga lo correcto.
Estados Unidos debe renunciar a su caza de brujas contra Wikileaks.
Estados Unidos debe disolver su investigación a cargo del FBI.
Estados Unidos debe jurar que no perseguirá a nuestra gente ni a quienes nos apoyan.
Estados Unidos debe dar su palabra ante el mundo de que no perseguirá
a periodistas por arrojar luz sobre los crímenes secretos de los
poderosos.
No debe continuar la absurda retórica para perseguir a ningún medio de comunicación, ya sea Wikileaks o el New York Times.
La guerra de las administraciones de EEUU contra quienes filtran información debe acabar.
Thomas Drake, y William Binney, y John Kirakou y otros heroicos
‘chivatos’ en EEUU deben ser perdonados y compensados por las
dificultades que han tenido que soportar como servidores públicos.
Y el Soldado de la Armada que permanece en una prisión militar en
Fort Leavenwroth, Kansas, que determinó la ONU que había sufrido meses
de detención y torturas en Quantico, Virginia, y que todavía -tras dos
años de prisión- ni siquiera ha sido sometido a un juicio, debe ser
liberado.
Y si Bradley Manning realmente hizo aquello de lo que se le acusa, es
un héroe, es un ejemplo para todos nosotros, y uno de los más
importantes prisioneros políticos del mundo.
Bradley Manning debe ser liberado.
El miércoles, Bradley Manning pasó su día 815 en prisión sin juicio. El máximo legal son 120 días.
El jueves, mi amigo Nabeel Rajab, fue sentenciado a 3 años por un tweet.
El viernes, un grupo musical ruso fue sentenciado a 2 años en la cárcel por una performance política.
Hay unidad en la opresión.
Hay unidad en la opresión.
Debe haber absoluta unidad y determinación en la respuesta.
(Fuente original: The Telegraph. Traducido por Pensando en el 15M)
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