Mostrando las entradas con la etiqueta cobardia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta cobardia. Mostrar todas las entradas

jueves, marzo 22, 2012

La huida de Calderón

Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.


MÉXICO, D.F. (apro).- Una vez que entregue la banda presidencial, en diciembre próximo, posiblemente el presidente Felipe Calderón dejará el país.

De ser cierta esa versión, que ha comenzado ya a difundirse en Estados Unidos, la decisión del panista sería tomada como una señal del fracaso en cuanto a su declaración de guerra contra el crimen organizado, pero también como una medida vergonzante, pues estaría huyendo de una situación que él mismo provocó.

De acuerdo con información proporcionada por Dolia Estevez, corresponsal de MVS Radio en Washington, en una de sus últimas visitas a Estados Unidos, Calderón expuso su temor de recibir atentados del crimen organizado una vez que deje la presidencia de México.

No obstante, la medida también estaría pensada para protegerse desde el extranjero de cualquier demanda que pudieran estar planeando las familias de las víctimas de la violencia –50 mil y 10 mil desaparecidos– afectadas por la guerra contra el crimen organizado, que declaró desde el arranque de su gobierno.

A la memoria (con lo que se puede caer en la imprecisión), desde Porfirio Díaz no se tiene registrado que un Presidente mexicano salga del territorio nacional por decisión propia. Al triunfar la Revolución, el dictador oaxaqueño huyó a Francia y dejó detrás de sí un país desecho por la violencia, generada a raíz del enfrentamiento con distintas fuerzas que querían un cambio en el país.

La razón de los presidentes que posteriormente salieron de México, luego de concluir su gestión fue porque el mandatario entrante lo decidía así, a fin de evitar problemas de ajustes políticos, como fue el caso de Plutarco Elías Calles, a quien el general Lázaro Cárdenas sacó del país.

No es así en el caso de Felipe Calderón. Su decisión estaría fundada por el miedo, el temor a represalias por parte de algún grupo criminal en su contra, por las decisiones que tomó como jefe de las fuerzas armadas para combatirlos. Aunque hay razones para entender esta voluntad, también habría que preguntarse si realmente afectó los intereses de alguno de estos grupos, si minó su fuerza real o perjudicó sus negocios millonarios.

A simple vista, esto no ocurrió. Hasta el momento no sólo siguen operando los grandes capos, también ha crecido su poder y su presencia en todo México y otros países, sin que su estructura de organización y sus ganancias hayan sido afectadas.

Despojado de su investidura, Calderón será a partir de diciembre próximo otro ciudadano más, sujeto a la violencia que él mismo exacerbó con decisiones temperamentales, como querer acabar la violencia con más violencia.
Sin la seguridad con la que hoy cuenta el panista habrá de enfrentar lo que miles de mexicanos sufren todos los días: el miedo a ser atacados por estas bandas delincuencias que le han perdido el temor a toda autoridad y, además, tienen un poder desmesurado.

Pero lo que dejará atrás, luego de seis años de gobierno, será un país en crisis, con más desempleo y menos educación, más corrupción y menos transparencia, más inseguridad y menor tranquilidad, más impunidad y menos justicia; es decir, un país con un tejido social roto, de víctimas que le reclamarán su responsabilidad donde quiera que esté.


http://youtu.be/4pVYq-x4cVk

viernes, mayo 28, 2010

¡¡¡ FECAL HIJO DE PUTA, AMARRA A TUS PERROS !!!

Reprimen a integrantes del SME en Cuernavaca
Alrededor de 600 policías federales desalojaron con gases lacrimógenos y toletazos a un centenar de sindicalizados que intentaron impedir que fueran sacados varios vehículos de la subestación de Luz y Fuerza del Centro en Teopanzolco; al menos 10 trabajadores resultaron heridos. Las autoridades también desmantelaron con violencia un campamento del SME en la planta de Ocotepec Foto Rubicela Morelos.


http://www.youtube.com/watch?v=-CSXfMtx1R0

miércoles, diciembre 30, 2009

La cobardía de El Yunque


MÉXICO, D.F., 28 de diciembre (apro).- Junto a la capilla del panteón Parque Memorial, en Naucalpan, Estado de México, en el lote 211 de la sección 1.1, se encuentra una tumba cuya austera lápida tiene inscrito un nombre y dos fechas: “Ramón Plata Moreno. 20-X-1935 24-XII-79”.
Se trata del sitio donde yacen los restos del fundador de El Yunque, la organización ultraderechista que, desde hace medio siglo, conspira desde la clandestinidad para imponer en México un proyecto autoritario, a través del Partido Acción Nacional (PAN), uno más de sus diversos instrumentos.
La fecha de su muerte inscrita en la lápida indica que la semana pasada, justamente en la Nochebuena de este 2009, se cumplieron tres décadas de que fue asesinado en la casa de sus suegros, en la calla Cienfuegos número 763, colonia Lindavista del Distrito Federal, después de regresar de un exilio en Estados Unidos, a raíz de un atentado a balazos que sufrió cuatro años antes.
El lugar donde está sepultado Plata Moreno no es casual: Está próximo al santuario de Los Remedios, donde, en 1975, hizo concentrarse ahí a centenares de miembros de El Yunque para lanzar, justamente, el “Pacto de Los Remedios”, una ofensiva contra el gobierno de Luis Echeverría, a quien catalogaba como “comunista” y “anticatólico”.
Igual que otros homicidios de miembros de El Yunque --como los de dos jóvenes en el Cerro del Cubilete, en 1975, y el de Jorge Kalfópoulos, jefe en Jalisco, y su hijo Cristos, de 10 años de edad, en 1981--, el asesinato de Plata Moreno es un crimen impune, pese a que prominentes militantes de esta organización han estado y están en posiciones relevantes en la estructura gubernamental federal para que se sancione a los responsables.
Las razones de tal omisión son diversas, entre ellas que el homicidio cometido hace tres décadas legalmente ya prescribió, pero la fundamental es que los jerarcas de la Organización Nacional de El Yunque han evitado, por todos los medios, que haya la más mínima investigación, porque eso implicaría un mayor escrutinio sobre la estructura y los fines de la misma.
Existe, inclusive, una averiguación previa en la Procuraduría General de la República (PGR) a raíz de una denuncia que formuló Lorenzo Lira García, un mando de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) que decidió proporcionar vasta información sobre el homicidio de Plata Moreno y otros crímenes, presuntamente cometidos por esa otra organización ultraderechista, muchos de cuyos miembros pertenecen también al PAN.
Sin embargo, las investigaciones no han avanzado por la reiterada oposición de los jerarcas de la Organización Nacional de El Yunque, particularmente el jefe general, Bernardo Ardavín Migoni; el jefe general emérito, José Antonio Quintana, y el jefe nacional operativo, Guillermo Velasco Arzac, quienes han impuesto a la familia de Plata Moreno la ignominiosa orden de quedarse callados ante el crimen.
El silencio sobre las razones, y los autores intelectuales y materiales del asesinato del fundador de El Yunque se justificaba porque, supuestamente, los gobiernos priistas podrían incurrir en manipulación y encubrir a los responsables, pero después de dos gobiernos federales del PAN, con miembros de El Yunque colocados en posiciones clave para el esclarecimiento cabal, no se entiende por qué la obstinación en oponerse a abrir el caso.
Menos aún se entiende el silencio –o quizá esa es la verdadera razón-- cuando ha habido tres presidentes del PAN con formación en El Yunque --Luis Felipe Bravo Mena, Manuel Espino y César Nava--, y sus cuadros colman el comité nacional y los estatales.
Mandos de El Yunque murmuran, en voz baja, que el esclarecimiento del asesinato podría desencadenar una cruenta guerra con los Tecos, que todavía disponen de grupos paramilitares fuertemente armados, uno de los cuales supuestamente lo ejecutó, o con los sótanos del priismo que siguen siendo fieles a Fernando Gutiérrez Barrios, a quien también se señala como autor intelectual del crimen.
La razón puede ser otra, como lo presume Eduardo García Suárez, uno de los estrategas más allegados a Plata Moreno en Puebla y quien asegura que miembros de El Yunque traicionaron al fundador y lo “pusieron” para que fuera asesinado en la Nochebuena, en la colonia Lindavista, en 1979.
Como quiera que sea, el silencio de los mandos de El Yunque tiene nombre. Se llama cobardía.
Apuntes
Es también cobarde la conducta de Felipe Calderón: Ya no sólo no sabe cumplir su palabra de que no habría aumentos a los combustibles durante 2009, como se acreditó el sábado de la semana pasada cuando decretó un alza a la gasolina y el número 50 al diesel –lo que definí como una vileza--, sino que ahora, un día después de Navidad, ordenó otra alza a la gasolina Magna. ¿Se puede llamar de otra manera que no sea cobardía la decisión de Calderón? Yo sostengo que no, y eso mismo son los periodistas y medios que se quedan callados.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx