Pedro Echeverría V.
1. Felipe Calderón, el presidente usurpador que asumió el gobierno el 1 de diciembre pasado -como se esperaba- ha impuesto una bárbara censura en los medios de información mexicanos. No sólo ha silenciado en los medios a López Obrador y ha reprimido con brutalidad la lucha del pueblo de Oaxaca, sino que también sacó del aire a la periodista Carmen Aristegui desapareciéndola en Sky-Televisa. Además silenció al destacado comentarista Ricardo Rocha en el matutino de Radio Fórmula y al periodista José Gutiérrez Vivó que sufrió la presión verbal y, al mismo tiempo, se le pusieron trabas a su negocio. Los medios de información son cada vez más despreciables.
2. Escuchar noticiarios en México ya es aburrido porque en casi todos ellos se repiten las mismas notas. En una nación de 106 millones de habitantes, que pertenece a un continente lleno de acontecimientos, apenas se repiten en la radio y TV menos de 10 noticias diarias. No hay reflexiones y análisis interesantes porque los pobres lectores de noticias sólo reciben de la empresa pobrísimas ideas para difundir. Como esos medios de información dedican muchas horas a la publicidad y a la propaganda política del gobierno en turno, la gente reacciona ya muy negativamente de los noticiarios. Poco a poco las personas se van dando cuenta del permanente engaño y manipulación.
3. Las telenovelas, a pesar de no salir de los muy repetidos melodramas, siguen imponiéndose en los gustos de los televidentes. Personajes de noticiarios como López Dóriga, Alatorre, Cárdenas, Gómez Leyva, por ser destacados empleados de Televisa, TV Azteca y Radio Fórmula, así como por adoptar posiciones calumniadoras del movimiento social, son locutores muy despreciados. Al parecer, con esta pléyade de funestos locutores, nada tiene que ver Carmen Aristegui quien en estos últimos meses ha destacado como la magnífica periodista que dirige un noticiero independiente y objetivo. Es gracias a ella que podemos escuchar notas diferentes y con veracidad.
4. De Oaxaca y sus luchas se informa casi nada, está a punto de desaparecer de los medios de información. López Obrador lleva varios meses sin ser entrevistado y sin que se difundan por algún lado sus actividades políticas. El Sub. Marcos, lleva mucho más tiempo; quizá solamente le han dado espacio en los medios cuando anuncia o realiza acciones espectaculares. Es indiscutible que los empresarios y el gobierno espurio de Felipe Calderón, llegaron al acuerdo de guardar un completo silencio, un total hermetismo sobre las acciones de la oposición política. Por el contrario, aprovechan los medios cualquier oportunidad para vituperar o calumniar cualquier protesta.
5. López Obrador ha recorrido unos cincuenta municipios de Yucatán y Durango haciendo igual número de actos políticos, pero los medios guardan silencio. En Oaxaca los profesores de la sección 22 y los dirigentes de la APPO siguen siendo perseguidos, encarcelados y asesinados, sin que los medios digan nada. Marcos organizó en la selva una reunión internacional y se silenció. Se han estado organizando fuertes protestas en el país por la irresponsabilidad del gobierno de Calderón de permitir una gran cantidad de aumentos de precios en artículos de primera necesidad y los medios de información lo único que hacen es desviar la atención buscando que FECAL no aparezca como culpable.
6. Por otro lado, con dinero empresarial y del presupuesto público, el gobierno de la extrema derecha panista ha trazado una estrategia basada en las fuerzas del ejército y de la policía para consolidar su poder; así como en el gasto desmedido en mensajes y espots en los medios electrónicos. Los poderosos empresarios, conscientes de que Calderón es la mejor garantía para la defensa de sus intereses ante las amenazas de un movimiento social que puede fortalecerse por el enorme desempleo, los salarios miserables y en encarecimiento de artículos básicos para la alimentación, le otorgan mucho dinero a los medios para evitar que los oprimidos hagan caso a la oposición.
7. La realidad es que la TV y la radio, como lo hicieron durante muchas décadas de gobiernos priístas, desde el año 2000 se trasformaron en seguidores del presidente Fox y ahora del usurpador Calderón. Festejaron los dichos y ocurrencias del compulsivo dicharachero que creó un mundo a su imagen y semejanza –conocido como “Foxilandia”- para no oír ni ver la situación del país que cada día empeoraba en empleos, salarios y descontento. Hoy esos mismos medios han creado un cerco, un enorme blindaje, para evitar que las críticas contra el gobierno –por militarizar el país, recortar presupuestos y por no enfrentar la carestía- retumben. Se está creando “Fecalandia”.
8. No hacer caso –o hacerse “el loco” como Fox- de la gravísima situación del país es irresponsable; pero es peor que un irrefrenable halago, servilismo, ensalzamiento, de locuaces locutores y comentaristas de la radio y la televisión –cuya obligación es dar noticias y los análisis objetivos- busquen crear un mundo inexistente propagando un país en paz cuando es exactamente lo contrario. México es un país con un 70 por ciento de población pobre y miserable, con un enorme desempleo, donde en los últimos meses ve incrementarse la represión contra las luchas sociales. Calderón, en apenas 50 días de gobierno, ha demostrado que es un aprendiz de métodos neofascistas.
9. El día de hoy, por ejemplo, el gobierno espurio de Calderón, se ha reunido con los grandes empresarios acaparadores y especuladores del maíz (productores, distribuidores, cadenas y empresas comerciales) así como con otros poderosos empresarios de organizaciones patronales para fijar un nuevo precio a las tortillas y al grano y, ¿qué paso? Que le propinaron un nuevo golpe brutal al pueblo al subir el precio de la tortilla a 8.50 pesos el kilo con el mayor descaro y cinismo. ¿Qué dicen los medios de información? Pues que todo lo justifican atacando a la oposición que, según dicen, “siempre se opone a todo”. ¿Se había visto tanto odio al pueblo desempleado y miserable?
10. El ejemplo de Hugo Chávez, el presidente venezolano que ha determinado retirar las concesiones a las televisoras golpistas que violan diariamente todas las normas que toda empresa pública debe respetar, es una muestra de lo que se debe hacer en México. Los medios de información en nuestro país en lugar de cumplir su papel de informador objetivo e imparcial para que el pueblo conozca con veracidad el mundo que lo rodea, se dedica a difundir basura informativa y a propagar la ideología de la clase dominante con el fin de hacer más grande su poder. El pueblo mexicano poco a poco se irá alejando de esos funestos medios como el camino para recuperar su libertad.
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