Los ministros consideran que fue dañada la imagen y credibilidad del Banco Mundial
Wolfowitz insiste en que se queda, pese a ''graves preocupaciones'' sobre su gestión.
A la Ulises Ruiz, qué importa lo que la gente quiera o lo que piense la mayoría, ellos se mantienen en su puesto pese a todo.
ROBERTO GONZALEZ AMADOR, DAVID BROOKS ENVIADO, CORRESPONSAL
Washington, DC, 15 de abril. El presidente el Banco Mundial, Paul Wolfowitz, declaró que tiene la intención de permanecer en su puesto, mientras ministros de todo el mundo reunidos aquí expresaron su ''gran preocupación'' por el escándalo provocado por el manejo de la promoción e incremento salarial de la novia del encargado de la institución multilateral.
Está preocupado, pero ya se le pasará, él se mantendrá en su puesto y después todo quedará en anécdota.
La reunión semianual del Banco Mundial, en la que participan ministros de Hacienda, Desarrollo y gobernadores de bancos centrales de 185 países miembros, concluyó hoy igual que empezó: con casi todo el enfoque puesto sobre el asunto de la novia de Wolfowitz, y con intensa especulación sobre si el presidente sobrevivirá en su puesto.
''Este es un trabajo importante y tengo la intención de continuarlo'', afirmó Wolfowitz en la conferencia de prensa final de esta sesión, mientras contestaba con voz entrecortada y temblor de las manos a las insistentes preguntas de los reporteros sobre su comportamiento.
¡Claro que es trabajo importante!, está a cargo de la parte central del Banco Mundial, explotar a los países pobres, faltaba más que un asunto como el de subirle el sueldo a su novia en unos miles de dólares fuera a menguar sus esfuerzos de billones de dólares por otra parte, eso es pecata minuta.
Sin embargo, poco antes, los integrantes del Comité de Desarrollo -entidad que representa la membresía del banco- emitieron un comunicado declarando que ''la situación actual es de gran preocupación para todos nosotros''.
Los ministros agregaron: ''Tenemos que asegurar que el banco pueda realizar su mandato de manera efectiva, y mantener su credibilidad y reputación, como también la motivación de sus empleados''.
¿Cuál credibilidad y cuál reputación?
Durante los últimos días, ministros de varios países -sobre todo los europeos- han expresado, de manera diplomática, su preocupación sobre la gestión de Wolfowitz. Según filtraciones a los medios, en las sesiones a puerta cerrada varios consideraron que la imagen y credibilidad del banco había sido dañada por el asunto, y algunos estaban evaluando si esto tenía remedio en el caso de que Wolfowitz siguiera en el puesto. Otros reiteraron lo que se ha convertido en el mensaje oficial: hay un proceso y habrá que esperar la determinación de los encargados de investigar y evaluar los hechos.
No deberían de preocuparse, la imagen del Banco Mundial no puede estar más dañada.
El secretario de Hacienda de México, Agustín Carstens, comentó en una conferencia de prensa ofrecida en la embajada de México en esta ciudad, y con una imagen de Benito Juárez a su espalda, que ''gracias a Dios el banco tiene construidos procesos institucionales para atender este tema'', en referencia a la controversia causada por Wolfowitz.
Sí, los mismos procesos institucionales que tiene México, procesos de delincuencia organizada e impunidad.
El proceso al que se refieren todos es la evaluación por una junta directiva del banco -la cual supuestamente representa a todos los países miembros (funciona algo como un Poder Legislativo)- del manejo de este asunto. El caso giró en torno a si Wolfowitz violó las normas y reglamentos internos, al participar personalmente en la promoción, incremento salarial y traslado con licencia de su novia Shaha Riza, poco después de asumir la presidencia del banco en 2005.
La semana pasada la Asociación de Empleados del Banco Mundial demandó la renuncia de Wolfowitz por este asunto. El coro a favor de su renuncia se amplió al manifestarse públicamente desde ex altos funcionarios del banco hasta el rotativo financiero más influyente del mundo, el Financial Times, mientras la Casa Blanca y algunos países africanos que se han visto beneficiados por decisiones de Wolfowitz fueron las únicas voces que se han atrevido a expresar su apoyo.
Ya pueden desgañitarse protestando, el poder es el poder, y Paul Wolfowitz seguirá en su puesto, en cuanto al Financial Times es pura alharaca mediática para llenar la página y que no digan.
Por lo tanto, el asunto sigue sin resolución y continúan las apuestas sobre si Wolfowitz continuará o no como el encargado de combatir la pobreza y promover el ''buen gobierno'' en el mundo.
¡El "buen gobierno" del mundo! ¡Hijos de su rechingada madre, que cinismo de cabrones!
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