Demócratas y republicanos: ¿diálogo entre sordos?

No, diálogo entre inmorales a quienes les importa un bledo la vida de los seres humanos (no de los embriones) y sólo actúan guiados por dinero, privilegios y frivolidades. El imperio podrido y los estadounidenses hipnotizados con las cuestiones de transexualismo de CNN que ahora le ha dado por exhibir con Larry King para apartarlos de la realidad. Ya lleva un buen este señor y los otros criados del imperialismo haciéndole mosca a la información. Pero bueno, pues gracias mientras más pronto y más profundo caigan mejor. A ver si así el pueblo reacciona contra sus malos gobernantes.

Pedro Díaz Arcia
George W. Bush y el Congreso norteamericano continúan como un matrimonio mal llevado.
La Casa Blanca invitó a los líderes de ambos partidos, Demócrata y Republicano a reunirse el próximo miércoles para reabrir el debate entre las antagónicas posiciones de las partes.

De acuerdo a declaraciones del mandatario norteamericano: "Los demócratas aprobaron propuestas que impondrían restricciones a nuestros comandantes militares y pondrían una fecha arbitraria en Irak, dando a los enemigos la victoria que ellos desesperadamente quieren".

En una apremiante queja, Bush amenazó con notificar próximamente al Congreso de que se verán obligados a transferir 600 millones de dólares de otras cuentas militares para cubrir gastos, debido a la demora del órgano legislativo para aprobar los fondos sin restricciones.

De manera despectiva, acusó a los demócratas de gastar millones de dólares en proyectos que no tienen nada que ver con la guerra, como fondos para visitas guiadas al Capitolio de Estados Unidos y para almacenamiento de cacahuates.

Es probable que los demócratas consideren que es preferible designar presupuestos para visitas guiadas a fuentes del patrimonio histórico y cultural de la nación norteamericana, que invertir fondos en misiles guiados para destruir las mezquitas y otros medios ancestrales de países del Medio Oriente.

Quizá los demócratas opinan que es más humano almacenar cacahuates -podrían constituir una reserva alimenticia para el propio Bush- que almacenar decenas de miles de civiles asesinados y enterrados en fosas comunes en Irak.

El belicoso senador, John McCain, declaró a la CNN el pasado 11 de abril, que prefiere "perder una campaña electoral a perder una guerra".

Para el congresista puede ser más fácil perder una campaña que una guerra, porque ambas las tienen -virtualmente- perdidas.

McCain fue candidato a la presidencia de los Estados Unidos en el año 2000 y todo indica que podría aspirar nuevamente en el 2008.

¡Dios y la sensatez del pueblo norteamericano nos libre de tal barbaridad! Sería como poner nuestras economías bajo la administración del FMI.

El senador republicano por Arizona, debía ir a compartir el riesgo de los soldados norteamericanos que enfrentan, cada día, la furia desatada del pueblo iraquí y dejarse de frasecitas electoreras y demagógicas.

Debía leer la segunda e impactante carta del pacifista actor norteamericano, Sean Penn, ganador de un Oscar por la cinta "Río místico", dirigida a Bush y publicada en la edición del día 12 de abril, en POR ESTO!

La primera carta data de cuatro años y medio.

Entre incontables argumentos y fundadas acusaciones contra Bush, Cheney y la Srta. Rice, responsables, entre otros, de la injusta guerra contra Irak, Penn escribe al mandatario estadounidense: "Tengo una pregunta para sus hijas Sr. Bush. Ellas ya no son niñas. ¿Apoyan ellas su política en Irak? Si lo hacen, ¿cómo se atreven a no estar vestidas de uniforme mientras los hijos de negros, blancos, asiáticos e hispanos pobres y de todos los hombres y mujeres estadounidenses de clase trabajadora son masacrados, mutilados y enviados de vuelta a este país bajo el velo de sus tinieblas?".

El conspicuo general de tres estrellas, David H. Petraus, acaba de declarar que "los tiempos en Bagdad y Washington son distintos" y que mientras en la capital de Estados Unidos todo va muy deprisa y se requieren prontos éxitos, en la capital iraquí las cosas van muy despacio.

Petraus, Doctor por la Universidad de Princeton y autor del nuevo Manual de Lucha Contrainsurgencia, valorada como una especie de Biblia para la guerra en Irak y según cuyos preceptos: la victoria radicaría no en matar sino en promover la colaboración y la convivencia con la población iraquí, a estas alturas parece no estar tan seguro de sus sagradas escrituras militares.

Petraus ha querido bailar en casa del trompo.

Todo indica que los opositores a la continuidad y envío de nuevos refuerzos al país mesopotámico no ven sentido al reforzamiento de una guerra en la cual no se vislumbra aún una pequeña luz al final del túnel.

Se espera que el próximo miércoles asistan a la Casa Blanca la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi y el líder de la mayoría del Senado Harry Reid.
La convocatoria no persigue otro objetivo que convencer a los congresistas para que aprueben, sin condiciones, fondos para las tropas en Irak.

Según expresó Harry Reid "...el Presidente nos está invitando a la Casa Blanca con precondiciones". Y, agregó: "Somos un poder independiente de este gobierno, y, por nuestra Constitución, tenemos la misma voz que él tiene" y tiene que escucharnos porque estamos hablando por el pueblo de Estados Unidos, él no".

¿De parte de quién? El pueblo se ha cansado de demandarles que regresen a sus soldados que están muriéndose en calidad criminales matando iraquíes, con el cuento de las armas que nunca aparecieron y dizque para llevarles democracia, lo que les hay llevado es muerte y desolación y ellos se traerán locura y vergüenza. Pero Cheney, Enron, Halliburton, la familia Bush, etc... hinchándose de dinero. ¡Que bonitas familias! Si estuvieran hablando por el pueblo sus soldados estarían ya en sus casas no explotando con las bombas de la guerra civil que fueron a desatar.

Lamentablemente, quienes ya no podrán escuchar lo que debatirán demócratas y republicanos en la Casa Blanca son los más de 3 mil estadounidenses muertos en Irak, ni los cientos de miles de iraquíes masacrados por las bombas y los asesinatos cometidos contra ellos por los estrategas del Pentágono; incluidas las novedosas técnicas de los "contrainsurgentes" del general Petraus.