"La lucha por la tierra es por la vida y la dignidad", expresan en un manifiesto
Solapan autoridades que se niegue el acceso al agua a familias zapatistas, denuncian
HERMANN BELLINGHAUSEN
En el contexto de la Campaña Mundial por la Defensa de las Tierras y los Territorios Indígenas y Campesinos Autónomos de Chiapas, México y el Mundo, convocada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), organizaciones y colectivos que conforman La Otra Jovel en San Cristóbal de las Casas refrendaron mediante un manifiesto que "la lucha por la tierra y el territorio es por la vida y la dignidad".
El pronunciamiento, emitido en los Altos de Chiapas, asienta que "todos los pueblos y las culturas se relacionan con la tierra, de ella se sustentan y construyen.
"La tierra es más que 'fuentes de trabajo y alimento'; es cultura, comunidad, historia, ancestros, sueños, futuro, vida y madre. Vivimos una ofensiva que pretende convertir la tierra y los recursos naturales en mercancías contra la vida misma de los pueblos. Aguas, bosques, tierras, paisajes van perdiendo su carácter de patrimonio colectivo, confiscados por intereses privados que los agotan o contaminan con la complicidad de los gobernantes."
Destacan que "tan sólo en Jovel la destrucción del entorno amenaza la conservación del agua. Las autoridades toleran bancos de arena que destruyen los bosques o se abren cerca de mantos acuíferos como Santa Cruz en la Almolonga", señalan.
Agregan que "se edifica sobre humedales, como sucedió con la tienda Chedraui o los fraccionamientos en la periferia de San Cristóbal; se concesionan unos 160 millones de litros al año (cinco litros por segundo) a la empresa Coca-Cola, y se permite el negocio particular de la explotación de ojos de agua en Alcanfores". La población se ha resistido a los intentos de privatizar el líquido.
El manifiesto señala que en Zinacantán, como se ha denunciado desde 2004, los caciques que monopolizan la producción de flores "se apropian de los ojos de agua y niegan su acceso a las familias zapatistas, con la complacencia de las autoridades". Esta exclusión ha generado enfrentamientos "que amenazan con repetirse".
En el Huitepec, "volcán de agua y esponja vegetal de Jovel, Zinacantán y San Juan Chamula, los zapatistas han lanzado una iniciativa para cuidar y defender el patrimonio de todos, decretando un área natural protegida y reserva ecológica comunitaria zapatista, que es atacada por el gobierno estatal con un contradecreto que establece su propia reserva en las mismas tierras, en el intento de quitar a los indígenas el control sobre su territorio". Además, se presentó "por primera vez en ese lugar una incursión militar".
Citando los incumplidos (aunque firmados por el gobierno federal) acuerdos de San Andrés, el documento recuerda que allí se estipula: "los distintos niveles de gobierno no intervendrán unilateralmente en los asuntos ni decisiones de los pueblos y comunidades indígenas".
No obstante, tales problemas "se repiten y multiplican en los Altos, la selva Lacandona (las cañadas, Montes Azules) y los municipios de población tzeltal, tojolabal, tzotzil y ch'ol, atentando contra el patrimonio común de tierra y recursos".
Los adherentes sancristobalenses a la Sexta declaración de la selva Lacandona alertan: "No nos equivoquemos de enemigo. Quienes atentan contra la tierra, el territorio y el terruño no son quienes los forjaron para sus hijos y los defienden, sino los que lucran con los recursos naturales, despojando a la mayoría y convirtiéndolos en mercancía".
Exactamente, "no se equivoquen de enemigo".
En consecuencia, respaldan la campaña mundial convocada por la comandancia zapatista el pasado 25 de marzo y llaman urgentemente "a organizaciones, pueblos, comunidades y personas de buena voluntad a juntar fuerzas para desarrollar estrategias de defensa y resistencia, y estar atentos para prevenir las amenazas de las fuerzas policiacas y militares".
Esa convocatoria también está abierta desde otros frentes, que por cierto han sido más incluyentes en lo nacional.
En otra comunicación, y como parte de las mencionadas estrategias para enfrentar hostilidades y amenazas, el Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales convoca a formar las brigadas de observación de tierra y territorio, con la participación de personas, grupos y delegaciones nacionales e internacionales.
Las brigadas de observación visitarán sitios y familias amenazadas con el despojo de tierras y de su libre determinación como pueblos indígenas.
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