Domingo, 06 de mayo de 2007
Por María Teresa Jardí
Como he escrito otras veces y como ha dejado consignado de manera magistral Javier Cercas: "héroe es el soldado que mira a los ojos al enemigo dominado baja el arma en una guerra y le perdona la vida". Y como en el caso de la santificación de los santos deben conocerse bien los hechos antes de consignar como héroe a alguien. Aunque hay casos que saltan a la vista generalmente anónimos.
El bombero o el civil que pasaba por el lugar del incendio y que a pesar de que sabe que el tanque de gas ya va a estallar, entra y salva la vida de un niño o de un anciano o pierde la propia en el intento por salvar la de un hombre o una mujer o un perro o un gato.
Los procesos para consignar como héroe a alguien son largos y hay que llevarlos a cabo con cuidado para que no se reviertan. Y antes de proclamar hoy héroe a alguien vale la pena asegurarse para no hacer el ridículo mañana al ser desmentido por la realidad que acaba por imponerse siempre de manera contundente.
"Los soldados iban vestidos de civil y en un vehículo particular cuando se encontraron con sus asesinos".
En una camioneta y sin uniforme para que los confundieran con narcos o porque eran narcos oprotectores de narcos o porque buscaban a los narcos para llegar a un arreglo o porque estaban vestidos de narcos para confundir a los narcos. En el mejor de los casos se podría concluir que fueron asesinados, los militares, porque también asesinaron ellos a uno de los otros, en Cáracuaro, Michoacán, porque cometieron una imprudencia. Los vecinos que se encontraban presentes al inicio de la balacera, comentan que el enfrentamiento fue frontal y no hubo sicarios apostados en sitios estratégicos para disparar a las víctimas una vez que estás aparecieran.
Ningún acto heroico y las respuestas que faltan son muchas. Enorme responsabilidad existe en quién haya expuesto así a los soldados si no fue decisión de ellos el disfrazarse de civiles en una zona contaminada por el narcotráfico. Enfrentamiento frontal, que no emboscada, tontería, en el mejor de los casos, que no heroicidad, precipitación en las declaraciones y cero inteligencia porque más tarde o más temprano iban a ser desmentidas por la realidad que es muy canija.
La muerte de los militares es lamentable. Pero no es ni más ni menos lamentable que el resto de muertes impunes que se cometen todos los días en México. El asesinato es inaceptable. Pero el asesinato de militares no es ni más ni menos inaceptable que el resto de asesinatos que todos los días acontecen en nuestro país y se dejan impunes. Incluso hay crímenes más atroces que los que ocurren en un enfrentamiento como ya todo parece indicar que es lo que ocurrió entre lo que, parecían, en el mejor de los casos, dos bandas de sicarios debido al disfraz de civiles que portaban los militares. Más atroces son los asesinatos de los que "levantan" y antes de ser asesinados pasan por la pesadilla de la tortura a manos de sus captores. Y millones de veces más atroces son sin duda algunos de los asesinatos de mujeres cometidos en ciudad Juárez, por ejemplo y mucho más de heroicidad existe entre las jóvenes mujeres que siguen, para ganar cuatro pesos, trabajando en las maquiladoras en Juárez, que en la muerte en un enfrentamiento, en el mejor de los casos, entre policías y ladrones. Porque el Ejército en la calle persiguiendo narcotraficantes se convierte en policía y se expone a que le ocurran esas cosas.
Lo malo del deterioro de un país al grado de que el asesinato pase a convertirse en muerte natural es que a todos nos puede tocar, más tarde o más temprano, perder la vida, que es lo único que tenemos, de manera inaceptable. La vida no es eterna para nadie, al menos, no todavía, y esa es una certeza que nos hermana a todos pero nadie, absolutamente nadie tiene el derecho a privar de la vida a otro. En vez de tanto cuento distractivo por la despenalización del aborto al principio del embarazo debería preocupar a los panistas el asesinato permitido por el sistema político.
Un gobierno que no propicia la seguridad de todos los gobernados, no es ni gobierno ni nada que se le parezca y el PAN en el gobierno en el mejor de los casos es una pifia por lo que a la seguridad de los gobernados toca, en el peor igual y esa muerte se suma a otras muertes, todas impunes, para generar el miedo necesario para que los mexicanos aceptemos vivir bajo las reglas de la dictadura. Ya tienen a los asesinos.
Qué bueno. Pero ahora deben explicarnos el porqué iban vestidos de civiles y en una camioneta particular y sobre todo de quién partió la orden de que fueran de esa manera a exponer la vida los militares asesinados.
El peor enemigo del Ejército Nacional es Calderón. Primero lo ridiculizó poniéndose una casaca enorme, motivo de caricaturas sin fin. Luego convirtió en certeza la violación y asesinato de la señora Ascencio al querer hacer aparecer el hecho como muerte por gastritis y ahora convirtiendo en héroes a los que tantas sospechas ya despiertan. Inteligencia militar tendría que investigar qué busca Calderón al desprestigiar así al Ejército Nacional y quién está detrás aconsejándole que eso haga a pesar del desprestigio que entraña para el Ejército Nacional.
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