miércoles, mayo 30, 2007

Los gobernadores

Julio Hernández López

El presidente Felipe Calderón asistió ayer a la 32 Conferencia Nacional de Gobernadores, realizada en Puerto Vallarta, donde afirmó que debe fortalecerse el pacto federal y cerrar filas contra el crimen organizado. Los mandatarios locales, por su parte, emitieron un voto de confianza a las fuerzas armadas y exhortaron al Congreso de la Unión a aprobar la reforma al sistema judicial que presentó el Ejecutivo Foto: Notimex

Contadísimos son los gobernadores que provienen de elecciones justas y legítimas, y que son ajenos a actos de corrupción con fondos públicos y a arreglos con el narcotráfico dominante (nótese la predisposición conciliadora del tecleador: "contadísimos", escribió, en vez de "ninguno", como piensa categóricamente que en realidad sucede). Contadísimos (el lector habrá de aplicar aquí el traductor sugerido) son los mandatarios estatales que no han tomado partido por uno de los bandos que pugnan por controlar el gran mercado de la droga, pues la mayoría de esos altos políticos ha recibido financiamiento de grupos de delincuencia organizada para sus campañas electorales y, ya en el poder, ha establecido cuotas a la actividad de esos vitales empresarios que sostienen las economías nacional y regionales.

El vertiginoso reacomodo del mercado nacional de los estupefacientes, dirigido desde el ámbito federal, que quiere reordenamientos mediante la consolidación de un solo interlocutor general (si es el mismo del sexenio pasado, mejor), ha tomado mal parados a "contadísimos" gobernadores que de pronto han visto rota la paz negociada (y extraordinariamente bien pagada, en efe y sin recibo) en que vivían y que los está exponiendo a que sus aparatos locales de contención y negociación sean castigados sangrientamente por clientes insatisfechos que no piden devolución de su dinero, sino ejecutan venganzas ejemplares.

La escala burocrática de las venganzas asciende cada vez más, y de los ámbitos meramente policiales u operativos se está pasando a la amenaza a los personajes netamente políticos, formalmente representativos del pueblo (según las farsas electorales de cada lugar). Por ello cierran filas los gobernadores conferenciantes en reuniones en que nadie desea pensar en constituciones, leyes ni soberanías, sino en la protección global de fuerzas armadas que permitan a los virreyes estatales sobrellevar lo que les resta de ejercicio sin que los desajustes del gran negocio les alcancen. Lo de menos es aprobar proyectos de reformas legales totalmente represivas o dar aplausos en tono de S.O.S. a la participación del Ejército en el combate al narcotráfico. A la descomposición política e institucional que en lo general se vive hoy en México hay que agregar los problemas de los principales actores regionales que están siendo conminados por sus acreedores subterráneos a cumplir tratos previos o a aceptar nuevas reglas, de tal manera que a esos poderosos sin poder suficiente no les queda sino alinearse, en búsqueda de defensas integrales, con el proyecto de militarización nacional que el Presidente LegaL desarrolla.

Astillas

Los distinguidos impugnadores de esta columna se emocionaron porque ayer fue publicado aquí un ramillete de opiniones que critican al Astillero métrico decimal, así es que de inmediato redoblaron esfuerzos y acidez para retar a que sus letras vean la luz en este espacio que mucho repudian pero igualmente leen. (Por cierto, Alex Carstens, ejecutivo de Desert Winds Corp., envió "una sincera disculpa y arrepentimiento del email que te envié. Al usar palabras obscenas y altaneras, invalido cualquier argumento que podría tener (...) Me molestó mucho que hayas comparado, y hasta justificado, la falta de libertad de prensa en Venezuela, comparado con México (...) Bueno, ratifico mis disculpas y espero no tener otra vez expectativas sobre lo que los demás piensan".) Sin embargo, y por encima de retadores y arrepentidos, la administración de esta empresa productora de barquitos ha decidido que sería notablemente injusto difundir algunos de los pocos textos de enojo cuando, en contrapartida, han llegado varios cientos de correos electrónicos, cuyos detalles no hace públicos el columnero, con felicitaciones por los 10 años de vida común que desde estas líneas se han tejido entre lectores y tecleador. En todo caso, de entre los muchos y amables correos recibidos (¡qué privilegio de conocer aunque sea por Internet a tantos mexicanos valiosos y valientes, que sostienen sus ideas y luchan por su patria!), esta sección desea compartir con la comunidad astillera un texto del poeta cubano Roberto Fernández Retamar que le fue enviado por Melissa Martínez (salesysoles@gmail.com), quien reporta que, cuando va de su trabajo a la Universidad Autónoma de Nuevo León, luego reparte copias fotostáticas de Astillero a quienes encuentra en el camino. Felices los normales, escribió Fernández Retamar: "Felices los normales, esos seres extraños,/ los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,/ una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,/ los que no han sido calcinados por un amor devorante,/ los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,/ los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,/ los satisfechos, los gordos, los lindos,/ los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,/ los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,/ los flautistas acompañados por ratones,/ los vendedores y sus compradores,/ los caballeros ligeramente sobrehumanos,/ los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,/ los delicados, los sensatos, los finos,/ los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles./ Felices las aves, el estiércol, las piedras./ Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,/ las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan/ y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos/ que sus padres y más delincuentes que sus hijos/ y más devorados por amores calcinantes./ Que les dejen su sitio en el infierno, y basta."... Y, mientras Mar(t)iagna Prats estrena programa de radio a nombre de la Fundación Vamos Marcelo, perdón, del DIF capitalino, y Margarita Zavala le va poniendo una te a su nombre en lugar de la ge (cada vez se mete más en asuntos políticos, ayer exhortando a las esposas de los gobernadores a unirse a la "lucha" contra el narcotráfico), ¡hasta mañana, en esta columna anormal!

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