Carlos Fernández-Vega
Enormes ganancias de trasnacionales en AL
Víctimas del apartheid económico
Latinoamericanos en España
Miles de millones de dólares remiten anualmente las trasnacionales españolas asentadas en América Latina. A lo largo de las últimas dos décadas estos corporativos se han apropiado -no sin la gracia gubernamental- de buena parte de lo que algún día fue la infraestructura productiva del Estado en la región.
Una de las constantes de estas trasnacionales, al igual que otras de distinta nacionalidad que han sentado sus reales en la región, ha sido la de maximizar utilidades por medio de la cancelación de puestos de empleo ("adelgazamiento" le llaman), práctica que ha contribuido a la masiva expulsión de mano de obra de los países latinoamericanos en los que operan.
América Latina, pues, no sólo es la región más desigual del planeta, sino una de las mayores expulsoras de mano de obra. Ante un panorama así, obvio es que las víctimas del apartheid económico que impera en la región busquen opciones de vida en otras latitudes, y en este sentido muchos expulsados comienzan a mirar tierras culturalmente más cercanas, aunque geográficamente más distantes.
Aún sin punto de comparación con lo que sus trasnacionales se llevan de la región, pero con creciente peso específico en la balanza de pagos latinoamericana, las remesas que los expulsados de su tierra envían desde España se han convertido en la segunda fuente de divisas para muchas economías de América Latina.
Existe una obligada intentona hormiga para resarcir lo que las trasnacionales españolas se llevan de América Latina, y aunque comparativamente la proporción aún es pequeña, pero en aumento, en los últimos 12 meses los ya casi 2 millones de latinoamericanos adultos oficialmente residentes en España remitieron a sus respectivos países poco más de 5 mil millones de dólares, monto equivalente al 11 por ciento de lo que esas mismas naciones y por igual concepto captaron por remesas provenientes de Estados Unidos. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, de mantenerse las tendencias económicas y demográficas de años recientes, para 2010 las remesas de España a América Latina podrían alcanzar 7 mil millones de dólares.
El BID, junto con el Ministerio de Economía de España y la firma Bendicen y Asociados, elaboraron un estudio (que incluye una encuesta levantada a nivel nacional del 23 de marzo-23 de abril 2007) sobre la creciente presencia de inmigrantes latinoamericanos en la madre tierra, y de él se deriva la siguiente numeralia.
En los últimos 12 meses, desde España, los inmigrantes latinoamericanos adultos remitieron a sus familias 3 mil 730 millones de euros (5 mil 30 millones de dólares); 66 por ciento de las remesas se originaron en Madrid (mil 74 millones de euros), Cataluña (673 millones), Valencia (408 millones) y Andalucía (315 millones).
En enero de 2001 la población adulta de inmigrantes latinoamericanos en España sumó 496 mil personas; en enero de 2006, un millón 598 mil, es decir, un aumento de 222 por ciento en el periodo. Así, el total oficialmente registrado es de un millón 820 mil adultos latinoamericanos residentes en la madre tierra.
Del millón 820 mil adultos latinoamericanos residentes en España (que constituye casi la mitad de los inmigrantes totales), la mayoría es de nacionalidad ecuatoriana (414 mil del total); le siguen colombianos (269 mil), argentinos (262 mil), bolivianos (136 mil), peruanos (126 mil), venezolanos (113 mil), brasileños (85 mil), dominicanos (84 mil), cubanos (79 mil), uruguayos (69 mil), chilenos (55 mil), centroamericanos (53 mil; el estudio no especifica), mexicanos (40 mil) y paraguayos (35 mil).
La única estadística sobre los mexicanos adultos residentes en España es el número (los 40 mil citados), pero el grueso de latinoamericanos se asienta en Madrid (26 por ciento del total), Cataluña (21 por ciento), Valencia (11 por ciento), Andalucía (8 por ciento) e Islas Canarias (7 por ciento). En Asturias, patria querida, sólo el uno por ciento. El 55 por ciento de los inmigrantes latinoamericanos son mujeres, y 55 por ciento de los que envían dinero a sus familias son hombres.
Por tipo de ocupación, los inmigrantes latinoamericanos adultos se colocan así: servicios (domésticos, cocinera, cuidadora, empleado de limpieza, peluquera, etcétera) 32 por ciento; obrero (construcción, peón) 24 por ciento; profesional (abogado, psicólogo, etcétera) 11 por ciento; empleados de restaurantes y hoteles, 9 por ciento; empleados de fábrica, 6 por ciento; gerente, 3 por ciento; estudiante, 3 por ciento; ama de casa, 2 por ciento; jubilado, uno por ciento y vendedor ambulante, uno por ciento. En el desempleo se encuentra 4 por ciento del total (alrededor de 73 mil personas).
Por ingreso, el 35 por ciento obtiene menos de 10 mil euros anuales (cerca de 14 mil dólares o 154 mil pesos mexicanos, casi nueve salarios mínimos); 48 por ciento, entre 10 mil y 20 mil euros; 9 por ciento entre 20 mil y 30 mil; uno por ciento más de 30 mil euros, y 7 por ciento no respondió.
En la encuesta destaca la siguiente pregunta: ¿Cuál fue la principal razón que lo motivó para mudarse a España? Y las respuestas: 47 por ciento, por empleo; 33 por ciento por tener más oportunidades económicas; 14 por ciento para estar con familiares; 6 por ciento para estudiar. El 32 por ciento de los inmigrantes no tiene certificado de secundaria; el 35 por ciento sí lo tiene; 16 por ciento tiene estudios técnicos, y el 15 por ciento cuenta con diploma universitario.
A la pregunta ¿por qué emigró a España en vez de a Estados Unidos?, los entrevistados respondieron así: 37 por ciento porque obtuvo visa española; 21 por ciento por familia/ amigos; 15 por ciento negativo sobre Estados Unidos; 13 por ciento por idioma/cultura; 11 por ciento por mejores oportunidades de trabajo o estudios, y 3 por ciento no reveló su intención.
Las rebanadas del pastel
Por lo visto, las opciones de bienestar y mejoría en las condiciones de vida para los latinoamericanos están en muchas partes, menos en América Latina.
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