Carlos Fernández-Vega
El discurso de Calderón, calca del de Fox
Realidad mata discurso
Empresas no cubren cuotas al IMSS
Feliz presumía el inquilino de Los Pinos el "número creciente" de "empleos generados" a lo largo de su administración, cuando llegó el INEGI a confirmar lo que para la mayoría es obvio, esto es, que la tasa de desocupación se mantiene al alza, al igual que las correspondientes a subocupación e informalidad.
En efecto, ayer el citado instituto divulgó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente al segundo trimestre de 2007 y, entre otros elementos, aporta lo siguiente: en el periodo la tasa (oficial) de desocupación abierta se incrementó a 3.4 por ciento de la población económicamente activa, superior al 3.2 por ciento alcanzado en igual trimestre de 2006; durante abril-junio la población subocupada en el país fue de 3 millones de personas, 451 mil personas más con relación al registrado en igual lapso de un año antes; 11.6 millones de mexicanos, el 27.1 por ciento de la población ocupada sobrevive en la informalidad, lo que representa un incremento de 156 mil personas respecto al reporte de un año atrás.
Dichas cifras son conocidas en Los Pinos (donde duerme el autodenominado "presidente del empleo") antes de su divulgación a los medios de comunicación, de tal suerte que los resultados de la citada encuesta invitaban a moderar el sobado discurso triunfalista, pero es obvio en la residencia oficial ese tipo de convites son automáticamente rechazados.
Lejos de atemperar ese discurso, en días pasados Felipe Calderón celebró que "el número de puestos de trabajo formales registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social alcanzó un máximo histórico de 14 millones y medio de trabajadores, y este número de nuevos empleos es superior en casi 6 por ciento a la cifra registrada en el mismo periodo en el 2006".
Pues resulta que no, porque la tasa de desempleo abierto crece, de acuerdo con la propia estadística oficial, y la referencia sobre el "número de nuevos empleos es superior en casi 6 por ciento a la cifra registrada en el mismo periodo en el 2006" simple y sencillamente es falsa. Según el registro del IMSS, de enero a julio de 2006 se generaron 602 mil empleos formales, mientras que en igual lapso de 2007 la cifra se aproxima a 500 mil, una diferencia de 17 por ciento (102 mil plazas) en detrimento de la celebración calderonista.
Allá por los eufóricos tiempos de la campaña electoral (2 de mayo de 2006, para se exactos), el candidato panista se comprometió: "he dicho que voy a ser el presidente del empleo porque toda la política pública del nuevo gobierno que iniciaré el primero de diciembre de este año, estará orientada a garantizar que los mexicanos tengan empleos dignos, estables, bien remunerados".
Tampoco: ni dignos, ni estables, ni mucho menos bien remunerados, porque el balance integral revela que desde que llegó a Los Pinos el registro del IMSS avala la incorporación de 365 mil empleos formales, de los que 62 por ciento son eventuales.
El discurso calderonista en materia de empleo es calca del foxista (siempre sumó, nunca restó). Vicente y su "cambio" prometió un millón 350 mil nuevos puestos de trabajo en la economía formal por año; en los hechos, a duras penas se registraron 230 mil, eventuales el grueso de ellos. En aquellos felices tiempos de campaña, Calderón llegó a mencionar un millón 300 mil por año; a casi nueve meses de estancia en Los Pinos, sólo se ha generado el 28 por ciento del total comprometido, eventual la mayoría.
Lo anterior invita a un ejercicio de memoria; a mediados del sexenio foxista, en diciembre de 2003, un subsecretario del Trabajo sin ruborizarse afirmó que "gracias a la existencia del Sistema Nacional de Empleo, en el cual se ubican programas como Chambatel y Becas a Desempleados, cada 15 segundos se coloca una persona en un nuevo empleo". Justo lo dijo cuando la estadística oficial documentaba pérdida neta (540 mil plazas, hasta ese momento, con respecto al cierre zedillista) en materia de empleo a lo largo de dicho trienio.
Pues bien, no hay que amargarse porque ese personaje felizmente está de regresó, pero ahora instalado, en igual plaza, dentro del gabinete calderonista. Se trata de Jaime Domingo López Buitrón, quien en tiempos de Fox de la Secretaría del Trabajo, siempre de la mano de monseñor Carlos Abascal, brincó a la dirección general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, mejor conocido como Cisen, el mismo que "necesita plena restructuración para poder atender todas las necesidades en el país" (inquilino de Bucareli dixit).
Como una cosa es el discurso, y otra muy distinta la realidad, la Subsecretaría de Empleo y Política Laboral quedó momentáneamente sin titular por una simple razón: mientras el inquilino de Los Pinos presumía el "número histórico" en la generación de plazas laborales, el Programa del Primer Empleo reventó (con todo y 3 mil millones de pesos) y junto a él su operador Javier Prieto de la Fuente, quien hasta hace unos días ocupaba la plaza que ahora le han regresado a López Buitrón y su generación de empleo cada 15 segundos (el suyo, de entrada).
En fin, lo mismo, con iguales resultados.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, el director del IMSS, Juan Molinar, se queja de que el 40 por ciento de las empresas que cotizan el instituto no está al corriente del pago de las cuotas obrero-patronales, "lo que las aleja de gozar" del subsidio garantizado por ese cadáver llamado Programa del Primer Empleo. Pues bien, en lugar de recuperar esas cuotas, considera que es necesario aflojar" las condiciones del PPE para que los patrones morosos puedan beneficiarse con el citado subsidio. Lo mejor del caso es que no deja de quejarse por la debilidad financiera del organismo a su cargo... Y "para que vivamos mejor" (Calderón dixit) el PIB "creció" un famélico 2.7 por ciento en el primer semestre del año.
cfvmx@yahoo.com.mx/ cfv@prodigy.net.mx
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