Amy Goodman*
La renuncia de Karl Rove como uno de los tres adjuntos del jefe de personal de la Casa Blanca cementa el futuro político del menguante gobierno de Bush. George W. tendrá poco que hacer excepto sostener en la mano su pluma con la que ejerce el veto; no necesita la mano estabilizadora de Rove para hacer esto; ni su intuición estratégica. Mientras Rove se une a las filas de los desacreditados políticos que renuncian "para pasar más tiempo con la familia", se pone a la orden del día una retrospectiva de sus tretas sucias. Hay mucho que se le atribuye a Rove, apodado "el cerebro de Bush" por los periodistas texanos Wayne Slater y James Moore, y sin embargo poco se le pega al hombre.
Tomen en cuenta que presumimos inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad y lean lo siguiente:
* En 1970, el universitario republicano robó papel membretado de la campaña del demócrata por Illinois Alan Dixon, y lo utilizó para invitar a cientos de personas a las oficinas de Dixon prometiéndoles "cerveza y comida gratis, chicas y un buen rato, a cambio de nada", lo que perturbó el evento.
* En 1973, Rove fue candidato a una jefatura entre los republicanos universitarios. Cuando él y su principal oponente, Robert Edgeworth, alegaron ser los ganadores, Rove desafió a los delegados del principal competidor, lo que puso en caos la convención nacional. La disputa fue resuelta cuando Rove fue seleccionado por orden directa del presidente del Comité Nacional Republicano, que en ese momento no era otro que George N. Bush.
* En 1986, mientras trabajaba para el candidato republicano a la gubernatura por Texas, William Clements, Rove alegó que habían plantado micrófonos en su oficina personal, y que lo más probable es que hubieran sido gente de la campaña del gobernador demócrata Mark White. Nada se probó, pero la prensa negativa, semanas antes de la elección, ayudó a Clements a ganar por estrecho margen. El agente de la FBI Greg Rampton quitó el micrófono, lo que imposibilitó cualquier intento por investigar adecuadamente quién lo plantó.
* Cuando Rove asesoró la candidatura de George W. Bush a gobernador de Texas en 1994 contra la gobernadora demócrata Ann Richards, una persistente campaña de rumores en la conservadora Texas oriental sugería falsamente que Richards era lesbiana. Según el periodista texano Lou Dubose: "Nadie ha rastreado aún este asesinato del carácter de Richards hasta llegar a Rove. Pero nadie duda que Rove estuvo tras el suceso. Es un proceso sobre el que tiene patente: identificar la fuerza del oponente y atacarla tan implacablemente que la fuerza se vuelve un grave inconveniente. Richards era admirada por prometer y brindar un 'gobierno que mostraba más a la gente del estado'. Eso incluyó la designación de negros, hispanos, gays y lesbianas. Rove hizo de eso un inconveniente culposo".
* Luego que John McCain vapuleara a George W. Bush en las elecciones primarias de New Hampshire, en 2000, con 48 por ciento del voto contra 30 por ciento de Bush, se lanzó una masiva campaña de desprestigio en Carolina del Sur, un campo de batalla clave. Se divulgaron anuncios televisivos por parte de "terceros" y circularon volantes anónimos sugiriendo que la experiencia de McCain como prisionero de guerra en Vietnam lo había dejado mentalmente dañado y con un temperamento incontrolable, que su esposa Cindy ingería drogas en exceso y que él tenía una "nena amante" afroamericana. De hecho, McCain adoptó a su hija Bridget en un orfanato de Bangladesh conducido por la Madre Teresa.
* Según las investigaciones del procurador especial Patrick Fitzgerald, Rove jugó un papel central en sacar a la luz a la agente encubierta de la CIA Valerie Plame, develándola al columnista Robert Novak y al reportero Mathew Cooper, que antes trabajaba para Time Magazine, en venganza por el hecho de que su esposo, Joe Wilson, acusó al gobierno de Bush de afirmar falsamente que Saddam Hussein buscaba obtener uranio de Nigeria.
* Rove ha ignorado varios citatorios para que testifique ante el Congreso en torno al escándalo del Departamento de Justicia por el despido de nueve fiscales estadunidenses. No asistió a una audiencia sobre el uso impropio de cuentas de correo electrónicas de RNC por parte del personal de la Casa Blanca, que les permitían darle la vuela a la Ley de Registros Presidenciales. Rove alega que cuenta con privilegios ejecutivos, que viajan con él cuando abandona la casa Blanca.
Estas son sólo algunas de las sucias tretas atribuidas a Rove. Nos hacen creer que el nacido el día de Navidad de 1950 se retira para escribir libros. El anterior comisionado de Agricultura de Texas, el apasionado populista Jim Hightower, describe la partida de Rove como la de "una rata que abandona el barco que se hunde". Pero el archiobservador de Rove, Wayne Slater, del The Dallas Morning News, sabe más. El apunta que Rove y su esposa se construyeron una casa en el Florida Panhandle (el mango de la sartén de Florida), conocida como la "Riviera republicana", y que el antiguo gobernador de Florida, Jeb Bush, cumplirá 59 en 2012, una edad madura para emprender su carrera por la Casa Blanca. Como sea, el arte y la ciencia de las tretas sucias, aprendidas por Rove en los años de Richard Nixon y perfeccionadas por él en la Casa Blanca de George W. Bush, estarán con nosotros en los años que vienen.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Amy Goodman. Distribuido por King Features Syndicate
* Goodman es la conductora de Democracy Now, noticiero internacional diario que se transmite por 500 estaciones de radio y televisión en Norteamérica.
La autora agradece a Denis Moynihan por su ayuda de investigación para esta columna.
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