jueves, agosto 23, 2007

¿Qué camino seguir, refundar al PRD o crear un nuevo partido de izquierda?

Me traigo esta reflexión de Víctor Hernández del Sendero porque creo que es de suma importancia:

Comienza por plantear el artículo de ayer en la Jornada de Miguel Angel Velázquez:

Faltó autocrítica en el congreso del PRD

Muchas dudas quedaron en el aire

Análisis parciales y verdades sesgadas

Vale. Lo que perdió el PRD en su congreso pasado fue la indispensable herramienta de la autocrítica, dicen quienes quieren desaparecer a López Obrador del ámbito político, y el análisis se debe fincar, según ellos, nada más sobre los errores de su ex candidato. Ni un paso más allá.

Ellos aceptan que fueron derrotados y atribuyen tal descalabro a una serie de hechos que de tan analizados y criticados en todas partes, incluyendo al propio PRD, bien podrían ser obviados, a menos de que lo que se busque es el castigo para quienes ellos mismos suponen culpable.

Y en esa necesidad ingente, desvían la atención de procedimientos esenciales, de datos fundamentales, para lograr la autocrítica sana: la participación, en contra de los gobernadores, por ejemplo, que llegaron al poder por el PRD y que en 2006 le dieron la espalda.

¿Por qué si en el mismo congreso del sol azteca la militancia repudió al gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, por sus prácticas en todo el proceso electoral, los inquisidores no lo tocaron?

¿Por qué no se analizó el comportamiento de Juan Sabines en Chiapas, que bien vale un largo rato de reflexión? ¿Por qué se hizo a un lado el juego perverso de la gobernadora Amalia García en Zacatecas?

Y ¿por qué no le entraron a la investigación real del comportamiento de los Cárdenas en Michoacán, que a ojos y oídos de todos hicieron un trabajo contrario al candidato López Obrador?

¿Por qué –en fin– no se dijo nada, a fondo, sobre los manejos del padrón perredista que fue manipulado para que ese congreso resultara un juego de dados cargados a favor de un tribu? ¿Qué, eso no tiene que ver con la autocrítica?

Para los neocorporativistas, es decir, para la nueva izquierda el objetivo no era, ni con mucho, la autocrítica. Sus afanes tenían otras metas. Mirarse en el espejo no era el objetivo. La pretensión era menoscabar la figura de López Obrador para construir la hamaca que meza y sostenga el poder de la derecha, y permanecer a su vera para recoger las migajas que suelte.

Y es que la verdad, y no es de ahora, al PRD eso de la autocrítica no se le ha dado muy bien, sólo que esta vez la intención es otra. Baste el recuerdo de la lucha que Samuel del Villar encabezó para tratar de evitar las trampas y la corrupción dentro de ese partido político.

En aquel entonces nadie hizo el mayor caso a la censura que el ex procurador del DF levantó por las malas prácticas del partido. Es más, en algunos sectores incluso se le condenó porque en su análisis del quehacer interno del partido señalaba a los bejaranos y a los chuchos como lastres para el organismo que pretendía la honestidad como piedra de toque.

Todo eso no es suficiente, es verdad, para que en el PRD no se haga la reflexión profunda de lo que ese partido es en este momento, y lo que promete, si algo promete, para el futuro de la izquierda en México. Pero ¡cuidado!, lo que no se vale son los análisis parciales ni las verdades sesgadas, y mucho menos la pretensión dolosa de destruir lo poco que se ha edificado en bien de dudosos paraísos prometidos que en nada benefician al país.

Por lo pronto, en apariencia, todo le salió mal a los chuchos, que ahora lanzan por donde se pueda condenas al espurio, con frases arrancadas a su desvergüenza. Lo malo para ellos es que ahora, ni en la derecha, les van a creer. Lástima.


Luego, invita a todos los lectores del Sendero a participar en el debate, y aprovecha para plantear también aquí su posición ante la disyuntiva :

¿Qué camino seguir, refundar al PRD o crear un nuevo partido de izquierda?

El asunto aquí es que ya se está pagando al PRD para que funcione, le estamos dando de nuestros impuestos más de 300 millones de pesos anualmente, ¿en qué queremos que se utilicen? ¿En apoyar al proyecto alternativo de nación y a AMLO o que se desperdicien en luchas internas, que no cambiarán nada? Aquí es el momento de actuar con inteligencia, y vincular a través de nosotros mismos, los ciudadanos que estamos concientes y activos políticamente, al partido con los intereses de la nación. Es más cómodo seguir por nuestro lado, pero seguiremos dividiendo esfuerzos. Mientras el PRD sea en buena parte del país un pequeñito club de cuates, que no nos extrañe que sólo tomen decisiones que sólo convienen a esos grupitos. Hay que hacerlo crecer, esa es la mejor manera de fortalecer al partido, dotarlo de legitimidad y conectarlo con el pueblo y con el movimiento obradorista. Mientras no se haga eso, seguirá con los mismos defectos, y tendremos los mismos problemas que ahora en el país, solo que cada día peor.

Ya estamos pagando por el partido, hay que usarlo. Ahora es cuando.

El PRD tiene un presupuesto de alrededor 320 millones de pesos para este año, las colaboraciones al gobierno legítimo han sido de alrededor 20-22 millones, sin el apoyo del PRD, se vuelven incosteables las giras de AMLO por el país. Si dejamos que nos dividan y que destruyan al PRD, estaremos haciendo exactamente lo que esperan nuestros enemigos, y de manera estúpida además, porque el movimiento está más que anunciado, y de todos modos mordemos el anzuelo.

Les dimos el voto en el 2006 respaldando a AMLO y al proyecto alternativo de nación, y si no nos estamos dejando que lo tiren a la basura los panistas con su fraude electoral, menos hay que dejar que lo desperdicie el PRD con sus luchas internas. Aquí la única manera de arreglar el partido es cambiándolo desde dentro. Si ponemos atención a la conferencia de prensa del pasado lunes, lo que dice Alejandro Sánchez es muy importante:

"Al mismo tiempo el comentarles este partido el PRD, no nos vamos a salir de el, vamos a seguir militando en el partido y vamos a evitar que se quiera entregar nuestro instituto político a los brazos, a la tentación de la derecha del PAN e incluso del yunque.

Señalarles también que en conjunto con esta medida del plebiscito queremos convocar a través de ustedes para el próximo 27 de agosto allá en los pinos para hacer un acto de resistencia civil al primer informe a un año de la usurpación presidencial, ahí daremos cuantas de el estado que guarda, las agresiones que se han hecho al pueblo de México por parte del presidente ilegitimo.

Al mismo tiempo comentarles que la ruta que estamos trazando tienen una meta que es el mes de marzo, prepararnos de acuerdo a los estatutos aún transitorios, las afiliaciones se van a cerrar en el mes de noviembre. Que serán uno de los ejes rectores de nuestro plan de acción, convocar a una afiliación en tiempo y en forma y al mismo tiempo proponer a nuestro compañero Alejandro Encinas al Frente Político de Izquierda, que podamos hacer recorridos de carácter nacional para garantizar que en el mes de marzo nuestro compañero Alejandro Encinas sea el presidente electo por los perredistas para presidir a nuestro instituto político.
Ahí está la manera más simple y eficaz de acomodarles un buen susto a los Chuchos, a Fecal, a los panistas y a todos los que quieren aplastarnos. Tenemos de aquí hasta noviembre para hacer valer nuestra voz y nuestro voto en el PRD."

Los partidos son un medio, no el objetivo.

Para unos, construir un partido político es el medio más sencillo para enriquecerse y dejar de trabajar. Para otros, son el medio para hacerse del poder, y a partir de allí enriquecerse de manera exagerada. Para otros, los menos, son un medio con el cual se compite en las elecciones y se defienden ideas y se plantean proyectos de nación, con la intención de hacer de México un mejor país.

Para el primer caso, tenemos de ejemplo al PSN, PANAL, PVEM y en lo personal, así considero también a Convergencia y a Dante Delgado, aunque yo no habría hecho lo mismo que hicieron los supuestos "perredistas" que reventaron el evento de AMLO en Veracruz. Para el segundo caso, tenemos al PRI y al PAN, con los grandes orgullos del nepotismo como los hermanos Bibriesca y Hank Rhon. Para el tercer caso, en el PAN están Javier Corral y Felipe Vicencio (y ya, no hay más), tenemos en el PRD a don Heberto Castillo qpd, a Rosario Ibarra, a Alejandro Encinas, a Inti Muñoz, a Gerardo Fernández Noroña y cómo no, a Andrés Manuel López Obrador y muchos más que no sabría mencionar.

Qué mejor respaldo a ellos y a AMLO que incrementar el peso de ellos dentro del partido hasta neutralizar o superar a los Chuchos, y contar con un partido fortalecido y legitimado que pueda competir con mejores candidatos y en mejores condiciones en el proceso electoral del 2009, que pueda ganar el control del Congreso y así limitar o revertir el daño causado por la usurpación.

Si no cambiamos, va a pasar lo mismo que en Oaxaca, donde la ineptitud de la APPO y del PRD terminó por legitimar la elección del nuevo congreso oaxaqueño, y apuntalar aún más a Ulises Ruiz en el poder. Allí, Ulises Ruiz no tuvo rivales políticos, y los que se le plantaron enfrente, lo hicieron con una estrategia política que claramente los llevaría a la derrota, y manteniéndonos alejados del PRD, ejecutaríamos a nivel nacional la misma estrategia que permite a Ulises Ruiz seguirse ostentando como gobernador. Más que los Chuchos, nosotros seríamos los que legitimaríamos a Fecal en el 2009 gracias a nuestra irracionalidad colectiva. Cuando Fecal y el PAN aplasten electoralmente al PRD en el 2009 y puedan presumir de una "legitimidad electoral incuestionable", no podremos culpar a nadie más que a nosotros mismos.

Hay que ver los posibles escenarios:

  • El PRD es barrido en el 2009. PAN y/o PRI se alzan como las dos principales fuerzas en el Congreso, "demuestran" que la ciudadanía ha castigado al PRD y a Obrador en las urnas. Se sigue sin obstáculos la política actual, se profundiza la integración de México a Estados Unidos como semi-colonia norteamericana. En caso de disturbios, vía ASPAN intervienen las fuerzas armadas de México y USA. ¿Quienes perdemos? Todos.
  • El PRD mantiene sus posiciones en el 2009. Se demuestra que a pesar de la guerra sucia, de la propaganda negativa y de la propia incompetencia de algunos de los miembros del PRD, AMLO sigue conservando su capital político, y que el PRI y el PAN a pesar del apoyo de la oligarquía, siguen teniendo un contrapeso político. ¿Quién pierde? Calderón y la oligarquía, al haber gastado muchísimos recursos para afianzar sus posiciones políticas, pero no registran avance, sigue obligado a tratar de negociar con el PRI y el PRD su agenda de gobierno. Sigue pesando sobre él la falta de legitimidad.
  • El PRD expande su bancada en el congreso en el 2009. Se demuestra que el PRI y el PAN han pagado un costo electoral por sus políticas actuales. Se limita el daño que provoca la usurpación de Calderón, al estar políticamente acotado por un Congreso en manos de una oposición más firme. También se demuestra, que los electores han otorgado su respaldo a López Obrador y su partido, y la inutilidad de la guerra sucia. Se profundiza la crisis del PRI y el PAN, con lo que se queda en mejor posición para las elecciones del 2012.
  • El PRD controla la mitad o más del Congreso en el 2009. Se forza a Calderón a seguir por el tiempo que le resta a su sexenio, de seguir políticas obradoristas, gracias al control que tienen sus partidarios de la maquinaria perredista. Se demuestra que una mayoría rechaza a Calderón y al PRI y al PAN. Se demuestra que el verdadero gobierno legítimo es el de Andrés Manuel López Obrador, y se abre la posibilidad de enjuiciar políticamente a los responsables del fraude electoral del 2006 o incluso, la destitución por vías legales de Calderón. ¿Quienes ganan? Ganamos todos.
  • Se crea un nuevo partido obradorista, y el nuevo partido obtiene una participación importante, pero irrelevante en el congreso en el 2009 al no alcanzar mayoría. Los perredistas, ya sin el "lastre" de Obrador, actúan en consonancia con las políticas del PRI y el PAN. Mouriño, Fecal y Ortega se congratulan por habernos dividido con éxito ¿Quienes pierden? Todos, especialmente nosotros.

Ya dejamos que los perredistas se vendieran en Oaxaca, ya dejamos que el PRD se destrozara con sus luchas internas en Zacatecas y le diera más armas a la derecha para criticarnos; ya dejamos que las burocracias perredistas siguieran dormidas en sus laureles en Baja California y Aguascalientes, ya dejamos que Torreblanca y Sabines se burlen de la militancia perredista y de los que respaldamos a AMLO en Guerrero y Michoacán...

¿Vamos a dejarlos que nos rebasen en Michoacán también? ¿Vamos a dejar que sigan colaborando con Ulises Ruiz en Oaxaca? ¿Vamos a dejar que se queden con 18 años de lucha partidista, que nos despojen de los recursos financieros y materiales que con tanto trabajo se acumularon durante todo ese tiempo, sin siquiera luchar? ¿Vamos a rendirnos y dejar que nos dividan? Creo que no.

Yo también, creo que no.

Como ciudadanía, como pueblo que somos, debemos luchar porque el partido que nos representa y que, como bien dice Víctor, nos cuesta mucho dinero además de que lleva 18 años de lucha y muchos muertos, se enderece y se purifique lo más posible, y que los elementos valiosos sean quienes lo dirijan para que entre esos dirigentes y la demanda ciudadana cumplan con los objetivos del proyecto alternativo de nación y lo que nos haga falta. Si cuando llegue la hora de la elección del presidente del partido gana Alejandro Encinas iremos en caballos de la hacienda porque ya sabemos que es un luchador social, honesto, un político, en el buen sentido de la palabra y muy capaz. Si las grillas, las manipulaciones y la corrupción permiten que Jesús Ortega sea elegido, entonces sabremos que ese partido fracasó, traicionó sus principios y tendrá que buscarse otra alternativa.

De manera que hay que luchar desde la ciudadanía por hacer valer los sueldos que les pagamos, obligarlos a cumplirles a sus votantes que son a quienes representan, hasta el final; no desanimarse antes de tiempo, y exigirles que obedezcan el mandato popular. Si al final de la contienda no reaccionan en este sentido, entonces nos plantearemos otro formato hasta lograr que el pueblo sea quien tenga el poder como debe de ser porque los servidores públicos son eso, servidores, los legisladores representan al pueblo y traducen sus demandas, y los mandatarios no son los que mandan, sino quienes obedecen el mandato popular.


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