• Anuncian gran marcha de rechazo el sábado. Despliegan fuerzas especiales para vigilar la cumbre de la APEC
Tomado de Juventud Rebelde
CANBERRA, Australia, septiembre 5.— Las protestas por la presencia de George W. Bush en Australia continúan sintiéndose en Sydney, y esas acciones se irán incrementando a medida que se acerque el inicio del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a celebrarse en esa ciudad el fin de semana próximo.
Por segundo dÍa consecutivo los australianos marcharon en Sydney contra Bush. Foto: AP
La organización ecologista Greenpeace marcó el paso en las protestas de este miércoles con la colocación de sendas estatuas de hielo de Bush y John Howard, el primer ministro australiano, con el objetivo de que se derritan como protesta por la inacción de Australia y Estados Unidos en el tema del calentamiento global, dice AFP.
Los ecologistas critican la utilización excesiva por parte de los países industrializados de energías fósiles, mientras que Sydney y Washington rehúsan ratificar el Protocolo de Kyoto sobre la reducción de gases que producen el efecto invernadero.
Otra original protesta está prevista para el viernes, cuando cerca de 2 000 personas pretenden congregarse en un parque de Sidney cerca de donde se reunirán los dirigentes de la APEC para decirle verdaderamente a Bush lo que piensan de su visita.
El punto culminante que marcará a las muestras de rechazo unánime por la presencia del jefe de la Casa Blanca en territorio australiano, será una gran marcha el sábado en la que se espera participen decenas de miles de personas.
Para contener las protestas —que en otras Cumbres han derivado en represión y hechos de violencia— las autoridades australianas cercaron con altas vallas metálicas una gran parte del centro de la ciudad, incluyendo el emblemático edificio de La Opera, cerrado al público desde el martes y hasta el próximo domingo.
La policía australiana presentó un recurso ante la justicia para prohibir la manifestación del sábado, porque —alegan— constituye una seria amenaza a la seguridad si se le permite pasar, como está previsto, por el consulado estadounidense.
Unos 3 500 policías y 1 500 soldados de fuerzas especiales y de unidades antiterroristas fueron desplegados en la ciudad para vigilar la cumbre y la estadía de los mandatarios, en lo que se considera el mayor operativo de seguridad de la historia de Australia.
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