Recibe denuncia en Caxhuacan, Puebla, sobre prácticas caciquiles de candidato priísta
Reprueba que se usen recursos públicos como hizo el PRI contra los opositores al régimen
Ciro Pérez (Enviado)
Andrés Manuel López Obrador recordó ayer en Cuetzalan del Progreso, Puebla, que el próximo 14 de noviembre en la capital del estado difundirá un informe sobre la situación en la entidad Foto: La Jornada
Huehuetla, Pue,. 27 de octubre. Andrés Manuel López Obrador denunció aquí a los miembros del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) que lo siguen en su recorrido por todo el país, y lamentó que el gobierno federal continúe utilizando a los equipos de inteligencia del país “para vigilar a los opositores”, además de que para actividades injustificadas como ésta demanden al Congreso mayor presupuesto.
“¿Usted es del Cisen?”, preguntó López Obrador a uno de los jóvenes que a bordo de un jeep verde de modelo reciente lo sigue en su recorrido por la sierra poblana y que tiene información precisa sobre la ruta de la gira del ex candidato presidencial y se da el lujo de informar sobre los caminos que están en mejores condiciones, los atajos y los múltiples derrumbes que hay en esta zona. “Si, señor, soy del Cisen”, respondió el joven sorprendido por la pregunta directa del perredista.
“Pues los vamos a tener que denunciar, no es posible que se utilicen los recursos públicos ahora, de la misma forma en que los utilizó el PRI toda la vida, para espiar a los opositores al régimen, para informar de las actividades de los que pensamos distinto para perseguir a un movimiento por todo el país”, le soltó López Obrador al agente del Cisen, sin saber éste qué responder.
“No es culpa de ustedes”, le dijo el perredista, “pero eso no se justifica; eso es algo que no debe hacer un organismo serio”, apuntó.
El tabasqueño continuó este sábado su gira por la sierra de Puebla y a pesar de la advertencia, los miembros del Cisen continuaron detrás de él. Y a esta denuncia siguió otra que hicieron habitantes del municipio de Caxhuacan, distrito judicial de Zacatlán, en este estado.
Allí los habitantes le entregaron una carta notariada por el juzgado de lo civil en el que el profesor Alidet Bonilla Domínguez, entonces presidente del PRI en ese municipio y hoy candidato a la presidencia municipal, condiciona y amenaza a los pobladores a afiliarse a este partido y no sólo ellos, sino toda su descendencia.
En el documento Alidet Bonilla “cede” una fracción de terreno ejidal de su propiedad para que los indígenas de esta zona construyan vivienda, aunque esta “bondad” será bajo ciertas condiciones. En la cláusula cuarta se establece que “están obligados a pertenecer al Partido Revolucionario Institucional de este municipio y en todo tiempo, así mismo sus descendientes”. En el siguiente apartado se establece que “quien se desligue de este partido, automáticamente perderá sus derechos”.
En la cláusula novena “queda estrictamente prohibido el alquiler, donación o venta del predio –que en teoría es propiedad de quienes lo habitan– sin previo aviso al presidente del PRI quien esté en función (sic) válido la herencia a sus hijos” (sic).
Y en el décimo tercero apartado se advierte a los beneficiados que si alguien es sorprendido en reuniones clandestinas a favor de otro partido, inmediatamente será destituido del predio y sin aviso alguno”.
Éste, le dijeron a López Obrador, es apenas una muestra del nivel de presión al que las administraciones priístas, y ahora las del PAN, han sometido a los pobladores “abusando de la necesidad de la gente. ¿Usted cree que no se ha cobrado ya ese terreno que supuestamente regaló? ¿Sería bueno que nos dijera de dónde salió el dinero para la residencia que tiene en Zacatlán?, luego de que ha pasado por todos los cargos públicos en el municipio”, dijeron.
En su discurso López Obrador les dijo que por esas razones y por muchas otras más debe cambiarse la forma de hacer política. Se llega al extremo de que a Felipe Calderón lo tienen amenazado “porque no habla de toda la corrupción y los fraudes de Vicente Fox; el pelele tiene miedo de que Fox hable y diga lo que sabe, de cómo llegó ese pelele a la Presidencia, quizá ahora sería conveniente que hablara la chachalaca”, dijo el tabasqueño.
Aseguró que su crítica no refleja un pleito personal con Calderón, “no es que nos caigamos gordos, es que tenemos dos visiones claramente distintas del país, en lo político y en lo económico”.
Poco antes, en Huehuetla, en zona totonaca, López Obrador dijo a los centenares de campesinos que se reunieron en este municipio que a pesar del dolor y la tristeza que produjo el fraude decidió seguir en la lucha “porque este movimiento depende que podamos sacar al país de la pobreza y la marginación, no hay otra opción, no hay otra alternativa: si queremos que las cosas mejoren tenemos que seguir organizándonos”, les dijo.
Les habló de su visión de país en la que propone que haya justicia y que las riquezas se distribuyan de manera equitativa a efecto que éstas alcancen para todos y no se queden en unas cuantas manos.
“Queremos que haya patria para el humillado” y les recordó que hace 200 años José María Morelos escribió que era necesario moderar la opulencia, “y es una frase que sigue teniendo vigencia, tenemos que cambiar este régimen de privilegios”; esto es un mal que no se remediará con un cambio por encimita, “tiene que haber un cambio a fondo” y reiteró su propuesta de apoyo a los productores del campo, más ahora, subrayó, que está próxima la apertura a la libre importación de maíz y frijol por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte; aseguró que ello afectará a millones de mexicanos.
Por la tarde continuó por Tuzamapán, donde advirtió: no nos demos por vencidos, no bajemos los brazos, nunca en la historia de México había habido tanta gente consciente de la necesidad de un cambio, por eso, más temprano que tarde ese cambio se va a dar, aseveró.
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