“Cimientos del Estado pueden ser socavados por parlamentarios inescrupulosos”
Plantea Rosario Ibarra referéndum sobre la privatización de Pemex
Foto: Guillermo Sologuren
La senadora Rosario Ibarra de Piedra presentó ayer una iniciativa para que se someta a referéndum la privatización de Petróleos Mexicanos, luego de advertir que postulados constitucionales, como la facultad exclusiva del Estado en materia de energéticos, “se ven amenazados por el poco respeto que las mayorías autoritarias sienten por la rigidez constitucional”, y que cimientos del Estado mexicano “pueden ser socavados a espaldas del pueblo, como fuente de la soberanía nacional, por parlamentarios irresponsables e inescrupulosos que actúan más como testaferros de oligarquías políticas y económicas que como mandatarios populares”.
Una vez que legisladores del PRI y del PAN se han manifestado abiertamente por una reforma que permita la participación de la iniciativa privada, Ibarra de Piedra presentó una iniciativa de reformas constitucionales para enfatizar que es una decisión política fundamental del Estado mexicano su propiedad originaria sobre el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos.
Corresponde también de modo exclusivo al Estado la extracción y transformación del petróleo y demás hidrocarburos, así como la generación, conducción, transformación, distribución y abastececimiento de energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público.
Otras de las “decisiones fundamentales que constituyen la esencia de nuestra comunidad política son la residencia inalienable de la soberanía nacional en el pueblo mexicano; la forma de Estado federal, así como la forma de gobierno republicana y democrática y el reconocimiento, protección y tutela de los derechos humanos establecidos en esta Constitución y en los tratados internacionales firmados por el Ejecutivo y aprobados por el Senado”.
La separación Iglesia-Estado en los ámbitos político, económico, social y cultural, así como la rectoría económica del Estado que garantice el desarrollo nacional para que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la nación y su régimen democrático y que, mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución.
“Para modificar, alterar o suprimir cualquiera de las decisiones políticas fundamentales señaladas, excepto aquella que dice que tendrá el carácter de inmodificable, se requerirá, además del procedimiento previsto en el artículo 135 de esta Constitución, que las mismas se aprueben mediante un referéndum” que se realizará en los términos que señale la ley.
De acuerdo con el artículo 27 constitucional, “…corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.
Es decir, subrayó la legisladora, “el petróleo y sus derivados son propiedad exclusiva de la nación y que la expropiación de la industria petrolera fue el resultado de la lucha del pueblo mexicano por su soberanía e independencia, sin dejar de lado que la industria petrolera nacionalizada representa el sentimiento arraigado del nacionalismo mexicano”.
Una vez que legisladores del PRI y del PAN se han manifestado abiertamente por una reforma que permita la participación de la iniciativa privada, Ibarra de Piedra presentó una iniciativa de reformas constitucionales para enfatizar que es una decisión política fundamental del Estado mexicano su propiedad originaria sobre el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos.
Corresponde también de modo exclusivo al Estado la extracción y transformación del petróleo y demás hidrocarburos, así como la generación, conducción, transformación, distribución y abastececimiento de energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público.
Otras de las “decisiones fundamentales que constituyen la esencia de nuestra comunidad política son la residencia inalienable de la soberanía nacional en el pueblo mexicano; la forma de Estado federal, así como la forma de gobierno republicana y democrática y el reconocimiento, protección y tutela de los derechos humanos establecidos en esta Constitución y en los tratados internacionales firmados por el Ejecutivo y aprobados por el Senado”.
La separación Iglesia-Estado en los ámbitos político, económico, social y cultural, así como la rectoría económica del Estado que garantice el desarrollo nacional para que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la nación y su régimen democrático y que, mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución.
“Para modificar, alterar o suprimir cualquiera de las decisiones políticas fundamentales señaladas, excepto aquella que dice que tendrá el carácter de inmodificable, se requerirá, además del procedimiento previsto en el artículo 135 de esta Constitución, que las mismas se aprueben mediante un referéndum” que se realizará en los términos que señale la ley.
De acuerdo con el artículo 27 constitucional, “…corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.
Es decir, subrayó la legisladora, “el petróleo y sus derivados son propiedad exclusiva de la nación y que la expropiación de la industria petrolera fue el resultado de la lucha del pueblo mexicano por su soberanía e independencia, sin dejar de lado que la industria petrolera nacionalizada representa el sentimiento arraigado del nacionalismo mexicano”.
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