La medida garantiza “impunidad” al represor: sobreviviente de la dictadura argentina
En Buenos Aires enfrentará cargos por detención ilegal, tortura y falsificación de documentos
Armando G. Tejeda (Corresponsal)
Madrid, lunes 31 de marzo. Ricardo Miguel Cavallo, el ex represor argentino acusado de delitos de lesa humanidad, culminó hoy un particular periplo en la justicia internacional: en una decisión sin precedente la Audiencia Nacional de España dispuso su liberación y posterior extradición a su país de origen, donde será juzgado por delitos distintos a los que le se le imputaron aquí.
Cavallo, a quien sus víctimas conocían como Serpico, viajó en un vuelo regular de la compañía Iberia, de Madrid a Buenos Aires, custodiado por agentes de la Interpol y por una comisión enviada por el juez argentino Sergio Torres.
El ex capitán de corbeta integró los Grupos de Tarea de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), donde desaparecieron a unas 5 mil personas durante la pasada dictadura militar (1976-1983).
Conocido además como Marcelo o Miguel Ángel se convirtió a la vuelta de la democracia en su país en un ciudadano anónimo, siempre bajo el amparo del estamento militar, lo que se rompió hasta su detención en México en agosto de 2000, y extraditado acá en junio de 2003.
A lo largo del proceso aquí, Cavallo y su defensa pidieron la anulación del sumario, el archivo de la causa o, en su defecto, la extradición a Argentina, donde gozaría de más derechos y mejores condiciones para afrontar el proceso judicial.
En contraste, cientos de víctimas de la represión y decenas de organizaciones de defensa de los derechos humanos, que invocaron los principios de la “justicia universal”, lucharon hasta el último instante para que Cavallo fuera juzgado y condenado en España.
Lo entregan a una comisión de Interpol
La tercera sala de lo penal de la Audiencia Nacional, presidida por el magistrado Alfonso Guevara, autorizó la salida de prisión del detenido –que se hizo efectiva este domingo a las 11 de la mañana–, para su extradición a Argentina, una vez que fue entregado a las puertas de la prisión a una comisión de Interpol y del juez Torres, según informaron fuentes de la investigación.
Estas mismas fuentes confirmaron que Cavallo viajó esta noche rumbo a Buenos Aires en un vuelo regular, de Iberia, que partió de Madrid a la una de la madrugada y llegará a la capital argentina a las ocho de la mañana hora local.
Andrea Benítez, víctima de la represión argentina y personada en la causa abierta contra Cavallo en Madrid, expresó su profunda “indignación” por una nueva medida judicial que garantiza la “impunidad” para los represores.
El historial judicial de Cavallo, también conocido con el alias de Serpico, inició en el año 2000, al ser detenido por la policía mexicana, en colaboración con Interpol, en Cancún, cuando estaba a las puertas de un avión en el que pretendía huir a Argentina. En aquel entonces, Cavallo era director del Registro Nacional de Vehículos de México (Renave), un cargo al que accedió gracias al gobierno de Ernesto Zedillo, y a que escondió durante años su verdadera identidad.
La apertura en la Audiencia Nacional española de los procesos contra las dictaduras de Argentina y Chile permitió que se giraran órdenes de detención internacional contra ex represores de esos regímenes, entre los que se encontraba Cavallo.
Su entrega a la justicia española, en junio de 2003, representó un hito en la historia de la “justicia universal”, ya que por primera vez un tercer país, México, autorizaba la entrega de un acusado por crímenes contra la humanidad a otro país, España, que no estaba relacionada directamente con los delitos que se perseguían que se cometieron en Argentina.
A su llegada a España, Cavallo fue interrogado por el magistrado que instruía la causa, Baltasar Garzón, quien demostró la presunta implicación de Serpico en al menos 337 secuestros, 227 de ellos de personas todavía desaparecidas, la detención y desaparición forzada de 16 mujeres que dieron a luz en la Esma y de sus respectivos hijos, así como en 21 casos de torturas.
La Fiscalía del Estado y la acusación popular solicitaron una pena que de entre 13 mil 300 a 17 mil años de cárcel.
Ahora, en Argentina, Cavallo enfrentará cargos por detención ilegal, torturas, extorsión, robos y falsificación de documentos. En una causa que está en su fase inicial.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario