Avanza en el Vaticano causa por la beatificación del arzobispo
Reuters y Afp
Cientos de personas conmemoraron ayer en San Salvador el 28 aniversario del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero a manos de un escuadrón de la muerte en los inicios de la guerra civil que duró más de una década en el país centroamericano y que dejó unos 75 mil muertos. Foto: Ap
San Salvador, 24 de marzo. Cientos de salvadoreños conmemoraron este lunes el 28 aniversario del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, a manos de un escuadrón de la muerte en los inicios de una guerra civil que se prolongó por más de una década y dejó más de 75 mil muertos.
Unos 400 feligreses católicos partieron de la capilla del hospital para cancerosos La Divina Providencia, al oeste de la ciudad, donde Romero recibió un balazo en el corazón cuando oficiaba misa el 24 de marzo de 1980, y caminaron kilómetros hasta su cripta en la Catedral, en el centro de San Salvador.
El numeroso grupo acompañó su marcha con cánticos en memoria de Romero y pancartas en las que recordaron el mensaje del prelado en favor de los pobres.
“Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”, era una de sus frases, que los dolientes escribieron en las pancartas. En otra de las mantas que sostenían miembros de las Comunidades Eclesiales de Base, se leía: “Romero, el pueblo ya te hizo santo”.
“Yo llegaba a Catedral a oír sus homilías y si no, uno de mis hijos la grababa y luego las escuchábamos en la ermita de nuestro cantón” de un poblado en el centro del país, dijo Lidia Torres, una mujer de 75 años que llevaba una bandera con el rostro de Romero y que perdió a dos de sus seis hijos en la guerra civil.
La Iglesia católica ofició una misa en la Catedral en memoria de Romero, en cuya tumba los feligreses colocaron flores.
La guerra civil en El Salvador comenzó en 1980 y terminó en 1992 con la mediación de la Organización de Naciones Unidas, pero provocó la muerte de 75 mil personas.
En 1993 una Comisión de la Verdad creada por la ONU determinó que la orden de matar al arzobispo fue dada por el entonces mayor del ejército Roberto D’Abuisson, jefe de los servicios militares de inteligencia y fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (en el gobierno actualmente) y los temibles escuadrones de la muerte.
Cabe señalar que este asesino estuvo en la Casa de las Américas donde los gringos suelen entrenar a los terroristas que intervienen en las democracias latinoamericanas asesinando a todo aquel que defienda al pueblo y se oponga a los intereses de Estados Unidos.
Desde 1995 la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano analiza la beatificación de Romero, y de acuerdo con el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, se han logrado avances para que la Iglesia salvadoreña cuente con su primer santo.
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