Hay nuevas formas de contratación para que empresas extranjeras participen en todas las áreas
Quedan prohibidos los contratos de riesgo, pero se establecen los “del buen desempeño”, lo que permitirá compartir la renta petrolera con las compañías del exterior, dice la exposición de motivos
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
La reforma energética de Felipe Calderón contempla no sólo una nueva modalidad de contratación para permitir que empresas extranjeras participen en todas las áreas de Petróleos Mexicanos (Pemex), incluida la explotación conjunta de los yacimientos transfronterizos en el Golfo de México, sino que establece la posibilidad de licitaciones confidenciales, con información reservada sobre los términos en los que se adjudicarán obras y servicios.
En la exposición de motivos se señala con toda claridad que las modificaciones a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional son para dar certeza jurídica a quienes invertirán en Pemex, y en ese mismo sentido se proponen nuevas facultades a la Comisión Reguladora de Energía, a fin de que norme las actividades de los empresarios nacionales y extranjeros encargados de producir gasolina y los petroquímicos básicos.
Se pretende que la comisión norme los términos y condiciones a que deberán sujetarse las ventas de primera mano de gasolina y petroquímicos, tal como lo hace con el gas y la energía eléctrica que producen empresas, la mayoría extranjeras.
“Se plantea aprovechar la experiencia institucional de la Comisión Reguladora de Energía mediante el fortalecimiento de sus actuales atribuciones y otorgándole nuevas en las actividades que se abren a la participación social y privada”, se señala en la exposición de motivos.
De este forma, la comisión se encargará también de promover la eficiencia “de los permisionarios” dedicados a transportar, almacenar y distribuir todos los hidrocarburos, tal como lo ha venido haciendo con el gas.
El afán privatizador está presente en las cinco iniciativas de ley, sobre todo en las reformas a la ley reglamentaria del 27 constitucional, en las que se legaliza y amplía la figura de contratos de servicios múltiples. El artículo 6 de ese ordenamiento mantiene la prohibición de los contratos de riesgo, pero establece una nueva modalidad: contratos “del buen desempeño”, que permiten compartir la renta petrolera con las empresas extranjeras, toda vez que no se les establece una remuneración fija, sino un pago al final, determinado por las ganancias obtenidas.
En esa misma ley se dan a Pemex facultades para fijar el contenido y precio de los contratos y se le posibilita llevar a cabo contrataciones mediante adjudicación directa o invitación restringida en “materia de suma relevancia”. Esto es, cuando se trate de prevención o solución de derrames de crudo, emisión de gases tóxicos o peligrosos o cualquier otro incidente que ponga en riesgo a los trabajadores petroleros, a la población o al medio ambiente.
Pemex podrá también otorgar contratos sin licitación, de manera directa, a la empresa que decida en el caso de “refaccionamiento o servicios relacionados con la instalación, mantenimiento o conservación de equipos industriales del fabricante original, a fin de mantener la garantía técnica de la maquinaria”.
También estará facultado para contratar de manera directa, “con el propósito de desarrollar innovaciones tecnológicas relacionadas con el objeto de Pemex y sus organismos subsidiarios”. Es decir, contratos para perforar en aguas profundas.
En la exposición de motivos de la ley reglamentaria del 27 constitucional, Calderón expresa de manera clara que a través de esos contratos se podría explotar conjuntamente los yacimientos transfronterizos del Golfo de México, que se comparten con Cuba y Estados Unidos, ya que hay riesgo, se asegura, de perder hidrocarburos.
Sobre todo, se dice, porque en la región del “Cinturón Plegado Perdido”, en la jurisdicción de Estados Unidos, existen dos campos próximos a iniciar su producción: Great White, ubicado a 9 kilómetros de la frontera con México, y Trident, a 6 kilómetros de la zona limítrofe, ambos con tecnologías para direccionar pozos de manera horizontal hasta por 11 kilómetros.
Por ello, “Pemex debe estar en condiciones de acordar con las entidades que pretendan realizar la labor de exploración y explotación de hidrocarburos en los yacimientos comunes de las zonas limítrofes con Cuba y Estados Unidos, para asegurar mecanismos de explotación conjunta”.
La nueva estructura corporativa de la paraestatal faculta a su consejo de administración a decidir todo lo relacionado con la contratación de obras y servicios a empresas privadas.
Esa instancia contará con cuatro nuevos consejeros, que se habrán de sumar a los seis representantes del Estado, designados también por el Ejecutivo federal, y a los cinco representantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
Con ello, el gobierno federal asegura mayoría en ese consejo, cuya titular será la secretaria de Energía, Georgina Kessel.
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