MEXICO, D.F., 13 de mayo (LA JORNADA).- Las iniciativas de Felipe Calderón para abrir Petróleos Mexicanos (Pemex) al capital privado parten de una visión “falaz” y “alarmista” y si bien no proponen modificar la Constitución, alientan y permiten la violación de la Carta Magna, lo que resulta todavía más grave que reformarla, advirtió Cuauhtémoc Cárdenas, al participar en la apertura del debate sobre la reforma energética. Cárdenas respondió así al dirigente nacional del PAN, Germán Martínez Cazares, quien aseguró que “mienten” los que aseguran que el gobierno y su partido quieren vender a Pemex al capital extranjero y sostuvo que la oposición a las reformas de Calderón parten de “un nacionalismo falsario”, del “resentimiento por la derrota electoral del 2006”.
El panista se confrontó luego con Cárdenas sobre los contratos de riesgo, los que, aseguró el fundador del PRD, están presentes en las iniciativas del ejecutivo y se aplican ya en la Cuenca de Burgos.
Martínez Cazares no pudo responder a algunas de las interrogantes que le planteó el michoacano e incluso para tratar de argumentar su tesis de que el propio general Lázaro Cárdenas abrió la posibilidad de la inversión privada en Pemex, en 1940, leyó el mismo párrafo que la secretaria de Energía, Georgina Kessel, utilizó el jueves pasado, también ante senadores.
No fue un buen día para Cazares, toda vez que no sólo Cárdenas vapuleó la iniciativa de Calderón y les pidió “que no se quieran pasar de listos” cuando proponen entregar las refinerías, los ductos y la petroquímica a particulares, cuando ello se prohíbe expresamente en la Constitución.
La presidenta del PRI, Beatriz Paredes Rangel, reconoció que el tema divide a su partido, pero pidió a los legisladores del tricolor “revisar de manera exhaustiva el articulado” de las iniciativas de Calderón, para no permitir cambio alguno que signifique compartir la renta petrolera con empresas nacionales o extranjeras.
Paredes dijo que propondrán cambios a la reforma de Calderón, ya que los planteamientos en materia de contratos “son oscuros, confusos y se prestan a interpretaciones discrecionales”.
Una de las modificaciones tiene que ver con las presiones de los gobernadores priístas: que al Consejo de Administración de Pemex “se incorporen alguno consejeros” propuestos por los gobiernos estatales.
Puso sobre la mesa, el planteamiento de crear empresas “espejo” de Pemex –filiales necesarias, las llamó- y que en ese marco, “los gobiernos de los estados, cuando sea pertinente, podrán participar en paraestatales locales de servicios”.
La dirigente nacional del PRI aclaró que no aceptará “la privatización abierta o encubierta de las refinerías” -donde los gobernadores querían tener participación- pero dejó claro que su partido “habrá de cuidar y garantizar que los recursos participables provenientes de la renta petrolera, por ningún motivo, se vean disminuidos”, que es otra de las exigencias de los tricolores que gobiernan en entidades federativas.
A su vez, el dirigente del Partido Verde Ecologista, Jorge Emilio González, dio el aval a la reforma de Calderón y señaló que “resulta impostergable” darle el trámite legislativo en el Senado, ya que “buscan fortalecer al sector dedicado al aprovechamiento de los hidrocarburos”. El único pero que puso a las iniciativas es que “dejan de lado las fuentes de generación de energías alternas”.
Vino a provocar y se fue
El único de los dirigentes partidistas que se retiró antes de que concluyera el debate –sólo aguantó dos horas y media de las siete que duró el encuentro- fue el panista Germán Martínez Cázares.
Ya no esperó el turno de los intelectuales y académicos, en cuanto concluyó la discusión con Cuauhtémoc Cárdenas, abandonó el recinto de Xicoténcatl.
Varios legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) lo lamentaron, ya que no le pudieron contestar a los calificativos de “teólogos y sumos pontífices del petróleo”, que el panista les endilgó.
“Vino a provocar y se fue”, dijo al final el senador perredista Arturo Núñez.
Y es que Martínez Cazares dedicó la mayor parte de los 30 minutos con que contó cada uno de los ocho oradores a criticar a los opositores a la privatización de Pemex.
Sin atreverse a llamar por su nombre a Andrés Manuel López Obrador, no dejó de aludirlo.
Se privatiza Pemex, sostuvo, “cuando se busca conseguir fines políticos, sacar los resentimientos de derrotas electorales, conquistar el liderazgo de un partido.
Se privatiza Pemex cuando se usa el petróleo para fomentar odio, división y violencia”.
Un párrafo adelante el líder del PAN insistió: “Ese falso nacionalismo que en el fondo, qué paradoja, es un argumento conservador, no permite tocar nada, no propone nada, no busca nada.
Desde ese vacío, durante más de dos meses, sólo se escucha el resentimiento por la derrota electoral del 2006”. Luego repitió las cifras del diagnóstico de Pemex.
El tercero en intervenir fue el ingeniero Cárdenas Solórzano y respondió a Martínez Cázares con un análisis minucioso de las cinco iniciativas.
Concluyó que “el gobierno está proponiendo que se admitan dineros de inversionistas privados para mover actividades estratégicas de la industria petrolera”, aduciendo razones que no tienen solidez.
Cárdenas hizo notar que en la ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional se prohíben expresamente los contratos de riesgo, pero en la iniciativa de Calderón para modificar la Ley Orgánica de Pemex, se introduce una modalidad de los mismos, los llamados contratos de buen desempeño.
Martínez Cazares lo refutó: En las iniciativas, dijo, “bajo ninguna circunstancia se transfiere a los particulares la posibilidad de explotar para sí la riqueza petrolera” o de recibir como pago parte del petróleo.
“No habría que esperar que el contratista forme sus pipas para recibir el pago”, los contratos de buen desempeño significan pagar menos o más a los inversionistas y eso es un riesgo.
Cárdenas aprovechó para aclarar a Martínez Cazares –quien entregó al historiador Lorenzo Méyer la iniciativa que el general Cárdenas envió al Congreso en 1940, en la que, según él se justifica toda inversión privada en Pemex- que luego de la expropiación las carencias técnicas y profesionales eran muchas.
Esa fue la razón de que se abriera la posibilidad de que particulares participaran en la naciente industria petrolera mexicana, pero al desarrollarse Pemex, se reformó la Constitución y en 1960 quedó establecido que los hidrocarburos son una actividad reservada al Estado.
Es innecesario que se modifique la Carta Magna o la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional.
Le pidió a Martínez Cazares que especificara cuánto requiere Pemex para realizar sus actividades prioritarias, dado que el panista mencionó en su intervención que son necesarios 85 mil millones de pesos para las actividades prioritarias de la paraestatal en los próximos 20 años.
“Si la aritmética no me falla, estamos hablando de 4 mil 250 millones de dólares por año y creo que es una cantidad accesible para los recursos que Pemex genera. ¿Están pensando en que esos 85 mil millones de dólares seas todos de Pidiregas o de créditos que impongan una deuda a la nación”.
El dirigente panista le dio la vuelta y no contestó.
Cárdenas exigió cancelar los contratos de riesgo, llamados Contratos de Servicios Múltiples, que operan en la Cuenca de Burgos y no aprobar el artículo 64 de la reforma a la Ley Orgánica de Pemex, donde se establece una modalidad de los mismos.
Propuso que el Congreso apruebe anualmente la plataforma de explotación y fije la relación que debe guardar con respecto a las reservas probadas, ya que no se puede dejar en “manos irresponsables” esa facultad.
A un cuestionamiento de Jorge Emilio Martínez, “el niño verde”, Cárdenas se deslindó de representar al PRD. “No vengo representando más que a mí mismo”.
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